María atenta a las necesidades del pueblo

jueves, 29 de septiembre de 2011
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"Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la Madre de Jesús. También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos. Y, como faltase el vino, la Madre de Jesús le dijo: No tienen vino, Jesús le respondió: Mujer, ¿qué nos va a tí y a mí? Todavía no ha llegado mi hora. Dijo su Madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga. Había allí seis tinajas de piedra preparadas para las purificaciones de los Judíos, cada una con capacidad de dos o tres metretas. Jesús les dijo: Llenad de agua las tinajas: Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora y llevad al maestresala. Así lo hicieron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía, aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían, llamó al esposo y le dijo: Todos sirven primero el mejor vino, y cuando ya han bebido bien, el peor; tú al contrario, has guardado el vino bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de sus milagros con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él".Juan 2,1-11

 

 

 

María como una fiel hija del pueblo de Israel guarda en su corazón aquel signo grabado por Dios en el corazón del líder del pueblo judío Moisés cuando Dios le da a entender a Moisés como funciona su corazón y como lo quiere también a el en éste mismo sentido. El momento mismo que Dios convoca a Moisés para la liberación de su pueblo le dice: yo he escuchado el clamor de mi pueblo. En mi se ha hecho eco el dolor, el clamor, el sufrimiento de mi pueblo por eso te envío. María ésta misma condición del rostro paterno de Dios en su maternidad y ella también siguiendo la enseñanza genuina de Israel y tomando de ésta tradición de una manera existencial su modo de ser también está atenta a los dolores de su pueblo y en éste caso al dolor, a la pena de ver frustrado el comienzo mismo de la celebración de la boda de los novios jóvenes. Uno se imagina que están en Caná de Galilea recién empezada la fiesta viendo que se les acaba el vino. No tienen vino, dice María. Es su mirada atenta que entra en sintonía con el clamor, dolor y sufrimiento de su pueblo desde donde María nos muestra la capacidad contemplativa de lo humano. Días pasados viendo el texto de la Anunciación hemos visto como María es una contemplativa del misterio divino como de hecho el acontecimiento de la Anunciación supone ésta perspectiva de ser una mujer en Dios atenta a su quehacer y abierta a la operatividad con la que Dios quiere hacer de ella la madre del mismo Redentor. En éste caso María aparece como Madre nuestra contemplativa del corazón humano en sus necesidades y búsquedas y en sus sueños. El peregrinar nuestro como pueblo tiene siempre como ésta conciencia de la que estamos hablando: María está atenta a nuestros clamores y por eso en ésta mañana queremos recordar y hacer presente los clamores con los que nosotros somos bien interpretados por nuestra Madre. A María no se le escapó en aquel momento que les faltaba vino. Esta mirada intuitiva que trasciende la racionalidad, que penetra en el corazón, que es mirada amante es la que hace de María una contemplativa de lo humano regalándonos a nosotros la posibilidad de también tenernos frente a ella para reconocer loos clamores con los que hoy le pedimos que intervenga como de hecho lo hizo. Pone en contacto a quien sufre dando respuesta a sus búsquedas. En la narración evangélica, dice Martini,,todos tienen algo que hacer está quien la cocina, en el servicio, en los instrumentos musicales. Solamente María ve el conjunto, el panorama y entiende lo esencial de lo que está sucediendo. Y que está faltando?. Este es el espíritu contemplativo de María, su don de síntesis, la capacidad de ocuparse de las cosas en el detalle. Seguramennte ella habrá tenido alguna obligación de ayuda material sin embargo se ocupa de cada cosa y como apoyada en un árbol según lo expresión de Teresita de Liseux contempla el panorama cap0tando la situación. Teresita decía de si misma que en un momento determinado de su vida ella hacía su experiencia. Esta experiencia de que cuando sus amigos disfrutaban en la escuelo del juego ella se apoyaba como un árbol siendo muy seria en su pensar viendo de una manera distinta como declarando de alguna forma desde muy temprana edad le regalo Dios la Gracia contemplativa. La Gracia de una mirada profunda, amplia y en el detalle. Se puede mirar amplio y estar en el detalle. Se pude contemplarlo todo el tiempo sin que se escapen las cosas simples y sencillas. María tiene éste modo de mirar 

La consigna de hoy es: te invitamos a compartir las súplicas de tu corazón para que juntos las dejemos en las manos de la madre y así como en Cana interceda por sus hijos. Nuestras súplicas no son solo de lo que a mi me pasa sino que en ese a mi incluyamos a todos los que sufren porque no hay un mi, un yo sin otros. Uno es cada vez uno cuando es con los demás. En éste sentido lo que la hace singular a María es ser pueblo. Por eso se la reconoce como la hija de Sión. María se entiende en clave de pueblo y en éste sentido el pueblo se encuentra fuertemente representado por María. Por eso el pueblo peregrina al encuentro con María Cuando pensemos en la perspectiva de súplica del corazón incluyamos la súplica y el clamor del pueblo mariano

