Nuestras Debilidades y Fortalezas

viernes, 24 de abril de 2009

    Hoy se habla en todos lados del  FODA¿? ES EL SISTEMA que analiza las oportunidades, las debilidades, las fortalezas. Es un instrumento de análisis. Creo que eso ha escapado mucho más allá del ámbito de los recursos humanos como recursos laborales productivos, ha escapado del ámbito del perfil laboral. Nosotros hemos llevado esta escala y esta medida de lo humano, a muchas otras dimensiones de la vida humana.

    En general se entiende como FORTALEZA aquellos aspectos positivos de nuestro perfil, aquello que nos diferencia de los demás –sobre todo como candidatos a algún puesto en cualquier orden de la vida que sea-. Sin yo soy de una dinámica de seducción o de búsqueda de pareja, entiendo por fortaleza aquellas notas características  de mi perfil que me dan una diferencia por encima de otros candidatos. También son las características propias que aumentan la eficacia y la eficiencia en el desempeño de nuestras funciones en el área laboral, pero a la larga trasladamos los criterios de eficacia y de eficiencia a otros ámbitos, y de pronto, hasta nuestros mas caros amores terminan “medidos” por la vara de la eficiencia o de la eficacia. Mi hijo será buenísimo si estudia, será buen hijo si cumple con su deber, si trabaja…
Es decir, comenzamos a medir con cuanta eficiencia realiza las funciones  que se le han encomendadazo.
También entendemos por fortalezas habilidades, capacidades, aptitudes, todo lo que tenga que ver con alcanzar la meta fijada. Es bueno tener metas ¿cuál es la nuestra en este momento?

    En el ámbito de los recursos humanos se entiende por DEBILIDADES aquellos aspectos de nuestro perfil que frente al mercado actual nos ubican en desventaja frente a otros candidatos. Son aspectos que tienen que mejorar, son aspectos que muchas veces intentamos “tapar”, justamente porque nuestras debilidades nos hacen perder posibilidades. Esto es lo que sentimos: si no me siento tan inteligente, lo experimento como una debilidad y probablemente desarrolle estrategias para demostrar que sí soy inteligente

    En general, si escribimos por ejemplo 4 fortalezas nuestras, se da en general que las dos primeras, de las que yo me enorgullezco, me siento confiada de poseer, que experimento como un valor indiscutible en mi, son el fruto de un largo camino de esfuerzo por encubrir alguna debilidad, he hecho un esfuerzo para alcanzar ese talento que admiro porque en el fondo, no lo tengo.

    En general, en aquellos rincones de la sociedad que han sido alcanzados por la competencia, la competitividad, las exigencias de este mercado laboral cada vez más estrecho frente a una demanda cada vez mas amplia, sumada a esta sensación impresionante de crisis de paradigmas, de valores -.ha estallado en pedazos toda una cultura, un modo de ver la vida, una civilización-. En situaciones de crisis las debilidades son vistas como algo muy peligroso: hay poco lugar en el corazón de la gente, hay pocas comunidades.
    En general, en las librerías grandes, donde se ofrecen todos los best sellers, ofrecen de un lado, todo lo que es “literatura de fuga”: libros de cocina, de duendes de gurúes…, de meditación… son libros de fuga hacia adentro: hacia la intimidad del hogar, de la persona, hacia el yo, hacia el ego, hacia una especie de magia…Está tan fea la cosa, que mas vale nos encomendemos a los duendes. En definitiva: frente a la crisis ¿cómo hago para sobrevivir con mis cacharros, con los fragmentos de madera que flotan en medio de ella, y cómo hago para construir allí mi rinconcito y pasarla lo mejor posible? Hay mucha literatura
    Del otro lado hay una literatura de análisis de la realidad, pero en un tono dramático, desesperanzador. Daría la impresión que esta literatura es una colección de “nihilismos”, de “naderías” de “Desesperanzas”. Y da la impresión de que cuanto más se sacan conclusiones carentes de sentido, el estudio es más serio, más inteligente: acá estamos los valientes que asumimos esta descomunal crisis que vive la humanidad y que definitivamente parece clausurada en una sin salida.

