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Entre Nosotros
Nuevas infancias y adolescencias
lunes, 5 de diciembre de 2011
Entrevista a Liliana González y a Enrique Orschanski: ambos han publicado un libro: “Crecimientos” Ediciones del Boulevard, que abarca este tema desde la psicología y la medicina
Liliana González es Licenciada en Psicopedagogía, especialista en clínica de niños y adolescentes, coordinadora de talleres para padres y docentes en instituciones educativas. Es columnista en diferentes programas y autora de varios libros.
Enrique Orschanski es Pediatra, Doctor en Medicina y Cirugía y docente de la Cátedra de Clínica Pediátrica de la Universidad Nacional de Córdoba.
REVISAR VUELTA DE CASETE PAG 3
GL: Hay una sucesiva cantidad de ‘gritos’ que se escuchan en la sociedad moderna. En un párrafo de este libro dice así:
“El cuerpo grita a través de nuevos síntomas que el mundo cambió. Los niños gritan a través de nuevas consultas que la familia cambió. Los que asistimos a pacientes sentimos a través de las nuevas consultas que todo cambió”
Y yo agregaría: también la escuela grita que los chicos han cambiado, y los alumnos gritan que los profesores han cambiado. Y los médicos y psicopedagogos también gritan. De alguna manera todo el mundo grita y nadie puede contener a nadie. Nos encontramos cotidianamente frente a los niños, a los padres con fenómenos que trataremos de describir junto a estos profesionales.
EO: vemos que por mas que haya especialidades diferentes para el tratamiento de síntomas, en los consultorios la demanda es la misma, los pacientes son los mismos, los chicos a los que le duele la panza o la cabeza, los chicos que no aprenden son los mismos.
GL: ¿cuál es el abanico de sintomatología que ustedes llaman ‘gritos’?
LG: hay una especie de ‘epidemia’ en los consultorios de chicos muy inquietos, desatentos y dispersos, que no se pueden concentrar, que no aprenden en la escuela, y que no hay bacteria ni virus que la explique. Yo creo que es un tema social fundamentalmente, y de crisis familiar, y después están los problemas de siempre, más acentuados ahora, de matemáticas y lecto-escritura, sin que sean dislexias clásicas. Hay un desinterés por la lectura que se traduce después en dificultades lectores. Los chicos amantes de la pantalla están leyendo poco. Pero a todo esto se agrega hoy algo que es muy importante, y que los padres expresan que sus hijos están tristes, deprimidos, que viven enojados, que no tienen amigos… Es bueno que haya padres que reparen en esto y no solo en la lectoescritura y el cálculo. Entonces nos preguntamos ¿qué es lo que está pasando? Porque esa es la esencia de la infancia: jugar, reír, salir a la vereda, y que el ir al colegio no sea una tortura como lo es hoy en muchos casos. Las aulas están cada vez más repletas, pero cada vez hay menos alumnos, porque lo que hace que un niño inscripto se transforme en alumno, es las ganas de aprender. Y las no ganas de aprender lleva al fracaso.
GL: y en lo clínico ¿cuáles son los gritos?
EO: Cuando apelamos a la expresión ‘grito’, es porque la ‘palabra’ no es oída. Los sabios enseñaban que cuanto más bajito uno podía hablar, más oído era. Y el cuerpo grita porque no se escucha este aburrimiento, esta sinrazón del colegio. En el Jardín generalmente disfrutan, en la primaria comienzan a no querer ir, y la secundaria ya prácticamente es rechazada. Y esto impacta en el físico con dolores corporales inéditos: cefaleas tensionales, gastritis, etc: síntomas que pueden ser normales en personas adultas al frente de responsabilidades muy serias, y que hoy están presentes desde muy temprano; además de cansancio, desatenciones permanentes, que los llevan a infecciones frecuentes. El cuerpo, de tanta tensión, en el momento que afloja termina en dolor de garganta, de cabeza, etc repetidos. Y no son las bacterias que están más agresivas, sino que ellos están en menos condiciones de defenderse.
GL: vamos a intentar leer más allá de los gritos, qué es lo que los niños y adolescentes, y también los padres, están pidiendo. Ha habido cambios estructurales en la familia y en la sociedad que pueden tener que ver con esto ¿Cómo lo describirían ustedes?