El clamor no es necesariamente una pena también puede ser una alegría. El clamor popular y el clamor mariano suele ser más de éste tipo que de la pena y en todo caso el dolor que en el corazón del pueblo hay y que María lo hace suyo al pie de la cruz de su hijos rápidamente se hace Pascua, gozo,alegría y don de Resurrección, canto, celebración, motivo de gozo. Así es el corazón de nuestra madre que además de ser contemplativa por su empatía se hace comprometida en su acción. Es decir, no es una mirada distante, de lejanía, solamente es una mirada que busca la transformación y en esto me parece bueno recuperar la perspectiva que nos ha devuelto Aparecida, documento clave para el camino discipular y misionero con el que Dios nos invita a caminar como pueblo en éste tiempo. Que nos devuelve Aparecida: el método ver, juzgar y actuar. Es un método mariano podríamos decir ahora típicamente desde ésta perspectiva de Caná de Galilea donde la Virgen ve juzga y actúa También a nosotros cuando el Señor nos regala la Gracia contemplativa de lo humano para poder entrar en sintonía empática con el dolor de los que están sufriendo en el mundo y ayudándonos a salir de nuestros propios mirarnos el pupo lo hace el Señor cuando es de Dios ese mirar, lo hace haciéndonos sentir con el sentir del otro y desde ese sentir juzgar lo mejor para actuar a favor de lo que el otro necesita. Es darle tiempo para quien está buscando una salida encuentre los mejores modos con herramientas que podamos compartir para salir hacia adelante. Esto se llama promoción humana que se diferencia del paternalismo y de un cierto caudillismo por éstas características de ser quien acompaña receptivo y en la reciptividad dejar quien es bienvenido desde su problemática vaya encontrando las respuestas que no encuentra facilmente ni tan poco espera que se la den. María en éste sentido busca que quien tiene necesidad se encuentre con su Hijo. Nos enseña un modo y un estilo hagan lo que les diga. No es una matrona, es una madre que sabe ubicarse, sabe hasta donde llega y como llega y quien tiene la respuesta, sabe vincular y sabe correrse en el silencio para que los mismos protagonistas de la historia vayan dando respuesta a sus mismas necesidades. De esto necesitamos y mucho frente a tanto clamor popular en éste tiempo. Por querer sacar de la esclavitud generando dependencia a reafirmar la esclavitud y es propio de las actitudes de una mala política de tipo clientelista que hace que las personas a las que se busca promover lejos de sacarlas hacia adelante desde si mismas se las vinculan independientemente vinculado a intereses de quien tiene la capacidad de la dádiva. Eso no es bueno, pedagógicamente humano María nos enseña el modo verdadero de liberar

María pone el plus que falta porque sin duda la perspectiva que nos regala el cuadro de Caná de Galilea muestra como en 2 escenas distintas el antes y después de la intervención mariana. En el antes la reunión es una reunión como toda reunión. En el después es una reunión llena de color,de gozo, de alegría ,de fiesta, de sorpresa, de milagro. María pone ese plus por su intrepidéz, por su capacidad de donación, por el aroma mariano que ofrece al ambiente que rodea la celebración que es ni nada más ni menos que la presencia de su hijo. De hecho la cosa cambia cuando ella corriéndose después de haber presentado la súplica deja que el Hijo actúe , trabaje hagan lo que El les diga Esta Palabra nos pone en sintonía con lo que el Faraón dice en el momento en el que el pueblo va pasando por mucho hambre y dijo hagan lo que José les diga. Es como una voz que suena dentro del ámbito bíblico y María como fiel a esa tradición sabe que la respuesta está en manos de otro. En éste caso su Hijo el puede. El plus que María trae es Jesús y en éste sentido nos muestra a nosotros el modo de como obrar alli donde las carestías mas que soluciones puntuales que también son necersarias como el vino de hecho que faltaba. Lo otro que llena de sentido a lo que falta que es ésta presencia totalizante, transformadora, renovadora por parte de su Hijo. Lo que verdaderamente María aporta aquella celebración que corre riezgo de ser frustrada es la presencia de Jesús. Este es el plus. De allí que a nosotros como misioneros en éste tiempo, misioneros marianos, la Virgen viene como a ponernos en el centro de nuestro quehacer misional a su Hijo y a El ponerlo por delante en el anuncio. Lo que marca la diferencia de la intervención mariana es la presencia de Cristo en medio de la celebración Porque que es el agua cambiada en vino? Es el signo de la Alianza anticipada. Es como la Pascua anticipada. Por eso todavía no ha llegado mi hora Una expresión del Evangelio de Juan que hace directamente referencia al misterio pascual. Cuando Jesús dice que todavía no ha llegado su hora Jesús dice que todavía no llegó el tiempo de la Pascua por eso que tengo yo contigo mujer no ha llegado mi hora. Es decir no es tiempo de ofrenda pascual. La intervención mariana hace que el tiempo pascual se adelante. El libro del Apocalípsis muestra esto claramente hablando de la segunda venida del Señor cuando dice el Espíritu y la esposa que es la Iglesia claman Maranathá Ven Señor Jesús. Cuando nosotros como pueblo nos reunimos para orar junto con María adelantamos la Pascua, el tiempo de la transformación y por eso estamos tomando éste eje de perspectiva de dolor en el corazón mismo de la humanidad para clamar con María al Padre que tu Hijo intervenga nuevamente. Que traiga el último empujón que nos falta para llegar a la meta

 

                                                                      Padre Javier Soteras