    Si el cristianismo asume este desafío sin fugas, sin infantilismos, de cara a la realidad (no nos olvidemos que en el fondo del corazón del cristiano está el Crucificado: está la derrota, el fracaso: el cristianismo no le huye al dolor, y es al mismo tiempo una propuesta de esperanza de vida: “Yo soy la vida” dice el Dios de los cristianos), que linda oportunidad para, si profundizamos en lo que el Espíritu nos está pidiendo, mirar de frente este naufragio y al mismo tiempo tener el valor de encontrar las razones de nuestra esperanza. La esperanza no debe ser ilusoria, no debe ser la esperanza que viene de la fuga, de recluirse en la vida doméstica, en el yo, y fabricar nuestras truchas esperanzas para nosotros mismos.

    Esta sociedad en crisis tan profunda, nos ha dicho: Aquí no hay espacio para la debilidad (mandá la tierrita debajo la alfombra, pero que no se te noten las debilidades) Esto es profundamente inhumano, porque de lo que se trata es de reconocer que como seres humanos siempre tenemos fin: nuestras fortalezas, nuestros sueños, son finitos. Y ahí donde terminan nuestras fortalezas y empiezan nuestras debilidades, Dios ha dicho muchas cosas.

La fuerza mayor esta en el amor, es interior
la meta es darlo de veras mostrarlo sin razón con el corazón…

…Si yo pudiera salir de la comunidad de “los miserables”, por magia, por algo que me pase y me saque de este territorio…y no es lo más frecuente. Ni tampoco vengo yo a venderte este tipo de esperanzas. Te cuento una historia:




 

“En un pueblo lejano un rey convocó a todos los jóvenes a una audiencia privada con él donde les daría un importante mensaje. Muchos asistieron y el rey les dijo: les voy a dar una semilla diferente a cada uno de ustedes. Al cabo de 6 meses deberán traerme una maceta con la planta que haya crecido con la semilla que yo les daré. Al que tenga la planta más bella, le daré la mano de mi hija. El rey repartió la semilla Cada joven se fue para volver al cabo de seis meses. Había un joven que plantó su semilla y no germinó. Mientras tanto, todos los demás no paraban de hablar y mostrar sus hermosas plantas. Este joven esperaba y no ocurría absolutamente nada. Transcurrido el tiempo fijado, todos los jóvenes desfilaron hacia el castillo con plantas exóticas, hermosas. El joven cuya semilla no germinó estaba triste. Ni siquiera quería ir al palacio. Su madre insistió en que tenía que ir, porque era uno de los participantes y tenía que estar allí, tenía que cumplir su compromiso. Con la cabeza baja, muy avergonzado, desfiló hacia el palacio con su maceta vacía. Todos hablaban de sus plantas crecidas y se burlaban de él. De pronto ingresa el rey. Todos hicieron su reverencia mientras el rey paseaba entre las macetas admirando las plantas. Cuando terminó la inspección, hizo ingresar a su hija, la prometida, e hizo ingresar al joven que había llevado su maceta vacía. Atónitos, todos preguntaron y pidieron una explicación de por qué rey había entregado su hija a aquel que tenía la maceta vacía. El rey dijo entonces: ‘este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, porque a todos ustedes se les dio una semilla infértil. Y todos trataron de engañarme plantando otras plantas. Pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía. Ha sido sincero, real, valiente, y esas son las cualidades del futuro rey, las que un rey debe tener. Y también esas son las cualidades que busco para el esposo de mi hija.”

De lo que se trata, lo que te propongo, es que NO TENGAMOS VERGÜENZA DE MOSTRAR NUESTRA ‘MACETA VACÍA’.

