Los nudos que impiden la buena comunicación familiar

lunes, 21 de junio de 2021
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21/06/2021 – En el ciclo “Familia, caminos de esperanza”, los psicólogos Carla Gerbino y Gastón Del Río propusieron comenzar a desatar los nudos de la comunicación en los vínculos familiares. “Estos nudos impiden la buena comunicación”, admitió Del Río. “Algunos enemigos de la comunicación asertiva son el “de eso no se habla”, “yo soy así” o directamente no ver al otro, no registrarlo. La comunicación positiva o asertiva es lo que buscamos porque nos permite expresar lo que somos, nuestra emociones, pensamientos y creencias en forma auténtica, buscando no violentar o lastimar al otro. Es bueno comenzar, pero también continuar y cerrar temas. Qué bueno que se puedan hablar todos los temas, que no haya tabús. Hay que tener cuidados con la banalidad, las interrupciones que van generando nudos comunicacionales. Esto atenta contra la unidad familiar”, apuntó Gerbino.

Gastón matizó que “lo auténtico es lo primordial, lo valioso. Por eso lo ideal es que la comunicación ocurra de corazón a corazón. Es bueno evitar el nudo comunicacional porque si se mantienen en el tiempo, el problema no solo no se resuelve sino que se agranda”. Carla indicó que “produce mucho más ruido lo que no se dice que lo que se dice. Lo innombrable, lo impensable y lo no decible son puntos a tener muy en cuenta. Lo que no decimos genera síntomas, de allí vienen muchas enfermedades psicosomáticas. Muchos miedos tienen que ver con traumas por los que hemos pasado. Por eso hay que encender una luz en la vida, ver estos temas para abordarlos”.

“Santo Tomás de Aquino decía que tendemos al bien, pero muchas veces nos equivocamos. No juzguemos, sobre todo en nuestra familia. Este espacio está llamado a ser renovada para superar esos errores”, agregó Gerbino. Del Río mencionó que “otro gran nudo comunicacional es el miedo que tenemos a ser rechazados, a no ser comprendidos o a generar una respuesta violenta. Tengo que animarme a decir lo que pienso y siento, más allá que lo que diga no guste al otro o genere un reto. Los adolescentes muchas veces no se animan a hablar con sus padres porque consideran que no los van a escuchar porque ellos tienen problemas mayores.  Para asumir qué es lo que nos genera miedo hay que descubrir el valor que vamos a lograr cuando lo venzamos”.

“Es esencial poder encontrar caminos para expresar lo que sentimos. Estamos hablando de estos nudos para poder hacer esos nuevos caminos. Es bueno compartir emociones pero siempre desde las intenciones para que surja la esperanza. Es ver para qué decimos lo que decimos”, insistió Gastón. Y cerró Carla: “El miedo puede provocar las peores reacciones. Y esto está enlazado con otra preconcepto, que es el “yo soy así” o “el otro es asá, nunca va a haber cambios”. Hay que desterrar el “nunca”, el “siempre”, el “todo”. Son distorsiones cognitivas que tenemos y que hacen mucho mal a nuestras familias. Los nudos en la comunicación familiar son los que generan los traumas más grandes en las personas”.