“Lo importante es compartir, eso es evangelizar”, afirmó el misionero chubutense Cacho Buse

sábado, 22 de junio de 2019

22/06/2019 – Gustavo “Cacho” Buse es nacido y criado en la ciudad chubutense de Trelew y en su corazón siente fuerte el mandato misionero de anunciar a Jesús. Esto lo concreta, junto al resto de los integrantes del grupo misionero Michay de la parroquia Maria Auxliadora de Trelew, cuando visitan varias veces al año a los hermanos de las aldeas escolares de Mirasol y Escorial, en el centro norte de la meseta de Chubut. Entre quienes forman parte del grupo está Giuseppe Belardo, un italiano que hace años se enamoró de la Patagonia y se quedó en estas tierras. “Son pueblos muy chiquitos, con no más de 20 familias en cada uno de ellos. Están en una zona desértica, con mucho viento y aridez todo el año. En el verano, el calor se hace sentir en esa parte de la provincia. Y en el invierno hay nevadas y heladas importantes. La gente de esa zona sufre mucho por la falta de leña para poder calentarse cuando hace frío”, indicó Cacho.

“Yo nací en 1959 y mi familia se completaba con mis cuatro hermanas mujeres, mayores que yo. Mi papá desde muy pequeño me llevaba a la parroquia. Pero lamentablemente él falleció cuando yo tenía 6 años y a partir de esa circunstancia la vida de mi familia pasó por varias necesidades que pudimos superar con el esfuerzo de todos. Entonces yo comencé a lustrar zapatos o vender diarios. Pero también guardo muy gratos recuerdos de pequeño, en el patio de la parroquia María Auxiliadora, que era el lugar de encuentro, para jugar al fútbol o al metegol”, sostuvo Buse.

“En algún momento me planteé la vocación salesiana, pero me di cuenta que no era lo mío. Así que formé una familia junto a mi esposa, tenemos 4 hijos y varios nietos”, dijo Cacho y agregó: “Yo soy mecánico de motos, ese es mi trabajo. En nuestras misiones nos acompaña el padre Fabián García y también el padre Ricardo Constantini. Y en la meseta está el padre ´Tono`, el español Antonio Sánchez”.

Buse manifestó que durante las visitas a las familias de la meseta se han dado cuenta que “lo importante es que no dejemos de ir. A veces estas familias no tienen ni siquiera un paquete de yerba, pero nos insisten en que los sigamos visitante. Lo importante es compartir, eso es evangelizar”.

Por último, Cacho compartió esta oración misionera:

Señor te agradezco por haberme llamado a ser misionero

para anunciar, vivir y festejar las maravillas de tu amor,

para ir al encuentro de los más alejados y necesitados de ti.

Para compartir la alegría de ser hermanos

acompañados de María que, como primera misionera,

nos ayuda a anunciar la buena noticia de un Cristo.

Para vivo compartir la fe, la vida y la amistad.

Amén.