29/04/2019 – La localidad de Chamical se vistió de alegría y emoción en la tarde de este domingo con la celebración de la misa de acción de Gracias por la beatificación de los siervos de Dios Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.
La celebración estuvo presidida por el obispo auxiliar de la diócesis de Santiago del Estero, Monseñor Enrique Martínez Ossola, quien portaba muy emocionado el báculo pastoral de Monseñor Angelelli.
La ceremonia, que constituyó el tercer acto de Gracias en la diócesis, tuvo lugar en la parroquia El Salvador, en el atrio de ingreso, que albergó en 1976 a los nuevos Beatos durante su paso por esta localidad.
Al igual que ocurriera en la ceremonia central y como se repitió en la misa de acción de gracias en Sañogasta y Punta de los Llanos, los familiares de los mártires ingresaron al inicio de la celebración presentando el relicario con sus reliquias.
En su homilía pronunciada en italiano, que fue traducida para la comunidad presente, Fray Marcos Tasca de la Orden de los Frailes Menores Conventuales y a la que pertenecía Carlos Murias, dejó un emotivo mensaje a los presentes evocando la figura de los mártires.
En referencia a ellos expresó que “Estamos aquí en estos días para rendir honor a estos cuatro hermanos que rindieron honor a nuestro Señor. Esta noche estamos aquí en un modo particular para agradecer por Gabriel y Carlos”.
Haciendo hincapié en las palabras de Jesús en el evangelio, Fray Marcos dijo que “En el evangelio hemos escuchado que Jesús se presenta a Tomas con todas sus heridas abiertas, incluso después de la resurrección. Jesús no se presenta con todo ya curado, perfecto. Se presenta herido y dice claramente que la resurrección no cura todas las heridas. Quiere decir que todos los días estamos llamados a recoger la cruz que la vida nos pone adelante, y a cargarla como el Señor Jesús nos había enseñado”.
Este pasaje lo relacionó con la figura de los beatos riojanos diciendo que “Pensando específicamente en Gabriel y Carlos, el cristiano no da testimonio de la propia fe exhibiéndose en una vitrina, no quiere hacerse ver. Pero el testimonio implica el ser visto. Son las multitudes que siguen a Jesús, Él no organiza convocatorias para que todos vengan”.
En recuerdo de los venerables siervos de dios, el sacerdote franciscano dijo que ”Muchas veces nosotros pensamos, y tal vez sea verdad, que vivimos en un mundo de muchas contradicciones, y parece que el mal asfixia nuestro mundo. Lo que nos enseñan nuestros mártires es que el único modo de parar el mal es perdonando. Es encender una pequeña vela en la noche, eso es lo que le pedimos a nuestros mártires, ser una vela en la oscuridad”.
Por último, Fray Marcos expresó que “En estos dos días hemos narrado una gran Historia: la historia de una iglesia, de un pueblo, que tiene un rostro concreto en estos cuatro mártires. Por lo tanto tenemos una gran historia para contar. Una historia bella, llena de emociones por lo tanto tenemos una gran historia por descubrir. Que nuestros mártires nos enseñen que todos estamos llamados a construir una gran Historia” finalizó.