04/04/2022 – “El tiempo de Cuaresma tiene un carácter bautismal y penitencial a la vez. En la reconciliación de los hombres con Dios, la Iglesia ha ido conociendo cada vez más claramente el papel de María, como expresaba san Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica – Reconciliación y Penitencia- : “ … por su maternidad divina fue hecha colaboradora de Dios en la misma obra de la reconciliación”.
Angélica Diez, misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, nos invitó en esta oportunidad a reflexionar en torno a la figura de María, como Madre de la reconciliación:
“Como nos relata el libro del Génesis 3, 9-15, desde el pecado de Adán y de Eva, la naturaleza humana queda enemistada con Dios por el pecado original que se transmite por vía de generación. Y la reconciliación se realiza en Cristo. Cristo vino a reconciliarnos a través de su sacrificio de amor y de dolor. Y María, nuestra Madre nos trajo esa reconciliación, con toda verdad la invocamos como Madre de la reconciliación. Al calor del corazón de María se reconcilia lo humano con lo divino”.
“María está presente en el Sacramento del perdón como madre que recoge entre sus brazos al hijo, a la hija heridos y trata de curarlos porque es madre del Médico que todo lo sana. ¿Y cómo actúa? Acercándonos a su Hijo para que , reconociendo nuestros pecados , dejándonos reconciliar probemos el abrazo del amor misericordioso de Dios que libera, sana, salva y santifica“.
“Nos dice el papa Francisco: “Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, para curar mi alma. Para salir con más salud espiritual. Para pasar de la miseria a la misericordia. El centro de la confesión no son los pecados que decimos, sino el amor divino que recibimos y que siempre necesitamos. El centro de la confesión es Jesús que nos espera, nos escucha y nos perdona”.
¿A qué me invita María hoy?
A reconocer la victoria de la Divina Misericordia sobre el pecado; a pedir que se encienda nuevamente en nosotros la esperanza en una vida mejor, libre de esclavitud, de rencores y miedos. A implorar, con el Venerable Cardenal Eduardo Pironio: “Virgen de la Reconciliación muéstranos al Padre de cada día y a Cristo que vive en los hermanos”.
Ayúdanos María a celebrar el sacramento de la reconciliación con renovada profundidad para saborear el perdón y la infinita misericordia de Dios