07/01/2014 – En el programa Entre Nosotros, el doctor Enrique Orschanski sostuvo que, “Los abuelos transfieren a los nietos algo que los padres a veces se olvidan, que es la pertenencia y la identidad familiar”.
En los últimos 50 años, nuestro estilo de vida familiar cambió drásticamente como consecuencia de un nuevo sistema de producción. La inclusión de la mujer en el circuito laboral llevó a que ambos padres se ausenten del hogar por largos períodos, creando como consecuencia el llamado “síndrome de la casa vacía”.
El nuevo paradigma implicó que muchos niños quedaran a cargo de personas ajenas al hogar o en instituciones. Esta tercerización de la crianza se extendió y naturalizó en muchos hogares.
Los abuelos no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, la que aporta algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad, factores indispensables en los nuevos brotes.
La mayoría de los abuelos siente adoración por sus nietos. Es fácil ver que las fotos de los hijos van siendo reemplazadas por las de los niños. Con esta señal, los padres descubren dos verdades: que no están solos en la tarea, y que han entrado en su madurez.
El Doctor Enrique Orschanski, es pediatra, especialista en el tema y, en el programa Entre Nosotros sostuvo que, lo importante en esta situación es que “entre padre y abuelos no haya superposición de roles, el padre es padre y el abuelo es abuelo y sus funciones son diferentes”
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