… Es muy desconcertante el itinerario religioso del cristianismo para muchos. Muchos nos censuran con el argumento de que el cristianismo es una religión de fracasados. El de los cristianos es un Rey Resucitado, pero al mismo tiempo es un Rey que nace en un pesebre, un lugar común y pobre. Un rey que lleva a cumplimiento su obra de salvación en el fracaso, frente al rechazo más categórico y el abandono más triste de quienes lo acompañaban. La crucifixión de Jesús tiene que ver con su rol social, con su liderazgo, y el abandono de sus discípulos en ese momento tiene que ver con su rol emocional y afectivo.

    Es que lo escandaloso es que el camino religioso, que siempre intenta religar al hombre con lo divino, lo superior, la fuerza, el poder, lo que está por encima de todo, lo más grande, se ha presentado al mundo como lo más pequeño: Un Niño indefenso, un Hombre crucificado, abandonado.    Esto nos lleva a pensar que a los ojos de Dios la debilidad, la fragilidad, no tienen la connotación negativa que tienen para el mercado, para el mundo en general.
    Entonces no es que el cristianismo sea una religión de fracasados, sino al revés: el fracaso es diferente para Dios. Los límites de nuestra humanidad ponen de manifiesto que necesitamos ayuda, que las fuerzas, capacidades humanas, inteligencia, buenos sentimientos son verdaderos dones que hay que festejar y por los cuales tenemos que alegrarnos. La vida nos ha sido dada, y en última instancia, por mucho sacrificio, estudio, voluntad que le hayamos puesto a cualquier cosa que sea, todo se basa en elementos que nos han sido dados. (Por eso es importante que los profesionales recuerden, para ser agradecidos, que al recibirse ‘tienen una deuda’ porque muchos -hasta el mismo Dios- han dado por adelantado recursos, capacidades, dinero, acompañamiento. Por tanto, todos ellos ‘se reciben’ de profesional).
    Es importante valorar y agradecer todas estoas cosas positivas, pero también es necesario darse cuenta que son insuficientes para alcanzar el anhelo de felicidad que abriga el corazón de cada ser humano. Es incluso insuficiente para realizar todo el bien que en el mejor de los casos quisiéramos hacer.
En una cultura de la eficiencia, del éxito, del raciocinio y del poder, en una cultura en que parece que estos valores son casi absolutos y merecedores de veneración, es muy importante recordar, cuando las cosas van mal, y cuando solo vislumbramos malos presagios –sea por las crisis financieras, las guerras, el hambre , la miseria o lo que fuera-, es muy importante pedirle a Dios que nos “preste un ratito de su mirada”, para ver de qué manera, estos aspectos que para nosotros son tan negativos se incrementan en su negatividad y en la dosis de dolor que nos proporcionan a raíz de la tremenda ‘infladura’ que le ponemos a esos límites y a esas debilidades.

    Un maestro, que nos enseña a mirar nuestras debilidades, es San Pablo, que ha llegado a la osadía de decir “EN MI DEBILIDAD, SOY FUERTE”
    En 2 Cor 12,1-10, Pablo desarrolla una respuesta para quienes en la comunidad andaban gloriándose de las experiencias místicas. Se ve que él fue de alguna manera presionado a mostrar los motivos por los cuales él se puede gloriar, se puede enorgullecer de ser quien es.
    Se ve que a la comunidad a la que le escribía Pablo en ese momento la atención estaba puesta sobre las experiencias místicas (esa suele ser también una trampa vigente en nuestros días: en algunos ambientes ‘fantaseamos’ con experiencias sobrenaturales, extraordinarias, místicas, y de esa manera buscamos a veces inconcientemente, atraer la atención, porque ese es el escenario céntrico de esa comunidad, es decir: eso es lo que esa comunidad valora).

