Los Rituales, un espacio para recrearnos

martes, 10 de agosto de 2010
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Un viajero transitaba los caminos sólo de día y este buen señor cuando llegaba la noche paraba a descansar en algún árbol que tenía cerca, mientras las demás personas seguían caminando hacia su destino. La actitud de este hombre de parar por la noche llamaba muchísimo la atención a las personas ya que la mayoría de la gente seguía caminando varias horas luego del atardecer.

Este viajero se detenía porque le temía a la oscuridad y a la incertidumbre de la noche. Jamás había caminado a oscuras y no tenía idea de lo que era experimentar una caminata nocturna. Este caminante cuando llegaba el ocaso y el cansancio lo agobiaba se recostaba en un árbol a esperar el día siguiente y a emprender nuevamente su marcha.


Cuentan que una vez, una noche, lo atacó el insomnio y por más que daba vueltas para dormir no podía conciliar el sueño y fue entonces que decidió emprender su marcha para aprovechar el desvelo, cada paso que daba lo adentraba en la oscuridad. Aún temeroso continuó su camino, su temor lo llevó a estar muchísimo más atento a todo lo que lo rodeaba, que en realidad era muy poco por la oscuridad del momento. Esta observación era muy atenta, más atenta que de costumbre. Esto hizo que elevara su mirada al cielo y para su sorpresa descubrió un cielo totalmente estrellado. Asombrado por el hermoso paisaje nocturno y celestial hizo que reflexionara sobre ese temor a la oscuridad y a la noche.


En ese instante, algo que había sido sinónimo de incertidumbre y temor pasó a ser la representación de la felicidad. Debido a la noche y su paisaje él se liberó de ese sentimiento de temor y pensó a su vez que ese magnífico escenario iba a despertar con la luz del nuevo día.

Cuando pasaron las horas apareció un hermoso y enorme sol brillante y purpúreo que comenzaba a nacer en el horizonte. Este amanecer le era totalmente desconocido a nuestro viajero, debido a que le deba lugar a su antiguo temor

Este nuevo evento maravilló nuevamente a este hombre y lo llenó de alegría y esperanza. Con esta caminata el viajero pudo aprender algo muy importante para su vida, el tiempo que tarda una noche estrellada en un día de sol es tan solo un instante


Vemos que la vida es un constante devenir de acontecimientos, un eterno fluir. El pasado ya no existe y el futuro aún no llegó. Si queremos medir en una escala de tiempo, lo único que tenemos es este único instante, el presente, donde podemos actuar, accionar con total determinación y certeza. Si observamos a nuestro viajero del cuento, aquello que le parecía difícil de solucionar en un instante pudo tornarse liviano y viable, encontró la solución y todo pareció más fácil y esperanzador.

En cada instante todo cambia y como eso también suele variar nuestra convicción. En este instante donde actuamos, en nuestra mente y en nuestro corazón, en el sentimiento, en nuestra conducta. Cuando decidimos iniciar una carrera, cuando decidimos ser padres o alcanzar un objetivo y llevarlo adelante

El desafió está en poder apreciar el único momento presente tal como en la historia que terminamos de compartir


Cuantas veces nos estamos duchando y nuestra cabeza está en como resolver un problema, como pagar el colegio de nuestros hijos. Estamos lejos de este instante en particular.

Cuantas veces en vez de disfrutar un regalo o un premio, no podemos apreciar esto porque no estamos con todo nuestro ser totalmente presentes en este instante, sólo tenemos este instante para amar, para darnos, sentirnos vivos y plenos, para hallar todo lo que deseamos en la vida. La forma como lo podamos vivir y sentir, va a depender del valor que le vayamos dando a nuestra vida. Estamos hablando de valorar el instante, este pequeñísimo espacio de tiempo.


Muchas veces no podemos disfrutar del instante debido a la presión por la preocupación en eso que va a venir. Cuando nos sentimos agobiados por las preocupaciones, sentimos que el tiempo es verdaderamente una carga.

