17/03/2022 – En el ciclo “De lo espiritual en el arte”, Santiago Chotsourián abordó el tema de los temperamentos, los sentimientos y el carácter en conjunto con los pecados capitales y el orden de las virtudes. “La música es una y trina, es espiritual. El nombre del ciclo viene del libro de escritor ruso Vasíli Kandinsky y el mismo remite a la eucaristía. Kandinsky fue un pintor ruso, precursor de la abstracción en pintura y teórico del arte. Todo lo humano está muy mezclado, conviven el dolor y la la alegría, y el arte es un recurso para reflejar lo que nos pasa. Hoy vamos a ver los temperamentos, los sentimientos, el carácter. Y la música nos muestra, con su melodía, todo esto. Hay cuatro temperamentos y son el colérico, el melancólico, el flemático y el sanguíneo. En este espacio vemos distintos ejemplos de estos modos temperamentales”, indicó el religioso ermitaño.
“Por ejemplo, en la tristeza compartimos un tema que bien se puede escuchar en medio del campo, con una guitarra o un piano. Son instrumentos que generan una atmósfera especial y bien gauchesca. La tristeza es algo que nos caracteriza como argentinos y es muy habitual en el folklore y en el tango”, aclaró Chotsourián.
“El arte es un recurso de reacción ante algo que nos compunge, cuando sentimos dolor. Y uno de esos recursos es la prosopopeya o personificación que consiste en atribuir cualidades o acciones propias del ser humano a un animal, a algo inanimado sea un objeto concreto o una abstracción. Estilísticamente, es muy usada en las canciones para darle vida, movimiento y gracia a las descripciones. O para ponerle letra a una pieza musical solo instrumental. También compartimos una pieza de santa Hildegarda de Bingen, perteneciente a la Orden de San Benito en el siglo 12, que refleja el orden de las virtudes”, resumió.
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