Los alemanes en la Argentina

martes, 4 de octubre de 2011
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Entre los inmigrantes que llegaron a la Argentina entre 1850 y 1950, vinieron los alemanes.

“Los inmigrantes alemanes son muy particularmente deseados por los nacionales, por su honradez proverbial, sus costumbres laboriosas y su carácter pacífico y tranquilo”, decía Sarmiento en 1847 y proponía que dos millones de alemanes se radicaran en el país, para dedicarse a la agricultura, a la fabricación de quesos y manteca y a la cría de merinos. Las propuestas alemanas de Sarmiento no se concretaron, pero, entre 1810 y 1860, el 22% de los inmigrantes fue alemán. Y tambien lo era Augusto Krause (el padre de Otto Krause), amigo de Sarmiento y co-fundador de Chivilcoy, la colonia que mereció el mas exaltado elogio del prócer.

Hugo Stroeder tambien fue fundador de pueblos (Salliqueió) y propulsor de la colonización agricola en Santa Fe, Entre Rios, Santiago del Estero y La Pampa, de quien Roca decía que la Argentina necesitaba muchos hombres como este aleman. En 1909 Stroeder fundó Villa Iris, cerca de Bahía Blanca.

 

Alberto Runge fundó la bodega Santa Ana y tuvo viñedos en Mendoza y en Río Negro.

 

Juan Plate fue pionero del desarrollo patagónico y hacia 1890 fundó la estancia Nueva Lubecka.

 

Enrique Klein tuvo en Pía, provincia de Buenos Aires, una empresa de cultivo de semillas para trigo cuyos logros le valieron el doctorado honoris causa de la Universidad de Bonn.

 

Phillipp Schwarz fabricó en su taller de Magdalena, las primeras trilladoras.

Altgelt, Ferber y Cía, sucesores de Carlos Bunge, se dedicaron a la exportación de lanas y cueros y a la importación de maquinaria agrícola. La firma se transformó, luego, en Ernesto Tornquist y Cía, continuando la evolución familiar. EI padre de Ernesto Tornquist había llegado en 1823. El hijo tuvo un importante saladero, luego un frigorífico en Rosario, una refinería de azúcar y adquirió tierras en Santa Fe, Entre Rios, y en los territorios de la “Conquista del Desierto”. Fue el más notorio financista de la epoca de Roca, y también fue fundador de colonias agrícolas de inmigración”.

En 1867, Adolfo J, Bullrich, hijo de un militar alemán hecho prisionero por el ejército de Alvear, fundó la empresa que lleva su nombre. Consignatario de hacienda y empresario inmobiliario organizó importantes y resonantes remates de reproductores. Con mas de 120 años de actuación, es la suya una de las empresas más antiguas del país. Su historia es la historia misma de la Exposición Rural.

En 1884 fue fundada la empresa Bunge y Born, como extensión de su casa matríz de Amberes. Asociada a la "revolución del trigo", en la decada de 1920 fue la principal exportadora de cereal, con vasta red de representantes en el exterior.

Klaus Stegmann tuvo, hacia 1850, una estancia en Flores.

 

En 1856, German Frers administraba otra en Rosario, German Frers fue el fundador de la Colonia Suiza, de Baradero, su hijo ocupó importantes cargos en el Ministerio de Agricultura de la Nación.

Hubo colonos alemanes en Santa Fe (en las colonias Esperanza, San Carlos, Helvecia, Humboldt, Germania, Hansa, Guadalupe y varias más)

 

Los Tiejten, de Colonia Hansa, trajeron las primeras liebres que llegaron al país.

 

En Corrientes, en Colonia Liebig, se establecieron alemanes del sur. En la Provincia de Buenos Aires, por iniciativa de Carlos Heine, se fundó la colonia de Chorroarín, que no prosperó. Hubo alemanes en Río Gallegos y en Neuquén. Bariloche fue fundada y colonizada por alemanes en primer lugar. En 1930, la "Unión de Campesinos" alemanes de Buenos Aires radicó en el Chaco a los colonos que huían de las sequias de La Pampa.

Pero es en Misiones donde la colonización alemana fue más singular. Al fin de la Primera Guerra Mundial, más aún después de la Gran Inflación de 1923, cientos, miles de colonos alemanes llegaron a Misiones.