Jesús en su palabra le pregunta a sus discípulos ‘quién de ustedes por mucho que se inquiete puede añadir un solo instante del tiempo a su vida …’ .

Jesús nos enseña también la orientación espiritual a la cual debe dirigirse nuestro esfuerzo cuando Él nos dice: ‘busquen primero el reino y la justicia y todo lo demás se les va a dar por añadidura’. Esto nos permite entender por donde debe ir la administración de nuestro tiempo. Si nos preocupamos por cosas pasajeras no podemos vivir en el presente sino en la preocupación .


Jesús nos esta invitando y exhortando a despreocuparnos, lo que no quiere decir que debamos estar por la vida de manera irresponsables, sino a que nuestro trabajo debe estar impregnado, lleno, tomado absolutamente por la confianza que Dios cuida de nosotros que es el dueño del tiempo y esta confianza nos permite estar presentes por enteros en el instante para poder entregarnos por completo al trabajo o a la actividad que estemos realizando.

Para vivir a pleno cada instante en este espacio queremos degustar el tiempo especial que le da el alma a los rituales. Por medio del ritual el alma se sustrae de las reglas y exigencias del mundo para dar lugar a procesos internos que son personales o de un grupo. Rituales como por ejemplo el momento de acostar a los niños donde rezamos. Esas acciones cotidianas que nos permiten absorbernos del tiempo. Un matrimonio que decide hablar todos los viernes de lo que sentimos o cuando nos levantamos por la mañana y rezamos, le hacemos la señal de la cruz a nuestros hijos.


¿Cuáles son los rituales cotidianos en tu vida? Mas que rituales son rutinas, algo que hacemos mecánicamente. Queremos redescubrir el espacio vital que nos regalan los rituales que tenemos cotidianamente, está en nosotros encontrar el simbolismo y poder trasladarnos, hacer de este tiempo que es común, hacerlo sagrado, porque lo separamos y allí podemos descubrir otro espacio en el cual Dios quiere darnos para poder manifestarse y así nosotros encontrar la salvación.


Estos espacios para recrearnos y revitalizarnos no son los rituales que hacen referencia a los aspectos religiosos sino a aquellas acciones que repetimos desde hace mucho a las cuales podemos vivirlas y experimentarlas como un verdadero ritual, como un espacio que nos permite recrear la vida y revitalizarnos, un espacio donde el tiempo (kyros) de la salvación en el que Dios se quiere manifestar de una manera especial y en donde su presencia se hace mucho más evidente.

Los rituales nos permiten salir de lo cotidiano, salir del tiempo, cronos, una hora, dos horas, ya que nos apartamos de las exigencias del mundo para dar lugar a procesos internos. Un ejemplo para lo que estamos casados, un espacio donde nos encontramos y compartimos lo que sentimos.


Los rituales constituyen un buen mecanismo para mantener los temores a raya y ponerle límites. Por ejemplo en las buenas noches a los niños donde le acercamos la bendición y también rezamos juntos, esto les da seguridad y les permite combatir los temores nocturnos.

Los rituales nos permiten estructurar el día, la vida, a establecer un orden en mi familia, en mi trabajo en mi comunidad. Esto también nos da seguridad reduciendo nuestros temores.


Hay fechas que salen de la rutina cotidiana, por ejemplo el ritual del cumpleaños, la fiesta de Navidad, el bautismo, el día del niño, son días muy especiales que en el fondo están satisfaciendo nuestras necesidades fundamentales, religiosas, pero también de afecto y aquí lo que ordinario y común aparece insertado en lo sagrado, celebrar la vida. No existe cultura que no tenga días especiales.

Los rituales son muy importantes y necesarios porque nos estabilizan en nuestra psiquis, nos brindan una orientación en el plano de nuestro ánimo ya que le otorgan significado al individuo

El ritual del cumpleaños es importante para la vida de cada uno porque es donde se manifiesta el aprecio y el significado especial. Este momento se transforma de algo cotidiano a algo especial, particular y sagrado.

