“Monseñor Angelelli no fue un obispo de confrontación, promovió una pastoral de conjunto”, dijo el historiador Pedro Goyochea

jueves, 28 de marzo de 2019
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28/03/2019 – El abogado Pedro Goyochea comenzó diciendo que “Tomar memoria de este acontecimiento eclesial sin precedentes en el noroeste argentino, me llena de mucha emoción”.

En este sentido, explicó en qué consistió el proceso de canonización, “Este proceso constó de dos etapas , la primera que es de carácter diocesano y la segunda, la denominada fase vaticano que es la que concluye con el decreto del Santo Padre del año pasado a través del cual se da a conocer públicamente la beatificación de monseñor Enrique Angelelli, de los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera”, expresó el Dr. Pedro Goyochea, quien preside la Comisión de historia. Es abogado, docente y profesor de historia.

¿En qué consistió la tarea de la comisión de historia?

En cuanto al trabajo de la comisión de historia, el abogado indicó que “El trabajo sustancial y fundamental que tuvo la comisión histórica estuvo centrada en recolectar todos los documentos, escritos y constancias de aquel momento de los siervos de Dios, que nos vayan de alguna manera relatando y describiendo las formas en las cuales estos mártires han hecho una opción preferencial por el Evangelio, por los pobres”. Y completó diciendo que “Y con el sentido con el que monseñor Angelelli le asignó a su pastoral de conjunto”, donde recordó que su lema episcopal fue precisamente, Justicia y paz, “y este lema ha quedado grabado en el corazón de todos los riojanos”, manifestó Pedro Goyochea.

El recuerdo maternal de las abuelas en los cuatro mártires

Se refirió también a las similitudes presentes en los cuatro mártires, “No es casual que en los cuatro mártires ha sido central el modelo que tuvieron en sus abuelas, los cuatro reconocen en sus abuelas maternas gestos tan importantes como el iniciarlos en la oración”.

“Es muy patente en el caso de monseñor Angelelli y de Wenceslao Pedernera, en donde las abuelas contribuyeron al inicio de las primeras formas de orar de estos mártires”. “En el caso de Angelelli recuerda en sus memorias el Avemaría y el Padrenuestro rezado junto a sus abuelas”. “Y esto creo que va marcando la pauta de cómo los vínculos familiares han sido sustancial para el crecimiento no sólo personal, sino vocacional de cada uno de ellos”, expresó el historiador.

Luego, recordó un testimonio dejado por escrito por monseñor Carmelo Juan Giaquinta, en el cual sostenía: <Muy difícilmente se puede admirar a un compañero de estudio pero en 1971 tuve la ocasión de visitar La Rioja por pedido ya de monseñor Angelelli, para predicar un retiro espiritual, y tuve la oportunidad de acompañarlo en sus tareas pastorales>, “y no deja un párrafo muy hermoso”, relató Pedro Goyochea:

<En ese momento vi la estampa de un pastor, el pastor con su gente y todos sus gestos eran de padre, allí descubrí la obra de Dios en un hombre concreto, monseñor Angelelli>, citó.

Finalmente, el historiador expresó que “No fue un obispo de confrontación, no fue un obispo de conflictividades, sino que fue un obispo que descubre la verdad en el Concilio Vaticano II, que promueve una evangelización de una manera sistemática y que en ese sentido nunca dejó de tener gestos paternales, aún para aquellos que los descalificaban de una manera grosera y también bastante dolorosa”, indicó.

Y concluyó diciendo “Que la alegría de estos testigos que dieron su vida en esta provincia tienen que ser motivo de inspiración, de inspiración para la compresión, para el perdón, para la caridad y para hacer de la Iglesia un ámbito de permanente esperanza, de saber que podemos congregarnos todos juntos sin excluir a nadie, hacer de nuestro testimonio una clara imitación de lo que fueron los mártires”.