Los lenguajes del amor

viernes, 17 de junio de 2011
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Las ideas principales del libro “Los lenguajes del amor” de Gary Chapman me parecen muy sencillas, aplicables.

Según este autor, los lenguajes del amor serían básicamente 5:

1.       Palabras de afirmación

2.       Tiempo de calidad

3.       Regalos

4.       Actos de servicio

5.       Caricias o toques físicos

 

A través de ellos recibimos y damos amor. Pero a veces amamos a determinadas personas, y sin embargo ellos tendrían motivos para dudar de nuestro amor. Suele ocurrir esto dentro del matrimonio, suele ocurrir entre padres e hijos… Entre tantos motivos que explican esta incomunicación, uno de estos es el lenguaje, es decir, el canal a través del cual cada uno prioritariamente da y recibe amor.

 

Ejemplo: hay esposos que demuestran su amor a su esposa colaborando en las tareas de la casa, trayendo el sueldo, y sin embargo su esposa no se siente amada. Esta persona está empleando un lenguaje amoroso que no es el que su esposa necesita escuchar (si es que hacemos una analogía entre el escuchar del lenguaje y el recibir del afecto). Quizá ella necesite, por ejemplo, contacto físico, o palabras de valoración, o tal vez necesite regalos, o tiempo, compañía.

 

Antes de pasar a hablar de los lenguajes del amor, quisiera hablar sobre el enamoramiento, porque hay una confusión generalizada y extendida, un mito, en relación al amor de pareja, al amor conyugal, un mito en torno a que amar es estar enamorado.

 

Estar enamorado es simplemente una expresión prácticamente instintiva, que dura un tiempo (alrededor de 2 años) es transitoria, tiene sus características en algunos casos muy diferentes a las del amor.

 

Una vez leí un chiste, que bien podría ser tomado en serio. Decía: “Pronóstico del matrimonio: paulatino y leve descenso de la temperatura”. Esto le ocurre a muchas parejas. En estados unidos, el 40% de los matrimonios terminan en divorcio, pero el 60% de los segundos matrimonios terminan en divorcio, y el 75% de los terceros matrimonios terminan en divorcio. ¿a qué se debe esto? Por un lado, está hablando de que no hay un aprendizaje en los fracasos matrimoniales. Por otro estaría hablando de que el matrimonio termina matando el amor, o genera o trae aparejados problemas tan serios que aquello que alguna vez se vivió como un amor eterno termina viviéndose incluso como un pequeño infierno, y que a medida que va pasando el tiempo no hay forma de revertir esta situación sino que más bien se agrava y desemboca en un fracaso del amor.

 

Todo esto lleva a una reflexión acerca de lo que es el amor, ya que es una palabra muy usada: amo a mi mascota, amo al paisaje de mi ventana, amo a mi hijo, amo a mi esposo… Utilizamos la palabra para muchas cosas, para distintos tipos de amor.

 

Vamos a hablar entonces sobre la diferencia entre estar enamorado y amar

LA ERA DEL MILAGRO (Silvina Garré)

Late en mi carne otra generación que enamorada siempre del amor
Crece encendida en las canciones que no mueren y se comparten a un costado del dolor.

Tanta locura, tanta ensoñación alimentando un tiempo de ilusión
Lo que nos falta lo escondieron las estrellas. Lo que nos sobra nos protege el corazón.

Y aquí estamos, seguimos sintiendo, defendiendo este sueño que espera
La era del milagro, La era del milagro.

Late en mi carne otra generación Besos, amores, lagrimas, perdón
Toda la dicha de cantar y todo el cielo Saberse llenos de esperanza y de valor.

Tantos proyectos, Música, mi amor Adorarte es como una bendición
Me uno a las almas que revelan tu hermosura Sobrevivientes de los días sin amor.

Cuando estamos enamorados, en nuestra mente el otro es el ser mas maravilloso que hayamos conocido jamás. Sabemos que tiene defectos, o que tiene cosas que nos encienden alarmas. Sabemos que hay cosas de las que otros nos pueden decir ‘…tene en cuenta que…’, pero nos entran por un oído y nos salen por otro, o nos queda alojado ‘en algún lugar de la cabeza’, pero lo que predomina es ese estado ‘químico’, de ensoñación, de fantasía, también de egocentrismo –porque en el fondo es un fuerte sentimiento narcisista-, pensamos en el/ella día y noche y realmente estamos convencidos de que vamos a ser siempre felices a su lado: estamos enamorados.