Esto de los rituales no sólo sucede en los personal, en las empresas o en la compañías se comprobó reiteradas veces que cuando se sacan las celebraciones y los festejos de los cumpleaños de los empleados, la productividad va decreciendo y lo mismo pasa si las fiestas que se realizan son vaciadas del significado original, perdiéndose lo ritual, lo verdadero. Este agasajo hacia el otro se va perdiendo y se pone de manifiesto cuando estas fiestas terminan en exceso de alcohol por ejemplo. Se pierde el sentido y el motivo que nos invitaba a festejar. Si no ponemos empeño es como que el ritual va perdiendo la fuerza y muchas veces el secreto va a estar en que podamos ser creativos para darle al ritual el significado preciso.


Preparando este material me tocó celebrar el cumpleaños de mi esposa y yo valoraba muchísimo más, no solo el momento sino a ella, su presencia, su vida.

Los rituales de cumpleaños en las empresas le transmiten a la persona la sensación que es importante. Hay alegría cuando te saludan, uno se siente importante, la persona se siente alguien para el otro. En la familia permite una cohesión para la familia y motiva a cada involucrado, satisfaciendo esta necesidad humana de querer ser especial, querido y tenido en cuenta


Otro rito es el saludo que apunta a la persona, se sale de uno mismo, donde buscamos hacerle sentir bien al otro, por el hecho que el otro esté bien, esto también es presencia de Dios

Aquello que tenemos siempre no nos resulta especial, es lo común, lo ordinario, por eso lo especial debe salir de lo acostumbrado y de lo habitual. Jesús en Mateo 44 dice : ‘el hombre no vive solamente de pan ‘ , aquí se hace hincapié en que el pan cotidiano no basta para vivir. Si lo llevamos al ámbito profesional se puede decir que el hombre necesita más que el sueldo para mantenerse, es decir, el hombre quiere sentirse integrado en un contexto mayor.

Mas allá de lo común lo especial es bueno en algunos momentos porque nos permite redescubrir, revalorar, mirar de un modo diferente aquello que nos acompaña todos los días. Siguiendo en torno a la palabra ‘el hombre no vive solamente de pan ‘ , pensaba en los niños, en los hijos, no sólo necesitan el plato de comida, el colegio, la vestimenta la vivienda, necesitan algo más, algo muy importante, pasando por el medio como eje de todas estas cosa, el amor

Lo mismo pasa con los empleados en las empresas y en los negocios, aparte del sueldo ¿te acercás a dialogar con ellos?, sin pensar en hacerse amigos. El diálogo está más allá del pan, esto lo permite el ritual, el lugar de lo especial.


Los rituales también marcan el final de algo y el inicio de algo nuevo, de esta manera nos brindan una orientación estableciendo una estructura temporal del antes y del después, proporcionando al alma una experiencia emocional, que ayuda a liberarnos de lo viejo para poder abrirnos a lo nuevo.

El ejemplo está en los distintos tipos de de rituales de iniciación en los pueblos primitivos que ponen de manifiesto los cambios importantes y los pasajes de la vida contribuyendo a despedir lo viejo y recibir lo nuevo.

Recodemos por ejemplo un cumpleaños de quince, ¿Por qué a los quince años? Es por todo el tiempo especial que vive la mujer pasando de ser niña a ser mujer. Es un espacio de acompañamiento importante para ella.

En nuestra cultura pasa que está dominada por el raciocinio o la diversión en lo pasajero y en lo trivial y vamos empobreciendo los rituales, quitándole el contenido y el sentido y así aquello que antes era un ritual importante, cargado de emoción y de fuerza va sucumbiendo ante la monotonía y la banalidad.


Suele suceder que en el ritual de reunirse los domingos en familia, muchas veces los adolescente o los jóvenes en vez de compartir la sobremesa se dedican a jugar con la computadora, con el celular , prenden el televisor, escuchan el MP3, aislándose , se abstraen del diálogo familiar.

