15/06/2017- Cuatro y media de la tarde en Villa Urquiza, Capital Federal. Néstor y Ceci querían ir a La Boca porque hacía mucho tiempo que no visitaban Buenos Aires. Era una tarde húmeda y fresca. Decidieron tomar un taxi para poder llegar más rápido.
El taxista que paró era Javier, quien trabaja de ello desde 1993 pero que tiene el auto desde el ’87 apróximadamente. “Se lo compré a un cuñado para que trabajara”. Pero las distintas circunstancias de la vida lo pusieron a él frente al volante.
El fanático de Independiente dijo que como hay que “buscarla y pelearla” menos de 12 horas arriba del auto no se puede estar. Una jornada normal es desde las 6 am hasta las 6 pm. ¿Cuánto duerme por día? “Los viejitos dormimos menos, entre 5, 6 horas” les cuenta a sus pasajeros del programa Donde Quiero Estar. Y comentó que “prácticamente el taxi es mi segundo hogar”.
Con el ruido del tráfico de fondo, Javier contó por qué son tan importantes los taxistas en las ciudades: “somos como un termómetro”.
Y no sólo eso. Como cualquier taxista ha tenido muchas experiencias, tanto buenas como malas. Ha llevado gente a sus casamientos, los ha sacado de apuros y también al hospital.
Lo más importante para él es la escucha. Y les dijo a Cecilia y a Néstor que lo mínimo que podía hacer es prestar el oído nada más para que el pasajero se desahogue. “Si podemos ayudar aunque sea en el Ministerio de la Escucha como dijo el Papa Francisco” dijo como reflexión.
Ahí se dieron cuenta ambos que tenía la imagen de la “Mater” en la luneta. Ante la pregunta, Javier les comentó que integra un movimeto católico de la Virgen de Schoenstatt. Y que “Gracias a Dios” lleva a María como protección.
Cuando pararon en un semáforo rojo, les contó que Cliver Beltramo nada más ni nada menos (taxista muy conocido por tener un cuaderno con oraciones) lo inició. Además, “es nuestra patrona en Capital Federal”. Los pasajeros podían escribir sus intenciones, pedidos, agradecimientos en este cuaderno que tenía. “El 80% son pedidos” que luego son ofrecidos como capital de gracia en el Santuario de la Virgen.
Es tan importante la Fé en su vida, que sale de su casa y se encomienda a Dios y a la Virgen. Y de esta manera logra aislarse de todo lo malo que puede pasar en una ciudad tan grande como es Bueno Aires. Esto le permite vivir distinto “ya que si vivo con miedo, me quedo en casa y no puedo vivir. La virgen está conmigo”.
De música de fondo se escuchaba la banda británica Coldplay. Le encanta porque le han dicho que la letra traducida es muy bonita aunque él no entienda. “Viva la Vida” sonaba y la paz invadió el auto en contraste con el tránsito de la ciudad.
Como estaban llegando a la Boca, Néstor y Cecilia le pidieron que él terminara el recorrido con una oración. Y Javier eligió aquella que inventó la esposa de Cliver, que rezaba a la mañana antes de salir y cuando volvía a su casa. Les compartió la estampa con la Madre y la oración por detrás, y se despidió:
“Madre, acompáñame en el peregrinar de este nuevo día para conseguir el pan cotidiano.
Guíame en la lucha diaria y acércate con tu Hijo Jesús a mis pasajeros.
Te doy gracias y te pido tu protección para todos nosotros y nuestras familias que nos esperan en casa.
Amén”.
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