María, mujer del sí y de la entrega disponible

jueves, 16 de junio de 2022
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16/06/2022 – El padre Juan Ignacio Liébana nuevamente nos habló desde la localidad santiagueña de Campo Gallo sobre las virtudes de María. Esta vez el tema fue ver a la Virgen como mujer del sí y de la entrega disponible. “Ante la Palabra escuchada, María responde, no queda muda, se compromete, se implica, no demora su respuesta, no se fuga en estériles lamentos, especulaciones, razonamientos. Ella es práctica, decidida, valiente, comprometida”, indicó Juani. San Bernardo de Claraval alguno vez dijo e María: “Has oído, Virgen, que concebirás y darás a luz un hijo. Has oído que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, condenados a muerte por una sentencia divina, esperamos, Señora, tu palabra de misericordia. En tus manos está el precio de nuestra salvación; si consientes, de inmediato seremos liberados. Todos fuimos creados por la Palabra eterna de Dios, pero ahora nos vemos condenados a muerte; si tú das una breve puesta, seremos renovados y llamados nuevamente la vida. Virgen llena de bondad, te lo pide el desconsolado Adán, arrojado del paraíso con toda su descendencia. Te lo pide Abraham, te lo pide David. También te lo piden ardientemente los otros patriarcas, tus antepasados, que habitan en la región de la sombra de la muerte. Lo espera todo el mundo, postrado a tus pies”.

Y agregó este gran santo: “Y no sin razón, ya que de tu respuesta depende el con- suelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación de todos los hijos de Adán, de toda tu raza. Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel. Di una palabra y recibe al que es la Palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la Palabra divina, profiere una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es la Palabra eterna. ¿Por qué tardas?, ¿por qué dudas? Cree, acepta y recibe. Que la humildad se revista de valor, la timidez de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal olvide ahora la prudencia. Virgen prudente, no temas en este caso la presunción, porque, si bien es amable el pudor en el silencio, ahora es más necesario que en tus palabras resplandezca la misericordia. Abre, Virgen santa, tu corazón a la fe, tus labios al consentimiento, tu seno al Creador. Mira que el deseado de todas las naciones está junto a tu puerta y llama. Si te demoras, pasará de largo y entonces, con dolor, volverás a buscar al que ama tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por el amor, abre por el con- sentimiento. Aquí está -dice la Virgen- la esclava , del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

Liébana destacó además “La confianza y el abandono de nuestra Madre. María entrega lo que Dios pide. No se trata de un alquiler de vientre o de una cooperación pasiva, sino de la entrega de toda una vida, de una consagración total, de un hacerse: sierva, esclava, totalmente obediente, disponible, entregada a la voluntad de Dios. Toda bella eres María, porque en Ella todo es sí, no hay sombra de pecado, ni de hacer la propia voluntad. Como compromiso para la semana propongo decir más veces sí que no y tener disponibilidad para los servicios ocultos”.