“María recorre con Jesús el camino hacia Jerusalén”

09/04/2020 – Esta semana, en el ciclo “Conociendo a María”,  la hermana Clara Temporelli nos llevó a profundizar en el pasaje del Evangelio de San Juan, donde podemos contemplar a María junto a Jesús en el momento de la crucifixión.

En un primer momento, hermana Temporelli explicó el contexto del texto del Evangelio de San Juan: a quien estaba dirigido y cómo se encuentra estructurado.

A partir de allí se adentró en  profundización del pasaje de San Juan que dice:

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:  «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo:  «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” (Jn 19, 25-27)

Podemos observar que María, después del episodio de las Bodas de Caná, permanece en silencio…

“El hecho del que María permanezca en silencio nos puede hacer interpretar, con San Juan, que María recorre un camino de búsqueda, de meditación, de contemplación del misterio de su Hijo, que nos permite encontrarla después en Jerusalén junto a Jesús”.

“San Juan nos hace comprender cómo María fue acompañando, desentrañando y discerniendo la vida y misión de Jesús hasta encontrarla fielmente en Jerusalén junto con este tremendo dolor, que fue el juicio y la condenación de Jesús”.

María y el discípulo amado

Hay una figura importantísima que nos muestra San Juan: la de discípulo  amado.

“La Madre y el discípulo amado forman la nueva familia escatológica. Este discípulo amado es el testigo que garantiza la comunidad basada en el amor. La madre y el discípulo van a hacer que renazca y que fecunde lo antiguo y lo nuevo”.

«Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo:  «Ahí tienes a tu madre».

“Cuando pronuncia estas palabras tan  importantes, Jesús tiene conciencia de que se va,  pero va a seguir presente en los que se aman y a los que ama.  De esta manera le indica a su Madre cuál es la verdadera familia: la del discípulo amado, es decir, la de aquellos que están con él en el momento de su muerte.

Y revela quien es el uno para el otro: María es para el discípulo amado la Madre y el discípulo será su hijo.

Jesús se va y los dos, María y el discípulo,  quedan unidos en el amor a Jesús”.

Te invitamos a escuchar el programa completo al inicio de esta nota y a compartirla en tus redes sociales

 

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