“Mi hermano, el padre Pedro, tiene la fuerza, el vigor y el ardor de los grandes apóstoles”, dijo Luba Opeka

sábado, 22 de septiembre de 2018

22/09/2018 – Este sábado dialogamos con Luba Opeka, comunicadora y hermana del padre Pedro Opeka, sacerdote argentino que misiona en Madagascar desde hace 50 años. “Colaboro en un programa de fe en televisión por cable en Buenos Aires, recorro distintas comunidades religiosas de la región metropolitana y también del interior del país”, comenzó diciendo Luba.

Asimismo, compartió el origen de su familia: “Éramos ocho hermanos. Mis padres Luis y María ya están en el cielo, como también dos de mis hermanos. Mis papás eran eslovenos, ellos llegaron a la Argentina como refugiados huyendo de la Segunda Guerra Mundial y más puntualmente del comunismo que reinaba en la ex Yugoslavia del dictador Tito. Mis padres se conocieron en un campo de refugiados de Italia y se casaron en una capilla de Loreto”. Luba también contó que su mamá, “cuando pasaba por frente de una iglesia de San Antonio de Padua yendo al campo de refugiados, le pidió poder conocer a un joven bueno y formar una familia. Mientras eso ocurría, mi papá logró salvarse de los comunistas, estaba preso y pudo escapar de entre las balas. Incluso, antes de cruzar un torrentoso río, se encomendó a la Sagrada Familia porque no sabía si iba a sobrevivir. Nadó durante nueves noches y durante el día se escondía. Finalmente pudo cruzar a Italia y alí conoció a mi mamá y se casaron”. Luba agregó que “en un momento, y con su primer hijo y el padre Pedro en el vientre de mi mamá, surgió la posibilidad de venir a Argentina y eso hicieron”.

En relación a su hermano sacerdote, Luba Opeka relató: “Él quería ingresar a la comunidad de San Vicente de Paul y por eso fue a estudiar a París. Aunque su otra pasión era el fñtbol, llegando a jugar en el club Orgelius, donde tuvo de compañero al hijo de quien fuera después el presidente francés François Mitterrand. Incluso una vez le preguntó a mi mamá: ¨Vos que querés que sea, ¿futbolista o sacerdote?`. Y mi mamá le respondió: ´ñ Si querés la fama, el dinero y el poder, sé futbolista. Pero si querés la gloria de Dios, entonces sé sacerdote`. Mi hermano decía en el origen e su vocación: ´La gente los domingos está en la cancha. Yo voy a ir a la cancha y los voy a llevar la iglesia`”.

Luba se declaro una admiradora de la obra de su hermano en Akamasoa, en la isla africana de Madagascar: “Tiene la fuerza, el vigor, el ardor de los dos grandes apóstoles, Pedro y Pablo. De hecho esos son sus dos nombres. Los lleva en su piel, en su mirada. En su forma de hacer las cosas”.

Finalmente, la comunicadora porteña nos dejó esta oración:

Jesús el Buen Pastor,
acudimos a Ti necesitados de tu Misericordia.
Siempre nos das consuelo y aliento.
Que sepamos hacer tu voluntad y agradecer siempre tu companía.
Amén