11/01/2023 – Continuamos esta semana con el espacio de espiritualidad con el padre Héctor Espósito, párroco en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Villa del Rosario. El ciclo que nos está compartiendo es acerca de las virtudes cristianas.
“Nos referiremos a la virtud de la caridad, como virtud teologal -señaló el padre Héctor- porque no hay mejor alegría que amar”.
Iniciamos con el texto de la Primera Carta a los Corintios, capítulo 13:
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás.”
“Es verdad que hoy la realidad de lo que significa el amor está excluido y vituperado porque es comparado sólo con la afectividad humana que, herida por el pecado y la concupiscencia, es contrario al dar, es más egoísmo que amor”.
“Por eso la caridad no se trata sólo de un valor, sino que hablamos de la virtud, que es la fuerza que viene de lo alto, del centro del corazón del hombre y de la decisión de amar”.
“La caridad es la fuerza que viene de Dios, infundida por Dios en la voluntad, por la que amamos a Dios por sí mismo y por sobre todas las cosas y nos amamos a nosotros mismos y al prójimo, por Dios”.
“Es teologal porque sus actos se enderezan hacia Dios, que es el fin sobrenatural del hombre. A la caridad en el hombre se le llama amor sobrenatural y es la virtud que permanecerá siempre con nosotros, aun en el cielo”.
El p. Héctor Espósito es misionero vicentino y nos acompaña cada semana en este espacio
Podés escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota