24/08/2017 – Junto a Ángela Sannuti, psicóloga e investigadora, seguimos conociendo y descubriendo aspectos de la interioridad humana en el programa “Hoy puede ser”. La especialista está desarrollando un ciclo sobre los sentimientos y, en esta oportunidad, se enfocó en los sentimientos más temidos.
Como primera medida, la especialista aclaró que “los sentimientos siempre tienen un origen real; no son delirios ni alucinaciones. Son señales de vida que se manifiesta, son como la luz que sale y que, por los filtros de crianza y la educación, pierden luminosidad”.
En este sentido, agregó: “Los sentimientos son complejos recursos para nuestra supervivencia, nos orientan en la vida. Pero, como estamos atrapados en los opuestos, en los binomios, solemos dividirlos en buenos y malos. Lo que me atrae es positivo y bueno; lo que no, lo rotulo como negativo. Sin embargo; el coraje de ser humano es abrazar toda nuestra humanidad, abrazar nuestros opuestos”.
“Hay sentimientos que nos gustan y otros que no, solo eso. Es difícil integrar los sentimientos que nos resultan incómodos, pero no son los sentimientos que los constituyen una complicación sí, si no el hecho de negarlos y ocultarlos”.
La experta explicó que las personas no están a merced de las emociones, si no que las reprimen o las dejan salir. Dijo que hay tres formas muy comunes de repeler las emociones, a saber:
Huir: Eludir o escapar de lo que nos pasa como por ejemplo, recurrir a la pseudoespiritualidad, la hiperactividad (hacer para no sentir) o las adicciones.
Compensación reactiva: Transformar un sentimiento en lo contrario. Por ejemplo: si tengo odio lo transformo en sumisión. La prohibición de sentir odio o rabia genera una caparazón que luego explota.
Tabúes y prejuicios: Son creencias que justifican rechazos hacia diferentes aspectos (hacia otra raza, hacia las mujeres, etc). Lo que no acepto, lo rechazo. Todo lo que produce rechazo son aspectos propios de la personalidad que son muy temidos y no están integrados.
Luego, Ángela fue mostrando la forma en que se pueden integrar estos sentimientos más temidos. “La autonomía emocional se logra cuando uno sabe reconocer sus emociones y luego gestionarlas. Cuanto más empáticos y sensibles somos hacia nosotros mismos, menos silenciamiento habrá. La vivencia de contacto con las emociones intensas es una experiencia liberadora, si lo permitimos y lo acompañamos, recuperamos el dinamismo vital e integramos lo que quedó reprimido”.
“El verdadero camino es la empatía hacia uno mismo, el saber que los sentimientos son reales, que debemos acompañarlos, vivirlos, dejar que surgan y no juzgarlos. Acceder a nuestros sentimientos mas temidos que siempre esconde una verdad y un tesoro. El acto de amor mas profundo empieza por uno mismo”, dijo la especialista.
Para seguir reflexionando, la licenciada planteó estas preguntas: ¿Cuáles son los sentimientos que más te perturban y te desestabilizan? ¿Prestás atención en qué circunstancias o situaciones aparecen?
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