Los adultos también, no nos damos el tiempo suficiente para compartir un cafecito después del almuerzo y nos alejamos pensando que no tenemos que perdernos la película, el partido de futbol o bien estamos pensando en los preparativos de la jornada laboral que se nos avecina en el día lunes.

Pensando en lo que hay que hacer nos perdemos otra vez de disfrutar el instante presente de ese momento, donde tenemos que poner algo de fantasía y creatividad para poder recrearlo y así poder vivir de una manera diferente cada día.


Los rituales le van dando significado a cada parte de nuestra jornada, dándole un orden y van interrumpiendo la uniformidad destruyendo la rutina.

Una particularidad del ritual es que nos permiten establecer un tiempo sagrado, es aquello que se separa del mundo, este tiempo apartado de lo común, me pertenece donde los otros no pueden disponer. El tiempo sagrado se va a apartar de lo que es habitual. Aquí al tiempo lo vamos a detener y el mundo con la exigencias que nos trae ya no tiene poder sobre este tiempo, el cronos no va a poder intervenir en este tiempo sagrado

Este tiempo donde puedo tomar aire, escuchar los sonidos más finamente en el cual me siento libre, este tiempo me va a permitir transformarme, renovarme, refrescarme y repararme.

Podemos vislumbrar dos clases de rituales, uno es aquel que podemos tomarnos deliberadamente, un tiempo que yo separo, este horario, lo reservo para mí, lo ocupo para orar o leer algo.

La otra clase de ritual es al realizar los quehaceres cotidianos, hacerlos de una manera particular es decir, atender a como hacemos estas cosas cotidianas y esto requiere de un tiempo extra.

De acuerdo al libro de Anselm Grun que vamos compartiendo ‘Administración del tiempo ‘, el cuenta un ejemplo de una madre joven que los cinco minutos que pasa sola cuando se baña es su tiempo sagrado, porque disfruta, se siente libre , no necesita un tiempo extra para su mañana y además nadie puede disponer de ese tiempo.


Los rituales cierran una puerta y abren otra, esto también en el orden de nuestra vida. Como nos cuesta cuando llegamos a casa cortar con el trabajo, la preocupación sigue dando vueltas. Es necesario cerrar la puerta con el trabajo, esto lo puedo hacer camino casa, aprovechando para cerrar algunos puntos así cuando llego a casa cierro la puerta a estos problemas.

Hoy se habla de los simultáneos, aquellos que hacen todo al mismo tiempo, el típico caso de la persona que camina por la calle, habla por celular y va haciendo trámites bancarios.

Si no cerramos la puerta del trabajo tampoco vamos a poder abrir la puerta de casa y con mi familia, siempre voy a estar de paso, cosa que no nos beneficia a nosotros y aquellos que viven con nosotros. Debo cerrar la puerta para estar presente en el instante.


El ritual nos permite revalorizar en el justo sentido y en la justa medida cada una de nuestras acciones.

Los rituales nos abren el cielo que está por encima de nuestra vida, así como en el cuento, si no nos detenemos a mirar al cielo no podemos descubrir el cielo estrellado o el inicio de la mañana.

Los rituales enmarcan nuestra vida en un horizonte más amplio, en el horizonte de Dios y en su particular bendición, en los rituales nos volvemos concientes que nuestra vida y nuestro trabajo están en manos de Dios.


Los rituales no existen solamente para las situaciones agradables, en los eventos dolorosos también a través del ritual podemos acompañar al otro que está pasando un momento difícil. En un momento de duelo o dificultad también me estoy adhiriendo a lo que está sucediendo y estoy expresando la unión interior con él que está sufriendo y esto lo ayuda al otro y le permite recuperar la estabilidad, mi presencia está allí , simple, sencilla con un abrazo, con simplemente estar, salgo del esquema de estar por quedar bien porque le he encontrado un sentido muy concreto

Este aspecto educativo de los rituales nos permite resignificar muchas de las cosas que en nuestra vida a veces van perdiendo sentido.