    Es bueno saber cuáles son las cosas que se premian en determinados ambientes donde nos movemos, porque es posible que estemos haciendo muchos esfuerzos por alcanzar esos estrados, y la realidad nos dice que no podemos. Y es muy probable que podamos cada vez menos cuanto más nos esforcemos, porque el corazón humano no está hecho para vivir detrás de los premios, ni tampoco para vivir como ‘pescadores de atención’, sino para recibir sin méritos el amor. Una vez que se haya hecho ese ‘piso’, podemos comenzar a hablar de muchas otras cosas.

    A esta presión ambiental, Pablo responde así: “aunque podría jactarme de haber sido arrebatado al Paraíso y haber oído palabras inefables que el hombre es incapaz de repetir… sólo me glorío de mis debilidades. Si quisiera gloriarme no sería un necio porque diría la verdad, pero me abstengo de hacerlo para que nadie se forme de mi una idea superior a lo que ve o me oye decir”. San Pablo ya había advertido esta tendencia humana de ‘idealizar’ a la gente, es decir, proyectar sobre ella como una película, aquello que yo necesito creer de ella o de mí para seguir viviendo. Proyectar sobre la persona aquellas cosas que yo necesito creer de ella para que me siga enseñando, o para creerle, o para obedecerle, o para respetarla. En definitiva, es hacer pasarle a la realidad una película que no existe más que en la ilusión, en la fantasía, o en mis propias necesidades.
    Entonces, evitando esos mecanismos que tenemos nosotros de la idealización por ejemplo, y sabiendo lo peligrosos que son (porque detrás de toda idealización se agazapan muchas veces odio y frustración): pensemos en cuántas personas hemos ensalzado y después, como no cumplieron con nuestras idealizaciones, las hemos defenestrado con mayor bronca y resentimiento de lo que lo hubiéramos hecho de no haberlas idealizado.
    San Pablo no quiere entrar en ese juego, para que nadie se forme de el una idea superior a lo que ve o lo oye decir, y para que la grandeza de las revelaciones no lo envanezcan, tiene una espina clavada en su carne, un ángel de Satanás que lo hiere. “Tres veces pedí al Señor que me librara, pero El me respondió: Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad” “Más bien me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo”

    No es como a veces hacemos nosotros cuando sabemos que hemos obtenido una escala de prestigio, de fama, de éxito: como sabemos que ‘no está bien gloriarse y envanecerse’, pero en el fondo sentimos el gustito de la vanidad, la atenuamos diciendo cosas como: ‘bueno, vos también podés lograrlo…’ Es decir nos gloriamos del éxito aunque sea a medias. Pablo se gloría en su debilidad, y de todo corazón, no a medias.

    El poder de Cristo reside con mayor plenitud en el corazón que es capaz de aceptar gozosamente la propia debilidad.

    Por eso Pablo dice “me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las persecuciones, en las angustias…porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. Acá no está hablando de miseria humana: está hablando de debilidad, y no cualquier debilidad. No está hablando de ese lastre que arrastramos con ánimo quejoso, porque en realidad en el fondo tenemos grandes ambiciones sobre nosotros mismos, y entonces andamos victimizándonos todo el tiempo. No está hablando de esas debilidades: está hablando de una madurez humana y espiritual seria y profunda, que exige mucho valor, coraje: Mirar con alegría y esperanza nuestra ‘maceta vacía’.

