«Menos es más»: cómo vivir el gozo en un mundo que nos obliga a consumir

jueves, 21 de agosto de 2025

21/08/2025 – ¿Te pusiste a pensar que la tecnología nos impone un consumo compulsivo que tiene un altísimo impacto ambiental? En una nueva entrega del ciclo «Laudato Si: la creación como don y tarea», Silvia Alonso, coordinadora del capítulo Argentina del Movimiento Laudato Si’, nos invita a un profundo despertar de la conciencia, a través de una reflexión sobre la encíclica del Papa Francisco en el capítulo 6. En un diálogo que nos sacude, Silvia nos advierte que para cuidar nuestra casa común necesitamos una revolución cultural, espiritual y, sobre todo, educativa, que nos ponga frente a nuestra propia incomodidad.

El Papa, en el capítulo 6 de su encíclica, nos insta a un cambio de vida y nos pone frente a un espejo que refleja un problema que nos parece lejano: el paradigma tecnocrático. Silvia nos lo hace ver con un ejemplo que nos toca de cerca: nos creemos libres, pero la tecnología nos impone un consumo compulsivo que tiene un altísimo impacto ambiental. El uso de la inteligencia artificial, por ejemplo, demanda una infraestructura que consume cantidades inmensas de agua y energía. Como nos explica Silvia, mientras una señora en México pela papas, un gigantesco centro de datos, que está a solo unos metros de ella, consume el agua de toda la comunidad. ¿Te das cuenta del costo de esa comodidad y de ese “progreso”?

Frente a este panorama, Silvia nos interpela y nos invita a no ser ingenuos ni cómodos. La educación en ecología integral no es solo para expertos, sino para todos, incluso para periodistas, curas y el clero en general, ya que todavía no es un tema incorporado en la formación. Nos anima a usar el método “ver, juzgar, actuar” y a sentir una sana incomodidad que nos saque del individualismo. Nos recuerda que la familia es la base de todo, donde aprendemos las primeras lecciones sobre el cuidado de los recursos. Nos propone volver a lo que nuestras abuelas hacían por necesidad y que hoy se presenta como una “innovación”: la economía circular. No es otra cosa que aprender a rechazar lo que no necesitamos, reducir el consumo, reusar lo que ya tenemos y reciclar. Con la contundente analogía de la rana, que se acostumbra al agua que se calienta despacito hasta que la hierve sin que se dé cuenta, Silvia nos invita a saltar de la cacerola de la “obsolescencia programada” que nos obliga a consumir más, y a no esperar a que nos saquen la dignidad.

Finalmente, Silvia Alonso nos invita a un camino de conversión ecológica, que no es una epifanía, sino un proceso de toda la vida. Nos asegura que este camino nos permite descubrir que “menos es más” y que, al final de nuestra vida, no nos arrepentiremos de no haber tenido más cosas, sino de no haber compartido más tiempo y de no haber profundizado en nuestras relaciones.

El Papa Francisco lo dijo claro: «Nadie se salva solo». Solo en comunidad, aprendiendo a perdonarnos y a pedir perdón a nuestra casa común, podremos enfrentar la complejidad de este desafío. Si te sentís interpelado por esta nota, te invitamos a descubrirla completa pasar de la reflexión a la acción.