16/12/2020 – Esta semana en “Caminando con María” continuamos reflexionando nuestra vida desde la figra y ejemplo de nuestra madre, la Virgen María.
Desde la oración del Año Mariano Nacional, nos detenemos en la expresión: “Tú que al pie de la cruz te mantuviste firme, y viviste el alegre consuelo de la resurrección, enséñanos a ser fuertes en las dificultades y a caminar como resucitados”
El padre Francisco Palacios comenzó recordando que muchas veces decimos, o nos dicen, ante situaciones difíciles (muerte de un ser querido, enfermedad proia o de algun amigo o familiar, dificultades): ‘¡tenés que ser fuerte!‘, Entonces ¿somos débiles porque queremos serlo? ¿la fortaleza se alcanza con solo decirlo? ¿Dónde está la clave?
“A semejanza de la esperanza, también la fortaleza tiene un aspecto humano pero también es un don que pedimos los que tenemos fe en Jesús. Una persona nos se vuelve fuerte de un día para el otro. No se improvisa la fortaleza espiritual”.
A lo largo de la Palabra de Dios se muestra, en varias oportunidades, la invitación de parte de Dios a que seamos fuertes y valientes:
“Permaneced firmes en la fe, sean valientes y fuertes” (1 Corintios 16, 13-14)
“Cobren ánimo y ármense de valor” (Salmo 31, 24)
“Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará” (Deuteronomio 31,6)
La virtud de la fortaleza sostuvo a María en momentos como:
1. Cuando escuchó la profecía de Simeón (Lc 2,22): “una espada te atravesara el corazón” 2. Cuando huyó a Egipto(Mt 2,13) porque corría peligro la vida de Jesús…y tuvo que soportar las noticias de cuántos niños de sus amigas habían sido asesinados. 3. Cuando el Niño se pierde en el Templo (Lc 2,41) 4. El encuentro con su Hijo camino del Calvario. 5. Cuando Jesús cuando muere en la cruz ( Jn 19,17) 6. El descenso del cuerpo de Jesus de la cruz (Mc 15,42) 7. Cundo Jesús es colocado en el sepulcro (Jn 19,38)
1) Crecer en devoción a la Santa Cruz
2) Aceptar las cruces cotidianas: La Virgen en todo momento se ofreció para hacer la voluntad de Dios, aunque momentáneamente le resultase incomprensible
3) Ofrecer a Dios mortificaciones voluntarias
4) No ser “quejosos” Decía San Juan María Vianney
5) Obedecer por fidelidad
Te invitamos a escuchar el programa completo junto al padre Francisco Palacio en el audio al comienzo de esta nota
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