 La mayoría comenzamos un camino de pareja o de matrimonio con ese enamoramiento, tenemos una fuerte vivencia de felicidad, nuestras alarmas (nuestra experiencia de ir mas allá de nuestro propio ego) suenan todas juntas y muy fuertes. La experiencia de fusión con el otro es una experiencia sensitiva, intuitiva, instintiva muy fuerte, y la experiencia que produce es justamente la ruptura de los límites del ego: esa sensación de soledad, de aislamiento que nos produce nuestro propio yo, esa sensación de vacío se rompe, las puertas de nuestro ego se abren, y uno está en un estado excéntrico: nuestro centro está fuera de nosotros. Algo parecido a la experiencia de éxtasis que tienen los místicos con Dios. Nos olvidamos de nosotros mismos porque todo nuestro ego está a la expectativa de quien en el fondo nos llena, nos satisface. Sentimos que nos levantamos y nos acostamos pensando en esa persona, anhelamos todo el tiempo estar juntos. Cuando nos tomamos de la mano parece que la sangre fluye unida el uno al otro, que podríamos estar todo el tiempo abrazados y besándonos. Vemos que otras parejas discuten, pero nos parece que eso nunca a nos va a pasar, incluso si nos llega y nos peleamos, parece que eso aumenta nuestra adrenalina de la experiencia del enamoramiento. Y cuanto más cercano a la adolescencia, más fuertes estas vivencias.

 

 Esta ‘obsesión romántica’ , si tiene algo de prohibitivo, si es una experiencia amorosa secreta, puede durar un poquito más de lo habitual, pero a la corta o a la larga llega a su fin, y tarde o temprano ponemos los pies sobre la tierra. Se trata entonces de abrir los ojos, de reconocer la realidad, de descubrir la personalidad del otro. Ahora ¡bienvenidos al mundo donde hay cabellos en la pileta, donde hay manchas sobre el espejo, donde se discute dónde se pone el cepillo de dientes, donde los zapatos no caminan solos hasta el ropero, donde a las chaquetas no les gusta colgarse y a las medias no les gusta ir al lavadero… donde una palabra o una mirada puede herirnos. En definitiva, a un mundo donde los antiguos amantes hasta pueden convertirse en enemigos. Y esta experiencia idílica y romántica puede convertirse en un campo de batalla. En algunos casos (por no decir en muchos), uno mira a su pareja y dice ‘¡qué le vi!’

 

CUANDO AMAS A ALGUIEN
Cuando piensas en alguien, sin hacerte preguntas.
Y murmuras su nombre mil veces, cuando estás en penumbras.

Y te quedas despierto, al llegar la mañana.

Puedes ver todo el cielo y el mundo, sin abrir las ventanas.

 

Cuando lloras por alguien, es que estás entregado,

te dás cuenta que no hay otras razones para vivir.

Cuando amas a alguien, se te enciende la vida

y estás tan orgulloso y no sientes vergüenza de decirle te quiero.

 

Cuando amas a alguien…cuando quieres en serio,

ningún beso es pequeño, cada noche es un siglo, cada día es un sueño.

Para qué los relojes? De que sirve hacer planes?

Cuando llega esa linda locura, ya no escuchas a nadie.

 

Cuando lloras por alguien es que estás muy jugado

y te quedas mirando la luna sin saber porqué…

 

 

 La euforia del enamoramiento nos la da 1° de que tenemos una relación íntima, 2° nos da la sensación de que somos muy altruistas con el otro: esto es uno de los grandes placeres que nos trae el enamoramiento: sentir que somos capaces de cruzar el universo, de dar la vida por el otro, somos capaces de no dormir, de trabajar denodadamente, y de pronto nos desconocemos! ¡éste, que era un parco, egoísta, refunfuñón, amargado, de pronto ahora es capaz de actos heróicos! ¡lo que es el amor! –decimos-. En realidad es una ilusión.

 El gran psiquiatra Skotpel dice “el enamoramiento es un componente instintivo, genéticamente determinado, de acoplamiento de conductas. En otras palabras: la caída temporal de las fronteras del ego que es lo que constituye enamorarse, es una respuesta estereotipada de los seres humanos a una configuración del impulso sexual interno, y el estímulo sexual externo lo que sirve para incrementar la posibilidad de apareamiento sexual a fin de asegurar la supervivencia de la especie”. Según él, entonces, el enamoramiento es una tendencia instintiva, una suerte de escalón de sublimación del impulso sexual propio del ser humano, tiene todo ese componente emotivo y afectivo justamente porque es propio del ser humano, y es un diseño de la naturaleza con un basamento neurológico, neuroquímico para asegurar la salida de nosotros hacia el otro, para asegurar la supervivencia de la especie a través de ese impulso sexual. Una de las experiencias que hace tan fácil el enamoramiento es justamente esta especie de ruptura del ego. Sin embargo, déjenme decirles que no hay tal cosa. En primer lugar, enamorarse no es un acto ni de la conciencia ni de la voluntad. No importa cuánta fuerza hagamos. No nos vamos a enamorar de quien queramos. A veces nos enamoramos de quien no quisiéramos, en el momento más inoportuno, de manera que nuestra conciencia, nuestro yo, no está involucrado en esto. Es algo que ‘nos pasa’, es una ‘pasión’, algo que ‘se padece’. No es un acto de amor real, es algo que sale sin esfuerzo, donde no interviene la voluntad, no requiere disciplina, no requiere nada de nuestra parte. En realidad estamos movidos por un instinto natural. No tenemos un interés de fomentar el crecimiento del otro –aunque nos parezca lo contrario-. Si tenemos propósitos que parezcan muy altruistas, lo que en realidad estamos queriendo es romper con nuestra propia soledad. Y muchas personas quedan muy heridas porque han experimentado lo que creían un fuerte amor de parte del otro, que estaba muy enamorado y tal vez hizo grandes dosis de entrega movido por ese enamoramiento, y de pronto, cuando bajó a la realidad, cuando se desilusionó, cuando se desencantó, nosotros dejamos de existir para esa persona y el dolor es terrible. Pero eso pasa porque hemos confundido esa experiencia de enamoramiento con una opción libre y responsable por el amor.

 La experiencia de enamoramiento no se centra en el crecimiento del otro, en el desarrollo de la otra persona, ni siquiera en nuestro propio crecimiento. Mas bien nos importa poco el sentido de crecimiento desde la experiencia del enamoramiento. Además sentimos que el otro no necesita crecer porque es perfecto, porque es ideal, y simplemente esperamos que esa perfección continúe.

 Puede ser un poco duro lo que estamos diciendo sobre el enamoramiento, pero creo que es bueno tener una mirada realista sobre esto, porque a veces, catapultados como estamos en una órbita emocional que nos tiñe todo con cierto carácter existencial, no nos damos cuenta que el enamoramiento es un estado de obsesión emocional que está llamado a ser transitorio, y que en definitiva cuando acaba o cuando se va perdiendo estamos frente a dos opciones: o vivir una vida triste y miserable con nuestro cónyuge, donde nunca hay una experiencia de ilusiones, o ‘saltamos del barco’ y probamos otra nueva relación.

 Durante muchos años, los matrimonios optaron por la primera. Entonces tenemos el reproche de las generaciones nuevas que dijeron “ustedes estuvieron juntos pero no enamorados. Mantuvieron el vínculo institucionalmente hablando pero sin una experiencia gratificante.” Otros probaron con otras parejas al punto que en este momento las estadísticas muestran que eso tampoco va mucho mejor según las estadísticas que comentamos al principio. Así que la posibilidad de un matrimonio más feliz ‘saltando del barco’ y probando una nueva experiencia, no parece, según las estadísticas, estar dando buenos resultados.

Habría una tercera alternativa. Saber que la experiencia del enamoramiento es fugaz, transitoria, es una subida emocional temporal y por tanto es un lento descenso de la ‘temperatura’, pero que es un impulso puesto por la naturaleza que cuando termina en su costado obsesivo y si se combina con la razón, la voluntad, la libertad, un poquito de disciplina y un poquito de fe y de esperanza, puede dar cabida, dar cauce, dar paso a un amor más maduro donde ambos decidan crecer.

 ¡Qué maravilloso el diseño natural, biológico! ¡las cosas que nos hace sentir! ¡somos ’dioses’ mientras estamos enamorados! ¡solamente la mirada del otro! ¡es un canto a la creación!