LG: Creo que detrás de estos gritos se está pidiendo todo lo que un niño necesita para crecer sano: amor y ley. Creo que el amor, si bien en la escuela nos lo enseñaron como un ‘sustantivo abstracto’, es un ‘verbo’, necesita de gestos, de acciones cotidianas. El amor tiene que ser presente, y no a través de mensajes de texto. Hay muchos chicos huérfanos de padres vivos, chicos que saben que papá y mamá están, pero no están para ellos. Y este es un discurso difícil de transmitir, porque hoy muchos padres están ocupados, pero sin esas ocupaciones no pueden llenar la heladera ni mandar chicos a la escuela. En realidad creo que esos chicos terminan entendiendo que papá y mamá no tienen otra opción. Creo que el problema se da en los chicos que saben que los papás están muy interesados en otras cosas que pueden ser lo laboral, pero también suelen ser proyectos my narcisistas. A veces hay tiempo para el gimnasio, la estética, etc, y no hay apuro por volver a casa. Yo creo que lo que salva es que el chico sepa que cuando los papás regresan de sus ocupaciones, expresen que los extrañaron a través del apagar la pantalla cuando llegan, contarles cosas, conversar y no solo de cómo les va en matemática o lengua, sino de cosas del corazón. El niño tiene necesidad de quien cumpla la ‘función materna’, que no tiene por qué ser siempre la madre: puede ser el papá, una abuela, una empleada, la guardería. El tema es cómo ejercen esa función. Si los papás no están físicamente, en quién y a través de qué dejaron esa función cubierta.
GL: se ha tercerizado la crianza. Y cuando hay tiempo para el gimnasio, la estética, pero no hay tiempo para los chicos, el impacto del abandono se siente: no hay señales para el chico de que es querido. Pero está también el hecho de que no siempre son proyectos narcisistas los que tienen a los papás ausentes, sino que hay real necesidad de ‘llenar la heladera’, y los padres llegan a casa cansados, la energía no es ilimitada. Por más buena voluntad que tengan de estar con los chicos, se nota que la energía ha mermado y la sobrecarga de exigencia no dura mucho. ¿qué posibilidades hay de tapar ese bache?
EO: hay algo que quisiera agregar:
ya estamos en este momento con dos generaciones que se han criado bajo la idea de que la felicidad es algo obligatorio y permanente
, y que los esfuerzos tienen que levar a conseguirla para cada momento y siempre, si no, no sirven. El esfuerzo en sí mismo ya no es valorado. Y en estas generaciones hay también un pensamiento equívoco que es: ‘voy a tener hijos, y nada va a cambiar en mi vida: mis hijos van a estar, pero yo voy a seguir con el mismo humos, los mismos amigos, la misma cantidad de horas de sueño, el mismo cuerpo, las mismas actividades, mis mismas necesidades’. Y la sorpresa que se llevan es inédita: apareció mi hijo, a veces tan buscado y tan querido, y mi vida se transformó en una catástrofe’. Esa sorpresa de que las cosas que eran ordinarias en mi vida cambiaron, y además de estar ahora mi hijo tengo que criarlo, y además ponerle límites, es muy desbordante. La energía se acaba pronto cuando sorprende de esta manera.
GL: yo tengo la sensación de que las generaciones venimos cada vez más débiles, más intolerantes a la frustración comparadas con las energías que tenían las generaciones de nuestras madres y abuelas para soportar las cosas que nos tocan vivir. Cuánto se escucha decir ‘yo jamás voy a soportar lo que soportó mi madre’. En realidad estamos soportando cosas más difíciles
EO: Entrar en el S.XIX tenía síntomas. Freud desarrollaba la teoría de la histeria como síntoma predominante. El S XX mostró claramente que el síntoma era la somatización. Y en este S XXI el síntoma es la depresión. Entonces: hay formas de aguantar, hay formas de resistir, hay formas de decir basta antes o después. Y siempre hay consecuencias.
GL: ¿y qué quiere decir que pasamos de la histeria a la somatización y luego a la depresión? ¿venimos en picada? Me da la sensación de que la depresión es más fuerte en relación al impulso vital y a la histeria ¿o no?
EO: La de-presión viene de ‘dejarse vencer por la presión’. Y la presión puede con nosotros cuando perdemos la ilusión. La pérdida de la ilusión comienza cuando empezamos a ver este mundo finito, agotable, esta caída de fundamentos y estructuras que nos contienen: el Estado, las familias, las escuelas, las instituciones. Los adultos también necesitamos de un maestro que de vez en cuando nos conduzca, y por eso hay tanta demanda de apoyo espiritual en distintos ámbitos. La depresión es un síntoma difícil de diagnosticar. No es que cualquier persona triste está deprimida. Pero yo no sé si estamos en picada. Estoy convencido de que hay una vuelta de rosca más y hay capacidad de reacción en mucha gente que lo está logrando.
LG: yo coincido con vos en que la depresión suena como más grave que la histeria. Con la histeria uno quizá puede tener una infelicidad sexual. Con la depresión estás mucho más cerca de la muerte, tiene un sabor más amargo. Esto tendría que responderlo un psiquiatra, pero sé que hoy en día en las carpetas médicas de los trabajadores la depresión es lo que más abunda, y la causa es la soledad. Y eso sí nos tiene que hacer pensar, porque ¡solos en el auge de la comunicación!
GL: Con todas las carencias que el sistema patriarcal tenía, teníamos una mamá en casa que contenía. Luego se da el ingreso de la mamá en la vida laboral, profesional –bien ganado lo tiene-. Nadie pretende volver atrás. Ahora estamos en un nuevo escenario y no se ha encontrado una forma sustituta de este grupo familiar contenedor para el niño. Tanto la función materna como el límite y la ley están ausentes. ¿dónde depositamos esa responsabilidad? El sistema no ha logrado aún compensar las carencias de lo que quedó atrás. Estamos necesitando políticas de Estado, como por ejemplo la ampliación de licencia por maternidad –y de paternidad también-. Con Laura Gutman, conversando sobre este tema, ella decía que ‘si no cambiamos la cabeza, por mas licencia que tengamos, vamos a tener una mujer que no se hace madre o un hombre que no se hace padre y que destinan ese tiempo para el club u otras cosas por el estilo’. De todas maneras también vemos a madres que sufren al tener que tercerizar la crianza por tener que volver al trabajo. Para otras, el permanecer más tiempo junto al niño, sería una forma de ir estableciendo más vínculos con ellos.
LG: hemos tenido una experiencia con el Dr. Hace poco, de ir a una guardería donde se hacen cargo de chicos de 0 a 2 años, y el personal nos comentaba que el último año habían tenido la triste experiencia de ver que papás llevaban a sus hijos a las 7 de la mañana con el pañal de la noche. Fue un impacto muy grande para nosotros ¡eso sí que es la caída de la función materna! A diferencia de Laura Gutman, yo creo que acá no es problema de cambiar la cabeza. Acá hay un problema de deseo: cuando uno
quiere
ser madre –que tampoco es un deseo que viene ‘abrochado’ a toda mujer- ese deseo, ese amor soluciona ese problema.
GL: ‘mujeres visibles, madres invisibles’. El maternaje no se hace visible, no resulta atractivo, no hay deseo. Podríamos decir ‘no hay instinto’. Pero Laura decía también algo que es muy cierto: el instinto se despierta en presencia del hijo. Puede incluso haber hijos no deseados que una vez nacidos van arrancando de su mamá el instinto
LG: eso sería pelearse con una línea de psicoanálisis que viene diciendo hace mucho que el instinto maternal no existe, que el hombre para no ser un ‘chimpancés avanzado’ paga la perdida de todo lo instintivo, y en realidad hay poca cosa instintiva. Y que el instinto maternal no existe lo prueba el maltrato, el abandono. Si fuera instintivo, estas cosas no pasarían. Yo creo que ser madre es una construcción y que tiene mucho que ver con la cultura.
GL: ¿cómo ‘sueñan’ ustedes que una política de estado favorezcan las funciones materna y paterna?
EO: Como sueño es que al menos el último mes de embarazo y hasta que dure la lactancia como alimentación exclusiva, que es una forma de presionar para que la lactancia sea exclusiva, para que se prolongue, con lo cual estamos afianzando apegos, disminuyendo infecciones, alergias, favoreciendo contactos, aprovechando situaciones muy fuertes en las primeras etapas. Y 6, 7, 8 meses de lactancia son un reaseguro absoluto de prevención de mucha enfermedad física y psíquica. Y ahorro en medicaciones, psicopedagogos, etc.
LG: los 5 primeros años, y sobre todo el primero, son fundantes para ese bebé que tiene que construirlo todo. Yo agregaría a este sueño, la posibilidad de guarderías buenas en los lugares de trabajo, y sacaría esas guarderías que a los dos años están ofreciendo inglés, computación y doble escolaridad. Me resultó indignante escuchar en junio a madres que en la caja del supermercado conversaban diciendo: “ay! Se vienen las vacaciones! Cuándo inventarán las escuelas de invierno!” para que esos 15 días estuvieran también tercerizados. Yo trato de ponerme en el lugar de esos niños, y si yo estoy sintiendo eso en el discurso familiar, estoy molestando, perturbando los sueños de los padres.
EO: Se escucha decir a los padres, después de los recesos escolares, “ahora empiezan mis vacaciones”. Y que un hijo escuche eso de sus padres, tiene consecuencias.
LG: y ahora, los que estamos en los medios de comunicación, viene la época en que hay que hacer aparecer en los diarios una columna sobre el “qué hacer con los chicos en las vacaciones”. Y yo, cortito, solo pondría “disfrutarlos”
GL: y las mamás escuchan a sus hijos decir “mamá, estoy aburrida, qué hago?”
LG: y yo madre le respondería “inventá algo. De tu cabeza pueden salir ¡tantas cosas lindas!”
GL: me gustaría profundizar en esto de la tercerización de la crianza. ¿qué hay que tener en cuenta a la hora de tercerizar?
EO:
Tercerizar es dejar en manos de un tercero lo que a uno le corresponde, lo cual quiere decir que
le sigue correspondiendo a uno
. Por obligación, la madre no está porque trabaja y también necesita desarrollarse personalmente, el padre duplicó las horas de trabajo para llegar a fin de mes. ¿a quien elegimos para que cuiden los chicos? En el mejor de los casos están los abuelos: familiares cercanos que tienen olorcito a la misma familia. Por supuesto, los abuelos demandan que ellos también tienen injerencia sobre esos chicos e imponen, y ahí aparecen peleas. Están también los tíos: hay ‘familias tribus’ muy interesantes que crían a los primos juntos, y eso es muy lindo porque se liman presiones de los chicos. Dos padres contra un hijo para mí es una pelea muy desigual. Cuando hay dos hijos contra dos padres ya se empareja. Pero cuando hay varios primos y se iguala lo que molesta uno y lo que molesta el otro, de qué se ríe uno y de qué el otro, y juegan, nadie se aburre ni se deprime. Esa es una tercerización maravillosa. Si se puede establecer que vivan cerca, que no haya mucho traslado. Disminuir los ‘no lugres’: tiempos de traslado, transportes, ‘llevame’, ‘traeme’…
GL: una guardería también puede ser un ‘no lugar’
EO: sí, porque ahí hay una función docente, no materna. En todo caso que la función materna se expresara en lo que la ley materna ha establecido que la seño haga. Pero muchas veces las madres depositan ‘el paquetito’ para que la seño se haga cargo. Ahí no solo no hay función materna. Ni siquiera hay tercerización. Hay una persona que se hizo cargo, pero muchas veces más que ‘guarderías’ son ‘guardaderos de chicos’. Y ahí no hay crianza, no hay tiempo que se disfrute, y ahí empieza mucha enfermedad
LG: Y yo no estoy muy segura que los abuelos estén en condiciones sicofísicas de criar nietos. Además hay hoy muchos abuelos con sueños, proyectos. Si quedan a cargo de la empleada, esa empleada tiene que quedar con la función materna, lo que significa que mamá tiene que darle todas las pautas. Si la mamá dice “no se ve la novela de la tarde”, no se ve la novela de la tarde. Muchas dirán “¿y cómo se yo si eso se cumple?” Yo les diría: caigan un día de sorpresa ustedes o una vecina de confianza, o esperen dos o tres meses: si los chicos hablan venezolano, mejicano, te das cuenta… Otro ejemplo de mujeres que no asumen su función de madres es cuando se las ve llegar del trabajo y dicen a la empleada “mientras yo preparo la cena, vos andá bañando los chicos” ¡es al revés! ¡Hay cosas elementales y de sentido común!
GL: pero hay que enseñarlas, porque probablemente la mamá que hace eso es de la segunda generación de pacientes: probablemente ella no ha tenido una mamá que la bañara.
LG: hace unos días yo le decía a una mamá muy culposa: usted trate de dejar señales de que ama a su hijo mientras no está en la casa. Al poco tiempo viene a decirme: las cosas cambiaron. Se me ocurrió dejarle un corazoncito debajo de la almohada donde escribí ‘te voy a extrañar mucho todo el día’. La nena leyó eso y fue una intervención. Entonces: hay formas de ‘estar sin estar’: llamadas por teléfono, dejar comidas preparadas y que la empleada le haga saber que la dejó mamá para ellos…
EO: una tercerización muy frecuente en grupos sociales que no tienen dinero para una guardería, o no tienen empleada, o no tiene primos, o los tienen lejos, es dejar chicos chicos al cuidado de hermanos mayores. Eso me parece de altísimo riesgo si es en forma permanente: se queman etapas de los mayores, se les dan responsabilidades que a veces no pueden asumir, cometen errores, los chicos sufren, nadie sabe quien es padre y quien es hijo.
GL: ¿a qué edad ves que se delega el hacerse cargo de los hermanos?
EO: 10, 11 años. Cosas que tenemos que preguntarnos como sociedad y dar respuestas urgentes
GL: Para resumir lo que hablábamos recién, me gustó mucho una frase:
“Un hijo puede ser un hijo
con
padres o
contra
ellos, pero no
sin
padres”.
Me pareció interesante, porque a veces nos pasamos la vida peleando contra los padres. ¡que suerte! ¡tuviste a alguien contra quien pelear! El problema gravísimo es cuando ‘das trompadas en el aire’.
Me gustaría que hablemos ahora un poquito de
la función paterna: amor y ley
LG: es lo que introduce al chico en la cultura y en la dimensión de lo que sería la ética. Yo aprendí de muchas madres solteras que han criado hijos maravillosos, entender que
se trata de una función, y no de un personaje.
Es preferible un padre que no esté, a un padre que esté humillado o despreciado o burlado por la madre. Aprendí de las madres solteras que cuando una mujer está atravesada por la ley cultural (sería: ‘el hijo no me pertenece, el hijo no es objeto de mi goce’) y tiene claro eso, el hijo no dormirá con ella por ejemplo. Esa mamá podrá decir esa es tu cama y esta la mía, ese es tu cuarto y este el mío, esa es tu vida y esta es mi vida. Y a veces hay madres con esposo que no están pudiendo hacer eso
GL: Cuando hablás de ley y límites ¿de qué estas hablando concretamente traducido en el lenguaje de la crianza?
LG: de la marcación de las diferencias. Igual que el límite geográfico, si no existieran se mezclarían las culturas, el idioma, la moneda, etc. De la misma manera, esa diferencia de ‘esto es tuyo, esto mío; cesto es lo propio esto lo ajeno, etc” Esa diferenciación marca identidad.
El límite marca identidad
. Cuando los límites son borrosos, los padres se adolescentizan, son amigos de los hijos, los hijos maltratan o insultan a sus padres, porque se borraron las diferencias. Ese es el fracaso de la ley. Aparece entonces lo que se llama “el síndrome del emperador”: los chicos maltratan a sus padres, los padres tienen que ir a un juez que les ponga una ley que ellos no pudieron poner. Muchas veces los padres caen en el error de comenzar a poner límites en la adolescencia porque ahí aumentan los riesgos. En realidad, tuvo que limitar al bebé, porque si no los pusiera, el bebé tomaría el pecho hasta los 5 años, y dormiría con su mamá todos los días. Al bebé hay que limitarlo para ayudarlo a dejar de ser bebé. Un bebé no se recibe de niño porque sopla la velita de los dos años. Un bebé se recibe de niño cuando puede decir “chau mamá” y se queda tranquilo porque tiene suficiente mamá adentro. Esto asegura una mujer-madre, y no una pura madre, lo cual es peligroso: si por ser madre olvidás que sos mujer, tu hijo dormirá con vos y el padre en una hamaca paraguaya. Si sos madre y mujer, mantendrás la relación de pareja y el bebé entiende que no es todo para su mamá: tiene que crecer, crear vínculos, y algún día buscar una mujer parecida a la madre (o no…ja ja)
GL: ¿cómo se ve la ausencia de ley desde la demanda pediátrica?
EO: En la falta de límite de los padres: los padres no tienen establecidos sus límites. Hay cosas muy objetivas. Los padres ya no tiene 8 horas de trabajo, 8 de descanso, 8 de sueño. No hay ocio. Son días de 24 horas que marcan los canales de televisión. Hay luz 24 horas. Entonces ¿cuándo empieza y cuándo termina el día? ¿cuándo se distribuye el tiempo? Hay gente que mide el tiempo según el horario que empieza su programa de televisión, o a la hora que tiene que ir a buscar al chico a la escuela. Ya no existe día de sol y noche de estrellas. Esa falta de límites físicos impacta directamente. Los fines de semana no son ‘fines’ de semana, porque la semana no finaliza nunca: continúa con otras actividades. Y esta vorágine en la que entran los padres les impiden marcar sus propios límites. Si el padre no puede decir ‘ahora voy a descansar’, ¿cómo puede transferir al hijo ese límite? ¿cómo puede decir ‘hasta acá llegó tu hora de televisión. Esto se come, esto no. Yo establezco a qué hora se come y a qué hora se duerme. Hay que plantear la familia como una muy buena estructura vertical. La familia democrática no existe. En mi opinión, que puede ser muy discutible, en una democracia todos opinan y todos votan. Los chicos de 2-3 años no pueden votar a qué hora se duerme, qué comen… Los padres tienen que volver a posicionarse en la autoridad cariñosa, suave, presente, siempre y cuando ellos tengan claros sus límites
GL: desde el síntoma ¿Cómo leés en un cuerpo esta falta de límites?
EO: muchos chicos agotados física y psicológicamente, cansados por la falta de sueño adecuado, muchos chicos obesos, con sobrepeso importante efecto de una comida caótica, no se sientan a compartir la comida, ‘cargan combustible’ a cada rato: gaseosas, dulces, galletitas a toda hora. Es la ansiedad, síntoma físico, transmitida a la comida. En algunos casos hay actividad deportiva, pero también acotada a horario. NO HAY JUEGO LIBRE DESACTIVA COMPLETAMENTE ESTOS SÍNTOMAS: SOBREPESO, ANSIEDAD. HACE FALTA MÁS VEREDA, MAS POTRERO, Y MÁS ABURRIMIENTO
Los padres tienen que, desde los límites, sostener la palabra aburrimiento como algo positivo, que les va a ayudar a que ellos creen su argumento de juego. El aburrimiento es una cosa ¡muy creativa!
Participan los oyentes
–
Tengo una hija de 8 años y está con psicopedagoga y psicóloga por la dispersión y está a punto de repetir. Ella no mejora y me preocupa, y lo peor es que ella sufre
LG: que esté con dos profesionales no significa que esté bien atendida. Yo personalmente no estoy de acuerdo con los tratamientos paralelos. Lograr el bienestar de un niño tiene mucho que ver en la escena terapéutica con la transferencia con el profesional. La transferencia es un acto de amor, y es difícil mantener transferencia con psicóloga, con psicopedagoga
EO: la dispersión no es algo que haya que corregir necesariamente. Puede ser un escondite para una situación que ella no tolere. Niños o adultos, cuando uno se ve acosado por una situación, acude a la dispersión como modo de protección física y psicológica. ¡cuidado con el diagnóstico!
GL: También hay componentes fisiológicos que pueden solucionarse con una medicación, pero ¿quién hace el diagnósitco de estas cosas?
LG: tiene que ser interdisciplinario. Porque tal vez surge como algo fisiológico, por ejemplo, y eso inmediatamente afecta a los vínculos. Tal vez si los padres no saben que viene de un problema físico, la viven retando y a la larga le crean un problema psicológico. Ahí es necesario que intervengan los docentes que la ven en escena de aprendizaje, los padres obviamente, un pediatra que tenga un vínculo afectivo con la familia, un neurólogo. Pero ninguno aisladamente puede hacer un diagnóstico. La
ritalina
es un buen producto para el chico que lo necesita. Pero ¡ojo! Con usarlo para ‘sacarse el chico de encima’!
–
Tengo dos hijos
de 13 y 15 años, sin ganas de nada, se enferma mucho el de 13 y tenemos disfunciones en el matrimonio
LG: muchísimos síntomas de los hijos son a causa de disfunciones en la pareja. Pero creo que ni docentes ni padres tienen que pararse desde esta postura de que ‘al chico nada le interesa’. Posiblemente no les interese lo que se les está ofreciendo desde la escuela, o lo que los papás están ofreciendo como discurso. Si nos paramos desde la ausencia de deseo de los chicos es como mirarlos ‘terminados’
GL: ¡cuántas veces hacemos discursos apresurados para bajar los brazos. Sé que no es fácil pero muchas veces lo que se nos está pidiendo es seguir con la búsqueda: no es fácil encontrar profesionales que nos satisfagan, que contengan la situación
–
Tengo dos hijas en situaciones que me sobrepasan. Mi mamá tuvo 6 hijos seguidos ¿cómo hizo?! Nos dio y nos da aún mucho amor.