En 1910, en homenaje al Centenario, las colectividades de inmigrantes donaron a la Argentina monumentos conmemorativos, que se hallan en la Capital. El donado por los alemanes es una fuente llamada ‘Riqueza Agropecuaria Argentina’, un nombre, sin dudas, elocuente.

En 1877, al llegar a nuestro país el primer grupo de "Alemanes del Volga" , fue suscripto un convenio de radicación sumamente alentador, que fue un gran aliciente para la instalación, en la Argentina, de un gran número de familias de aquellos agricultores alemanes que, en el siglo XVIII, habían emigrado a Rusia, asentandose en la cuenca del Volga.

El convenio les otorgaba tierras fiscales (6 millas de campo), manutención por un año, madera para construir sus casas, arados, bueyes, vacas lecheras y la semilla necesaria. Sin embargo, no fueron necesarias demasiadas facilidades para que este pueblo esforzado y emprendedor de empeñosos labriegos, se arraigara definitivamente en el campo argentino. La primera colonia -"General Alvear", 20.000 hectareas, en Entre Rios-, se hizo próspera y más de 3000 habitantes, propietarios del suelo y del fruto de su labor, manteniendo el acervo de sus tradiciones al amparo de nuestra Constitución, se convirtieron en nuevos argentinos de origen ruso-alemán.

En la Provincia de Buenos Aires, la colonia madre de "Hinojo" -cerca de Olavarria- se extendió: en 1878 se fundo "Nievas"; en 1881, "San Miguel". En Entre Rios surgieron San José, Maria Luisa, Santa María, Eigenfeld, Colonia Merou, Centenario, Colonia San Simon y tantas más.

Al principio, se agruparon segun la "aldea" a que pertenecían en su Alemania ancestral. Mas tarde, la vastedad de la pampa y de la llanura entrerriana, propiciaron su dispersión. Con todo, en medio de la inmensidad, -en medio del paisaje rural- las esbeltas agujas de sus iglesias, señalan la constancia de su presencia, de su arraigo y de su devoción.

Alemanes del Volga hicieron crecer a Coronel Suarez, en Buenos Aires, a Colonia Winifreda, en La Pampa, a Presidencia Roque Saenz Pena, en el Chaco y a muchas otras colonias en Río Negro, Neuquén y otras provincias. Mas de 800.000 descendientes, hijos de los hijos de aquellos primeros pioneros que aquí encontraron su segunda patria, en nuestra libertad, viven hoy integrados indisolublemente a la Nación Argentina.

Alemanes del Volga -hombres rubios del surco- fueron agricultores y ganaderos en Buenos Aires y en Entre Ríos; transformaron su campo virgen y selvático, en la zona productora de trigo más importante del país en su hora; más tarde, de la agricultura se volcaron a la avicultura, dando nacimiento a esa fuente de la riqueza entrerriana, y desarrollando la produccion de alimentos balanceados.

Argentina es el tercer país en el mundo con mayor cantidad de inmigrantes y descendientes de Alemanes, después de Estados Unidos y Canadá, en el 2000 se registraron 30.000 alemanes radicados en Argentina, el lugar preferido por los alemanes para mudarse son las Sierras de Córdoba en el Área de Villa General Belgrano (En la provincia de Córdoba se encuentra la mayor cantidad de descendientes de alemanes en todo el país), el 68% de los habitantes argentinos tiene al menos un ascendiente alemán pero solo el 21% de la población es puramente descendiente de alemanes. Entre los alemanes que llegaron a la Argentina, se diferencian claramente los provenientes de la Alemania propiamente dicha (divididos en dos ramas: Siglo XIX y pre Segunda Guerra Mundial y post-guerra), y a los diferentes grupos de alemanes étnicos que, como los alemanes del Volga, emigraron hacia la Argentina desde otros países de Europa, y al ingresar al país fueron registrados de acuerdo a su lugar de nacimiento, como rusos, ucranianos, polacos, etc, engrosando filas ajenas.

Su arribo se prolonga en un extenso período de tiempo: desde mitad del siglo XIX hasta mediados de los años 60 del siglo XX. Se destacan así, tres momentos cruciales:
mediados y finales del siglo XIX por cambio de política zaristas y persecución bolchevique a causa de su fe cristiana el período de entreguerras (décadas del 20´ y del 30´) el período posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945 en adelante)