09/03/2021 – Una vez más nos acompañó en “Sal y Luz” el padre Héctor Espósito con este ciclo acerca de la oración en la vida cristiana:
“A veces creemos que la oración es una actitud personal, creada por mí, pero es Dios el primero que me llama a orar, es Él el que me regala el don de orar. Es la comunicación directa con Él, que siempre me escucha y está. Nosotros decimos ‘sí’ o ‘no’, pero es Dios el que nos da la iniciativa de la puerta abierta”.
Los evangelistas han conservado dos oraciones explícitas del Señor y una de ellas es la que encontramos en San Mateo:
“En aquella ocasión Jesús exclamó: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer. Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.»” (Mt 11, 25-29)
“Si la oración es mi vida no cabe la menor duda de que es el momento vital de felicidad de mi vida cristiana. ¡Qué lindo poder sentir que cada uno pueda decir: ‘la oración es mi vida’. La oración es realmente la comunión con Dios”.
“La oración es la alianza y el corazón unido a Aquel del que jamás quiero separarme: una alianza que no termina, eterna”
“¿Cómo se aprende a orar? Orando. La fe que no se vive es una fe muerta. Ser creyente no es la teoría de lo que digo o pienso sino de lo que hago. Fe y obra van juntas. Creyente sin práctica no es creyente”
El hombre busca a Dios y lo busca de corazón y con sinceridad, pero es un deseo que Dios nos regala. Es un deseo incoado, metido en lo más íntimo y profundo de nosotros. Por eso brota la oración: Dios está en lo íntimo del hombre y por eso lo busca. Y Dios lo ‘primerea’ al hombre, lo llama a encontrarse con Él. Pone el deseo de buscarlo y, sin quitare la libertad, se hace encontradizo”.
“Jesús como hombre aprendió a orar, de niño aprendió a orar de José y de María”.
“Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión, habla con Dios cara a cara. ¿Le pedimos a Dios su luz frente a situaciones importantes, reuniones, encuentros, trabajo, estudio? ¿Oro antes de los momentos importantes? ¿Le consagro a Dios la tarea que voy a realizar? ¿Bendigo mi lugar de trabajo? Es decirle a Dios: ‘yo estoy contigo porque Tú siempre estás conmigo‘”.
“Al contemplar a Jesús que ora nos surge decirle como sus discípulos: ‘Maestro, enséñanos a orar’ (Lucas 11). Jesús es el Maestro de la oración”.
Te invitamos a escuchar el programa completo al inicio de esta nota
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