No quieras cambiar a los otros ¡cambiá vos!

jueves, 4 de junio de 2020

29/05/2020 – “Todo el mundo quiere el cambio, pero nadie quiere cambiar”. ¿Cuántas veces hemos intentando que otra persona cambie? Nuestra pareja, nuestra madre, un amigo, un compañero de trabajo… Parece que existe una extraña tendencia a querer que los demás cambien, y lo peor es que esto nos genera una gran frustración cuando vemos que no lo conseguimos. Dialogamos con la Licenciada Adriana Guraieb , psicóloga y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

¿Por qué tendemos a querer cambiar al otro?

Para explicar un poco porqué queremos cambiar al otro nos adentramos en el mundo de la mitología griega hablaremos de la leyenda de Pigmalión, rey de Chipre. Según la leyenda, este último buscaba a la mujer perfecta, pues las reales le parecían imperfectas, por eso comenzó a esculpir una figura en marfil del modelo ideal que buscaba. El mismo debía reflejar la belleza femenina, armonía, nobleza, ternura y sensibilidad. No descansó un solo instante hasta que terminó una escultura perfecta, tan perfecta en su forma, que se enamoró de ella. Invocó a los dioses, especialmente a la diosa de la belleza y del amor, Afrodita, quien decidió dar vida a la estatua, y la llamó Galatea.

Pasaron los siglos y en la actualidad se denomina Pigmalión a aquellas personas que se enamoran de lo que esperan cambiar del otro y lograr así el ideal buscado. El efecto de este síndrome se puede dar en cuatro ámbitos: psicológico, social, laboral y educativo.

La idealización

Es muy importante la función de idealización y las elevadas expectativas que se tienen al iniciar una relación, lo cual puede resultar una gran exigencia para el otro. Hay quienes no se resignan a aceptar las irremediables e inexorables diferencias entre uno y otro, y persisten en la búsqueda de un ideal, imposible de lograr, que generará conflictos, desilusiones, rupturas.

No intentes cambiar al otro, cambia vos

Para que una persona cambie es imprescindible que quiera hacerlo. No depende de nosotros, sino de su propia voluntad. No podemos culpar a los demás de no ser cómo nosotros o de no ser cómo nosotros queremos que sean. Lo primero es entender que a las personas hay que aceptarlas tal y como son, y aceptar también que cada uno pensamos y sentimos de manera diferente. Esto, que parece tan obvio, en la realidad no lo es tanto.
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Preguntas evaluativas

-¿Guardas algún resentimiento por no haber podido perdonar?
-¿Sientes que los conflictos interfieren de modo negativo en el amor?

-¿Ambos actúan responsablemente te sobre sus ingresos y egresos económicos?

-¿Has considerado que tu relación puede estar en crisis?

-¿Alguno de los dos intenta imponerse sobre las decisiones del otro?

-¿Has aceptado la forma de ser y de sentir de tu pareja aunque no la compartas?

-¿Tienes la libertad de expresar tus sentimientos sin que surjan conflictos?

-¿Sientes necesidad de ayuda espiritual o emocional para cambiar tu persona o tu relación de pareja?

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.