GL: Yo te voy a decir cómo hizo: les daba la leche a todos juntos, y los mandaba a dar vueltas a la vereda con amigos. No había problemas de secuestros, los miraban los comerciantes, sabían que en algún momento surgía un problema y algún vecino los atendía, y llegaban a casa sucios, cansados y felices para comer, bañarse y dormir.
–
¿Qué pasa con los que desempeñamos el rol paterno y materno sin serlo y sin tener vínculo parental?
EO: pasa de todo. ¡bienvenidos los tíos, abuelos, amigos, vecinos que participan en esto de la crianza en general! La red de crianza es mucho mejor que solo padre y madre
–
A mi sobrina de 4 años y la están llevando de psicólogo porque no pueden sacarla de la habitación de la habitación
de los padres a la hora de dormir, y le aconsejaron a los padres que cerraran la puerta con llave aún cuando llorara. Esto produjo una situación traumática donde el niño está nervioso. ¿es aconsejable eso?
LG: Por supuesto que no. Ningún encierro es aconsejable
EO: Hay alguien, además de ese hijo, que no quiere sacar ese hijo de la cama. 4 años es mucho tiempo. Hay chicos ‘tabique’: se los pone entre medio para que se solucione algo que no pueden limar entre ellos. El hijo es algo más que una ‘medianera’
–
¿qué pasa con la crianza de los hijos en un matrimonio gay?
EO: tuve una sola experiencia, por lo cual no puedo generalizar. Es un matrimonio de varones que adoptó un chiquito. A mi me costó encontrar quién cumplía el rol materno y quien el paterno. Cuando eso estuvo claro la situación se descomprimió y el niño está creciendo muy bien
–
Yo crié mis 4 hijos y ahora estoy criando nietos. Me estoy enfermando. Dije basta. Yo no tengo 20 años
.
LG: eran otras épocas. Ahora la tercera edad está repleta de gente que quiere seguir estudiando. Como decía Sábato, “
la vejez no es un problema de almanaque. Es una ausencia de proyectos.”
Los que tienen que hacerse cargo de los chicos son los padres.
–
El problema es cuando llegan las vacaciones y no hay plata para los padres que trabajan para que alguien los cuide
LG: yo tengo mi nieto para quien el regalo de una Navidad fue un ovillo de hilo. Con ese hilo, hicieron arañas, escaleras, selvas, y los chicos del barrio venían a jugar con ellos. El problema pasa por otro lado. Lo que sí, si esto fue planteado desde el punto de vista de quienes no tienen otra que dejar los chicos en manos de hermanos mayores, la solución sería que en cada barrio hubiera un buen club, pero esta no es la realidad
EO: pero hay vecinales, parroquias… Pero la idea no es ‘dónde dejo este ‘paquete’ hasta que comiencen de nuevo las clases’, sino ¿cómo aprovecho este tiempo?¿cómo puedo sacrificar algo de mi trabajo? Porque no todo es cuestión de dinero. Hay gente con mucho dinero, que hace viajes a lugares lejanos, y sufre, porque no saben qué hacer con esos ‘desconocidos’: los hijos los miran y están a poco de decir ¿quién es este señor?
GL: creo que también hay que recurrir a la solidaridad entre vecinos si es que no hay primos o tíos.
EO: Y ahí hay que salir muy fuerte al cruce de esta situación de generalizar noticias como la tragedia de Candela o de Tomás. Estos chicos no son la generalidad, y el vecino no es un enemigo potencial. Hay mucha gente buena y que puede colaborar con la crianza de nuestros hijos.
LG: yo cierro con este consejo: conservemos tanto en la familia como en la escuela el juego. El juego es la antesala del aprender. Los chicos están ansiosos de juego. El juego salva de muchísimas cosas. Juegos con ovillos de hilo, con barriletes…
GL: hoy prácticamente nos hemos concentrado con lo que sería la primera infancia. Ya abordaremos en algún próximo programa lo referido a adolescencia
Pidamos a Dios que en cada familia, en cada hogar, en cada circunstancia, en cada momento se haga presente y ayude a encontrar caminos que abran paso a la vida
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