30/11/2017 – ¿Cómo hacen el duelo los más pequeños? ¿De qué manera debemos comunicarles el fallecimiento de un ser querido? El Padre Mateo Bautista respondió preguntas referidas al duelo y los niños en el programa “Hoy puede ser”.
“El niño es niño, pero eso no significa que no tenga capacidad para asumir los duelos. No se debe subestimar a los niños porque naturalmente tienen una mayor capacidad para elaborar los duelos debido a que no están contaminados por ideologías, prejuicios, apegos, miedos y tabúes. Según su edad, están dotados mejor mentalmente y hasta más dispuestos a recibir una mala noticia, a llamar las cosas por su nombre y a elaborar un duelo”, afirmó el sacerdote.
Principalmente, el Padre recomendó no evadir al niño de la realidad, no mentirle y no infravalorar su capacidad para asumir estas situaciones dolorosas. “Los niños tienen complicaciones cuando las tienen los adultos; por eso, la clave del duelo de los chicos son los adultos. La garantía de que un niño va a elaborar bien un duelo es que los padres también lo hagan, lo sepan comunicar y le brinden seguridad, contención, afecto y cercanía”.
Es importante aclarar que, cuando se le comunique al niño el fallecimiento de un ser querido, se debe emplear el lenguaje correcto. “En primer lugar, la noticia tiene que ser dada por los padres. Hay que decirles la verdad, con el lenguaje adecuado, de forma progresiva y en el momento oportuno, mirándolos a los ojos”, dijo el especialista.
“Decirle que el abuelo se fue de paseo, que Dios se llevó a la tía o que el hermanito está en una estrella es mentirle. Lo indicado sería: El abuelo se murió, ya no va a estar con nosotros, ha dejado de vivir esta vida. Jesús lo recibe con Él, lo recibe en Su Gloria”.
Puede pasar que el niño pregunte donde está el ser querido, como está, si come, si tiene frío. Al respecto, el Padre Mateo expresó: “Si el niño sabe que la persona muerta está bien, está feliz y cuidada, el niño asume el duelo. La felicidad de un ser querido para un niño es principio absoluto, es paz”.
Respecto al modo de decir las cosas, el sacerdote sostiene que hay que comunicar con naturalidad y siempre por la ley de la ejemplaridad: “Si los niños ven que los padres lo aceptan, ellos lo aceptaran. Si se lo dicen desconsoladamente no es lo mismo que se lo digan con paz, con esperanza y con un abrazo”.
“Hay que explicarles qué es un velatorio y un funeral; que van a ver a su familiar muerto. A un niño pequeñito no se lo puede llevar a un velatorio sin ubicarlo, sin decirle con qué se va a encontrar. Además, hay que preguntarle si quiere ir. Si es así, cuando asista, el niño se va a fijar en la actitud de los adultos, en la esperanza o en la desesperación de los grandes”, expresó el Padre.
El padre explicó que la primera noción de la muerte se adquiere observando las estaciones de año. Pero, de acuerdo a las edades, los niños interiorizan la muerte y los procesos de duelo de ésta manera:
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