    Un corazón capaz de complacerse en sus debilidades es invulnerable. Nada puede dañarle, nada puede frustrarle, porque siente que el poder de Dios triunfa en su debilidad. Soporta los oprobios, las angustias. Las soporta. ¿dónde está la clave para abrir esta caja fuerte? Quizá la clave esté en la misma mirada de Dios. Las dificultades cotidianas se tornan verdaderamente un desafío –ni hablar de las grandes dificultades como enfermedades terminales, crisis, etc- . Pero quizá no tendrían el peso de desesperanza que tienen en este momento para nosotros si lo viéramos como una señal de que estamos viendo solo una parte de la vida, la más inmediata, la más superficial. Y no se trata de negar esa parte, no se trata de fugarse (que es otra trampa del miedo al fracaso). Hay una fobia a la debilidad. Se llama ansiedad. Nos precipitamos porque tenemos miedo que la realidad se precipite sobre nosotros. Embestimos la realidad por miedo a la debilidad, al descontrol, al fracaso. Tenemos que tratar entonces de descubrir cuáles son las oportunidades que ofrecen las circunstancias desfavorables.
Un corazón que abraza la debilidad es un corazón que crece, se hace más  grande, más humano, más sereno, más profundo, más sabio. Porque la conciencia de mis debilidades me permite crecer como persona, me permite crecer en la verdad, me permite apelar a la fuerza de Dios, me permite pedir ayuda, me permite dejarme ayudar. Teilhard de Chardin decía “lo mejor siempre termina por acontecer, y el futuro es siempre mejor que cualquier pasado”. Es una profunda experiencia de la esperanza, de que sea como sea,  Dios se ocupa de sacar lo bueno de lo malo.
También María nos da una clave. Cuando Isabel le dice “feliz de ti por haber creído que de cualquier manera se cumplirá la voluntad de Dios” que siempre es buena, gozosa, feliz. María nos muestra en el Magnificat ese canto que surge de la conciencia de su debilidad. Ella se pone en la dimensión del canto de los pobres, de los humildes, de los afligidos y canta la grandeza del Señor. Este canto que pasó a ser el canto de todos aquellos que no tenían otros recursos más que las fuerzas de Dios, está expresando que Dios invierte los valores de los hombres, que el Señor no se complace en el poder y la fuerza, sino en la humildad y en el servicio, y que para el seguidor de Dios, para el discípulo, la única riqueza y el único motivo para gloriarse es esta predilección de Dios.
Los ricos son lo opuesto no a causa de lo que tienen sino a causa de su corazón egoísta, autosuficiente, poderoso, orgulloso, que no muestra ninguna necesidad de nadie, ni de Dios, porque creen que lo pueden todo con sus propios medios. Esta es una distorsión de la condición de ser humano y de criatura.
María, igual que Pablo, quizá nos están dando la clave de esta ‘caja fuerte’: fe en el poder de Dios más aceptación de mi debilidad: realización del plan salvífico de Dios, que hace bien todas las cosas.

    Cuando se ignora al débil, al fracasado, al que se equivocó y se ensalza al fuerte, el victorioso, el exitoso, se está generando un sentimiento de desplazamiento. Cuando en una familia siempre se elogia a uno de los hijos (aunque no se critique al otro), es una estrategia de presionar sobre uno de ellos. Se entrega tanto premio –real o simbólico, material o afectivo- a determinada cosa, que no queda nada (ni afecto ni miradas ni reconocimiento) para los que no tienen éxito. Es una forma muy dolorosa de castigar: a través de la indiferencia, del anonimato, de la desproporción en la distribución de nuestros afectos, de nuestra atención. Hoy los seres humanos estamos desesperados por la atención.

    Las derrotas y las cruces vuelven más sabios y más humildes a los hombres. Quisiera creer que detrás de la demanda social generalizada sobre castigo, pena de muerte, sufrimiento, inquieta y desordenadamente bulle esta experiencia que hemos hecho los hombres. A veces la gente pide o exige sufrimiento, pena o castigo para los que obran el mal, porque en el fondo han hecho ellos mismos la experiencia de que el dolor también enseña. Que las derrotas, los sufrimientos, las carencias nos vuelven más humildes y más sabios. Pero en verdad, no nos es dado a nosotros desear ese tipo de lecciones para nadie. Todo lo contrario: estamos llamados a enseñar a través de la alegría, la esperanza y el amor. Solo que hay que abrirle los brazos a lo que la realidad nos va trayendo: a veces momentos gozosos, otras veces sinsabores. Es actitud propia del cristiano no escandalizarse cuando llega el momento de la aridez, de las espinas, de los tajos… y descubrir que en esos momentos hay una fuerza operante: Dios, que nos mira con especial atención, dedicación, y esos son  los momentos en los que el surco de la tierra se abre para que germine verdaderamente la semilla fértil de la fe.

