07/06/2017- En Argentina, en los último diez años, el consumo de ansiolíticos aumentó en un 53% de acuerdo con una noticia de Página 12. El estrés, la ansiedad y los malos hábitos producen que cada vez más personas necesiten del consumo de fármacos para conciliar el sueño. El pasado martes, el Padre Roberto “Chobi” Álvarez habló en el Ciclo de Espiritualidad Bíblica acerca de esta situación.
Para empezar invitó a reflexionar cobre cuáles son los aspectos que alimentan la ansiedad y cómo se puede, desde la Palabra de Dios, cambiar de perspectiva frente a las preocupaciones.
Existen diferentes maneras de afrontar la ansiedad. Algunas personas la canalizan a través del activismo, se “pasan de vuelta” con exceso de actividades para ocupar su mente y su tiempo y, así, evitar pensar continuamente en los afanes de sus vidas. Otras personas, las que sufren de insomnio a causa de el exceso de preocupación, optan por el consumo de fármacos. Los cuales ya sean prescriptos por un profesional de la salud o auto indicados, implican una realidad innegable que es que no acaban con nuestras preocupaciones. “El ansiolítico duerme pero no tranquiliza, no va a lo hondo. Entonces, al despertar al día siguiente, continúan las mismas angustias” dijo el Padre Chobi.
Preocuparnos, ocuparnos antes de tiempo con un futuro que aún no está sucediendo y que no podemos manejar, nos llena de vacío el presente de problemas que aún no existen y nos impide disfrutar lo que sí tenemos hoy. El consumismo, mantener cierto estilo de vida y cubrir necesidades pueden ser parte de las preocupaciones que nos generan ansiedad. Para poder ponerle un límite a los pensamientos que quitan la paz e impiden conciliar el sueño, lo primordial es descubrir el motivo de la angustia, preguntarse qué es lo que acelera el pensamiento, qué inquieta produce que, al llegar a la cama, no podamos dormir. “Cuando sufrimos de ansiedad es porque algo no funciona en la forma de plantear el presente o futuro”, comentó el sacerdote.
En la Palabra de Dios, en el Evangelio de San Mateo 6, 25-34, el Señor nos invita a no inquietarnos por las necesidades de mañana. “En el Antiguo Testamento podemos que ver que Dios le daba a su pueblo el maná de cada día. No todo junto para que acumulen. El maná acumulado se llena de gusanos, al igual que nuestras preocupaciones y ansiedades agusanan nuestro interior”, comentó el Padre Chobi. Además agregó que, en el Evangelio, la frase “no se inquieten” se vuelve una muletilla para Jesús que nos invita a abrirnos a la voluntad de Dios, sin inquietarnos por las necesidades de mañana. Confiar en Él es saber que vendrá a través de su Providencia a cubrir todas nuestras necesidades.
Según el Padre Chobi “la angustia, la ansiedad tienen un gran componente de encierro” y que “cuando uno se pone ansioso muchas veces significa que estoy ensimismado”. Esto se debe a que “el hombre se encierra en sí mismo y no se abre a Dios”. “¿Cuántas de mis preocupaciones, de mis encierros tienen que ver con que lo quiero resolver sólo? (…) Se termina haciendo un mundo de algo que podría ser tan pequeño” agregó.
Un buen antídoto es “acompañarse de amigos o acompañantes espirituales que nos saquen de la angustia y nos lleven a un lugar de paz”. Pero sobre todo “abrirme a la voluntad de Dios, no inquietarme , saberme hijo de Dios. Alguien nos ama y dio la vida por nosotros y rasgó las puertas del cielo para que yo pueda entrar en él”. Antes de ir a dormir en la oración se podría “recordar que tenemos un ángel de la guarda, un padre que nos ama, que guarda nuestro sueño”´.
También remarcó la importancia de que Jesús “habla de no preocuparnos y no mirar más allá del presente. “El susurro de Jesús diciendo no te preocupes“.
Las preocupaciones generalmente son por”necesidades de los hijos por sus bienes a futuro”.”La preocupación entendida como suerte y destino” aclaró el Padre Chobi y que está relacionada “a la memoria, muerte”. Estas preocupaciones “no dejan de corresponder a todas cosas ciertas y reales” pero impiden “pensar en lo que si tenemos, disfrutar lo presente”. Los que no pueden conciliar el sueño muchas veces es porque tienen estas preocupaciones.
Aunque mucha gente tiene necesidades cubiertas y siguen sin conciliar el sueño.“No vas a salir de la ansiedad si vivís pensando en lo que necesitas para el día siguiente y no disfrutás el presente”.
Con respecto a los niños “ayudarlos a saber que tenemos un Dios protector y providente, nos quita los afanes y nos llevan de tranquilidad”. Como en Getsemaní en medio de sus angustias el consejo de Jesús fue “velen y oren para no caer en la tentación”. “Los va a ayudar a sacar ese nivel de ansiedad” comentó el Padre Chobi.
Sin embargo, admite que “en algunas situaciones si es necesario un fármaco, pero se puede dar una direccionalidad a la ansiedad, desde la Fe y la palabra de Dios”. Lo fundamental es “descubrir por donde viene mi preocupación para poder canalizarlo y aprender a mirar desde otra perspectiva”.
Finalizando, el Padre Chobi aclaró que “en el presente cualquiera sea, Dios esta actuando y esta amando”. Y principalmente “cómo vas a estar quitándote el sueño, llenándote de ansiedad pensando en un futuro que te impide gozar del sentimiento de ser amado de Dios”.
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