 

            El enamoramiento está tan estimulado en las novelas, los teleteatros, la poesía, la canción: todo apunta al amor identificado con esa etapa del enamoramiento. Siempre termina cuando se casan. Entonces, todo el desarrollo de nuestro aprendizaje social sobre el amor –sobre todo en el relato de los adolescentes, los jóvenes- tiene que ven en general con la experiencia de toda esa fiesta de hormonas en su cuero. Están aprendiendo esos patrones del amor: el amor como obsesión, y ese es un estado anormal: en ese estado no se puede estudiar, no se puede trabajar, porque está todo el tiempo pensando en el otro. Uno está alterado. Menos mal que es un estado pasajero, porque de lo contrario no podríamos hacer nada. Es necesario, maravilloso. Pero eso no es amor. Somos empujados por una fuerza instintiva, como una ‘crecida de un río’, pero pasado un tiempo estamos llamados a volver a un mundo real, y si ahí, en el mundo real decidimos ser generosos, eso es amor verdadero.

            La necesidad que tenemos de amor verdadero es muy grande. Pero no siempre necesitamos necesariamente esa clase de afecto

            Gary Chapman lo llama “la necesidad de llenar nuestro tanque”. Un tanque de amor. Todos: niños, adolescentes, adultos, necesitamos tener en nuestro tanque ese depósito de amor. Necesitamos afecto. No siempre necesitamos, ni necesariamente, esa clase de afecto que es la que brinda el enamoramiento. Nos sentimos seguros en realidad cuando el otro nos acepta, nos quiere, y realmente desea nuestro bienestar. Y cuando confundimos la pasión del otro por nosotros con esa seguridad, con ese bienestar, con esa aceptación, nos sentimos tremendamente heridos. Podemos terminar destrozados si mezclamos esas necesidades internas de nuestro niño interior con el enamoramiento de que podemos ser objeto, que es simplemente una etapa llena de emociones estamos en el cielo mientras dura, pero no podemos vivir en el cielo: bajamos a la tierra). Nuestra equivocación es pensar que duraría toda la vida, y no es así.

 

En el libro del matrimonio, o en el libro de la pareja, esa etapa es solo ‘la introducción’. El ‘Capítulo 1’ ya comienza con un amor inteligente, volitivo, que se elige, que es intencional, que es disciplina. Y eso no significa que sea todo invierno ni mucho menos. Esta es una buena noticia para todos los casados, que creen haber perdido todos sus sentimientos amorosos. En realidad, lo que han perdido sentimientos de enamoramiento. Si el amor es una decisión, basta entonces que decidan y desarrollen la capacidad de amar. Después que la obsesión del enamoramiento ha muerto, lo que rebrota, lo que revive con más fuerza incluso, es esa clase de amor que nosotros llamamos amor eterno.

 

Participan los oyentes

-¿Por qué las relaciones sexuales son al principio maravillosas y después se tornan rutinarias?

GL: Es que está comprobado que la gratificación de las relaciones sexuales tienen directa relación con este diseño hormonal, químico y neurológico que tiene que ver con el estar enamorado. Tenen que ver con el estado psicológico, emocional. Por eso hay que aprender a transitar del estado del enamoramiento al estado del amor adulto y real al que estamos llamados.

          El enamoramiento es como una hoguera, en cambio el amor es como el rescoldo tibio y sereno que dura toda la vida.

     ESTOY ENAMORADO

     Quiero beber los besos de tu boca Como si fueran gotas de rocío

     Y allí en el aire dibujar tu nombre Junto con el mío

     Y en un acorde dulce de guitarra pasear locuras en tus sentimientos

     Y en el sutil abrazo de una noche sepas lo que siento

      

     Que estoy enamorado y tu amor me hace grande

     Que estoy enamorado ¡Y qué bien,Y qué bien me hace amarte!

      

     Dentro de ti quedarme en cautiverio para sumarme al aire que respiras

     Y en cada espacio unir mis ilusiones Junto con tu vida

     Que si naufrago me quedo en tu orilla y de recuerdos sólo me alimente

     Que despierte del sueño profundo sólo para verte

      

     Voy a encender el fuego de tu piel callada. Mojaré tus labios de agua apasionada

     Para qué tengamos sueños de la nada…