Los símbolos de la fe

lunes, 19 de marzo de 2012
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En estas catequesis vamos siguiendo el Catecismo de la Iglesia Católica (las citas textuales van entre comillas); estamos en la segunda sección de la primera parte: LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA – LOS SÍMBOLOS DE LA FE.

Quien dice "Yo creo", dice "Yo me adhiero a lo que nosotros creemos". La

comunión en la fe necesita un lenguaje común de la fe, normativo para todos y

que nos una en la misma confesión de fe.”

“Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó y transmitió su propia fe en fórmulas

breves y normativas para todos (cf. Rom 10,9; 1 Cor 15,3-5; etc.). Pero muy

pronto, la Iglesia quiso también recoger lo esencial de su fe en resúmenes

orgánicos y articulados destinados sobre todo a los candidatos al bautismo”

 

En el tiempo, lo esencia prevaleció, y se fueron modificando los modos de decir su fe.

 

“Esta síntesis de la fe no ha sido hecha según las opiniones humanas, sino que de toda la Escritura ha sido recogido lo que hay en ella de más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe.”

 

En el acto creyente, por la característica del ser humano, la expresión genuina supone un vínculo con otros y por lo tanto se acuerda la expresión personal referida a un pueblo. Eso es lo que hace la Iglesia, al expresar en un símbolo de fe el sentir creyente y la adhesión a la revelación de Dios de todo un pueblo.

 

“Y como el grano de mostaza contiene en un grano muy pequeño gran número de ramas, de igual modo este resumen de la fe encierra en pocas palabras todo el conocimiento de la verdadera piedad contenida en el Antiguo y el Nuevo Testamento (S. Cirilo de Jerusalén, catech. ill. 5,12).”

“Se llama a estas síntesis de la fe "profesiones de fe" porque resumen la fe que

profesan los cristianos. Se les llama "Credo" por razón de que en ellas la primera

palabra es normalmente : "Creo". Se les denomina igualmente "símbolos de la fe".

“La palabra griego "symbolon" significaba la mitad de un objeto partido (por

ejemplo, un sello) que se presentaban como una señal para darse a conocer.”

 

En la antigüedad, cuando dos partes tenían que pactar un acuerdo, cada una tenía que presentar una mitad del sello. Y así, al complementarse, se indicaba que ésas eran las partes a reunirse para el acuerdo.

“Las partes rotas se ponían juntas para verificar la identidad del portador. El "símbolo

de la fe" es expresión de cada uno de nosotros en el conjunto, “es pues, un signo de identificación y de comunión entre los creyentes.”

 

Este símbolo nos tracciona, nos hace ir hacia delante. Por eso es muy importante recuperar el sentido genuino del acto de creer y del Credo, porque eso nos hace ser peregrinos y nos hace avanzar en la búsqueda de lo que Dios nos tiene prometido: un mundo nuevo y una humanidad nueva construidos desde los valores del Reino.

 

"Symbolon" significa también recopilación, colección o sumario. El "símbolo de

la fe" es la recopilación de las principales verdades de la fe. De ahí el hecho de

que sirva de punto de referencia primero y fundamental de la catequesis.”

La primera "profesión de fe" se hace en el Bautismo. El "símbolo de la fe" es ante

todo el símbolo bautismal. Puesto que el Bautismo es dado "en el nombre del

Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19), las verdades de fe profesadas en

el Bautismo son articuladas según su referencia a las tres personas de la Santísima

Trinidad.”

 

“El Símbolo se divide, por tanto, en tres partes: "primero habla de la primera Persona

divina y de la obra admirable de la creación; a continuación, de la segunda

Persona divina y del Misterio de la Redención de los hombres; finalmente, de la

tercera Persona divina, fuente y principio de nuestra santificación" (Catech. R.

1,1,3).”

 

En el Credo claramente decimos que el Padre crea, el Hijo redime, el Espíritu Santo santifica. cada una de las tres personas se subdividen en una serie de fórmulas, variadas y exactas.

 

“Son "los tres capítulos de nuestro sello (bautismal)" (S. Ireneo, dem. 100).

 "Estas tres partes son distintas aunque están ligadas entre sí. Según una comparación empleada con frecuencia por los Padres, las llamamos artículos. De igual modo, en efecto, que en nuestros miembros hay ciertas articulaciones que los distinguen

y los separan, así también, en esta profesión de fe, se ha dado con propiedad y

razón el nombre de artículos a las verdades que debemos creer en particular y de

una manera distinta" (Catch.R. 1,1,4). Según una antigua tradición, atestiguada ya

por S. Ambrosio, se acostumbra a enumerar doce artículos del Credo,

simbolizando con el número de los doce apóstoles el conjunto de la fe apostólica

(cf.symb. 8).”

“A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, han

sido numerosas las profesiones o símbolos de la fe: los símbolos de las diferentes

Iglesias apostólicas y antiguas (cf. DS 1-64), el Símbolo "Quicumque", llamado

de S. Atanasio (cf. DS 75-76), las profesiones de fe de ciertos Concilios (Toledo:

DS 525-541; Letrán: DS 800-802; Lyon: DS 851-861; Trento: DS 1862-1870) o

de ciertos Papas, como la "fides Damasi" (cf. DS 71-72) o el "Credo del Pueblo de

Dios" (SPF) de Pablo VI (1968).”

“Ninguno de los símbolos de las diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser

considerado como superado e inútil. Nos ayudan a captar y profundizar hoy la fe

de siempre a través de los diversos resúmenes que de ella se han hecho. Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia:

El Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como el

resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma. Su gran autoridad le viene de este hecho: "Es el símbolo que guarda la Iglesia romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común" (S. Ambrosio, symb. 7).

El Símbolo llamado de Nicea-Constantinopla debe su gran autoridad al hecho de que es

fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos (325 y 381). Sigue siendo todavía

hoy el símbolo común a todas las grandes Iglesias de Oriente y Occidente.”

“Nuestra exposición de la fe seguirá el Símbolo de los Apóstoles, que constituye, por

así decirlo, "el más antiguo catecismo romano". No obstante, la exposición será

completada con referencias constantes al Símbolo de Nicea-Constantinopla, que

con frecuencia es más explícito y más detallado.”

 

Padre Javier Soteras