Oración de Bendición

lunes, 3 de noviembre de 2008
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SE QUE TU AMOR TRANSFORMA. SÉ QUE TU AMOR NOS CAMBIA.
SE QUE TU AMOR NOS DA COMPLETA LIBERTAD. SE QUE TU AMOR ME ABRAZA.

    ¿Qué son las bendiciones? ¡Estamos rodeados de ellas! Pero a veces, como frecuentemente nos pasa “nos morimos de hambre al lado de la mesa de la abundancia” o “nos morimos de sed al lado de la fuente”

    La BENDICIÓN es una expresión común, frecuente, que ha trascendido las generaciones, incluso hasta para gente no creyente.

    “Poderoso es Dios para bendecirles de mil maneras, de modo que nunca les falte nada, y puedan al mismo tiempo cooperar en toda obra buena” (2 Cor 9,8)

    La oración, esto es, nuestro diálogo con Dios, con lo trascendente, con la divinidad, tiene distintos rostros, distintos estados anímicos. Puede ser de petición, de intercesión, de adoración, de alabanza, de bendición.

    Hoy nos vamos a sumergir un poquito en esta gracia, en esta fuerza, en esta luz que implica al decir “que Dios te bendiga”. Es una práctica que incluso trasciende las prácticas religiosas.
Este tesoro que llevamos los seres humanos en el corazón, que ha pasado de generación en generación, tiene fundamentos teológicos muy lindos y muy profundos, muy serios. La oración de bendición es un movimiento que asciende al hombre hacia Dios, es un movimiento de desear el bien para el otro, a fin de que el poder de Dios se mueva de manera tal que el hombre pueda cumplir con su misión en la vida, pueda ir por el camino del bien. Es un poder que hace que las personas se encuentren con sus recursos, o bien, que puedan luchar la batalla que les está tocando vivir en cada momento. Así como una esponja se va impregnando si la ponemos bajo una canilla que gotea, así como la esponja va absorbiendo el agua, del mismo modo, también nosotros estamos llamados a empaparnos todo el día de las bendiciones de Dios, justamente para ser capaces de ser bendición para los demás.

    Con frecuencia nos encontramos con personas que se encuentran muy desalentadas por falta de trabajo, o por deudas, o por falta de afecto. También está quienes se quejas de que sus caminos parecen estar continuamente obstruidos, los que sienten una profunda oscuridad, que tienen que tomar decisiones y no saben cómo hacerlo. Están los que sienten su corazón o su existencia toda muy vacía, los que han perdido de vista la meta, los que se encuentran perdidos en medio de una noche oscura. Están también los que están esperando que llegue alguien que nunca llega. Están los que sienten que trabajan demasiado, que ya no tienen fuerzas, y sin embargo no pueden parar. Están los que tienen miedo, los que experimentan una profunda inseguridad, ya sea por el día de mañana, ya sea por sus vínculos. Están los que no pueden descansar, los que son esclavos de enfermedades psíquicas o mentales. Están los que tienen ataduras con el pasado, heridas interiores que no terminan de cicatrizar. Están los corazones llenos de resentimientos y de rencores. Están también esas fuerzas oscuras misteriosas que sencillamente no sabemos ni de dónde vienen ni qué implican: esas sombras que nublan nuestro estado anímico. Están los físicamente enfermos, los que han perdido las piernas, o la vista. Están los que han perdido las ganas de vivir, que es peor todavía. Hay personas que viven en familias desmembradas, donde el odio ha ganado mucho terreno. Hay personas que han dejado de amar. Personas que aún t