Participan los oyentes
–    ¿Cómo hacemos cuando debemos interactuar con personas que se creen que todo lo pueden, todo lo saben. Me pasa muchas veces que trato de dejar hablar al corazón, de ser lo más humana posible, y recibo como respuesta que la bondad la tengo que dejar para la Iglesia.
GL: En primer lugar, yo diría que no debemos tratar de “seducir” a esas personas haciéndonos los buenos o intentando que el otro cambie. Tratar de no distorsionar la realidad, no forzarla, dejar que cada uno vaya por su carril. En segundo lugar, si es que la persona tiene actitudes agresivas, descalificatorias, humillantes que te perjudican (si toma iniciativas de ese tipo, no si uno percibe que las tiene), aprender a ponerse un ‘impermeable’ en el alma, que es una forma de fortalecerse por dentro. Y en tercer lugar, preguntarse ¿por qué me choca tanto?, porque a veces nos choca lo que en el fondo envidiamos, o lo que en el fondo también tenemos, y no nos damos cuenta. Entonces, muchas veces, estas personas o estas circunstancias son ocasión para que nosotros nos miremos un poquito por dentro y no sigamos distraídos en la descripción de sus maldades, de sus ambiciones. La técnica del “bumerang” es una técnica psicológica  muy simple, que consiste en escribir todo lo que yo detesto de determinada persona. Después dar vuelta la hoja y poner de título “yo soy” y repetir exactamente las mismas palabras (por ejemplo: soberbio, egoísta, etc etc). Porque muchas veces resistimos mucho y nos molesta en el otro lo que en el fondo estamos haciendo mucho esfuerzo por ocultar de nosotros. Como el otro nos lo pone en evidencia, nos trae como un gusto amargo, que es el recuerdo de que nosotros, en alguna medida, en algún ámbito de nuestro corazón, somos iguales. Solo que el otro lo vive descaradamente, y me recuerda todo el esfuerzo que hago yo por ocultarlo

–    Que lindo que nuestra ’perfección’ dependa de ‘otras perfecciones’
No olvides que una vez tu fuiste sol (Juan Carlos Baglieto)
No olvides que una vez tu fuiste sol , no olvides ni la tapia ni el laurel
no dejes de asombrarte al asistir a un nuevo nacimiento en tu jardín.
No pierdas una ventana, no entregues tus mañanas
de aguaceros y juegos ni desentierres tesoros, viejos.
No ocultes lo que ayer se te ofreció, no escondas ni la pena ni el dolor
no dejes que una nube diga adiós, no saltes en pedazos,
no ocultes tu diamante, no entregues tu perfecto amanecer
ni tus estrellas, ni tu arena, ni tu mar ni tu incansable caminar,
vete de nuevo hasta el arroyo donde esta tu mejor canto.

Y ve, cálmale la sed a tus enormes prados, no permitas que se pierda tu cosecha
hoy que hasta la lluvia fiel no te ha escuchado
y busca tu raíz, y dale la caricia a la que siempre espera
la única manera de hacerla que vuelva a ofrecerte frutos hasta en el invierno
y no olvides que una vez, tu fuiste sol
Y ve, desata esos diques de corrientes presas, déjate llevar y vuelve a ser jinete
vaya hasta tus valles de palomas sueltas, que este es tu país
Donde están tus riendas, donde esta tu espuma
donde abandonaste tu camino entonces,
donde naufragaste haz crecer mil rosas,
y no olvides que una vez tu fuiste sol.