Oración a Nuestra Señora de la Dulce Espera

viernes, 31 de agosto de 2007
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María, madre del amor hermoso, dulce muchacha de Nazareth,

tu que proclamaste la grandeza del Señor y,

diciendo que "si", te hiciste madre de nuestro Salvador y madre nuestra:

atiende hoy las suplicas que te hago.

En mi interior una nueva vida está creciendo:

un pequeño que traerá alegría y gozo, inquietudes y temores,

esperanzas y felicidad a mi hogar.

Cuídalo y protégelo mientras yo lo llevo en mi seno. 

Y que, en el feliz momento del nacimiento,

cuando escuche sus primeros sonidos y vea sus manos chiquitas,

pueda dar gracias al Creador

por la maravilla de este don que Él me regala.

Que, siguiendo tu ejemplo y modelo,

pueda acompañar y ver crecer a mi hijo.

Ayúdame e inspírame para que él encuentre en mi

un refugio donde cobijarse y, a la vez,

un punto de partida para tomar sus propios caminos.

Además, dulce Madre mía, fíjate especialmente

en aquellas mujeres que enfrentan este momento solas, sin apoyo o sin cariño.

Que puedan sentir el amor del Padre

y que descubran que cada niño que viene al mundo es una bendición.                                                                                                                                                    

Que sepan que la decisión heroica

de acoger y nutrir al hijo les es tenida en cuenta.

Nuestra Señora de la Dulce Espera,

dales tu consuelo y valor. Amén