Oración de Sanidad Interior

lunes, 4 de septiembre de 2006
Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por tu amor nos diste a Jesús.

Gracias Padre, porque a la luz del Espíritu, comprendemos que Él es la luz, la verdad y el Buen Pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, me quiero presentar delante de Ti como tu hijo, como tu hija, Tu me conoces por mi nombre, pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida.

Tu conoces mi corazón y conoces las heridas de mi historia, Tu conoces todo lo que he querido hacer y no he podido hacer, conoces también lo que hice o me hicieron, lastimándome, Tu conoces mis limitaciones, mis errores y mi pecados, Tu conoces los traumas y complejos de mi vida.

Hoy, Padre, te pido que por el amor que le tienes a tu hijo Jesucristo, derrames tu Espíritu Santo sobre mi, para que el calor de tu amor sanador penetre en lo mas íntimo de mi corazón.

Tu que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sáname aquí y ahora en mi vida, en mi mente, mi memoria, en todo mi interior.

Entra en mi Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo. Tu te apareciste en medio de ellos y les dijiste: “Paz a ustedes”.

Entra en mi corazón y dame tu paz, lléname de tu amor.

Sabemos que el amor echa afuera el temor.

Pasa por mi vida y sana mi corazón.

Sabemos Señor Jesús, que Tu lo haces siempre que te lo pedimos, y hoy te lo estamos pidiendo junto con María, nuestra Madre, la que estaba en las Bodas de Caná, cuando no había vino, y Tu respondiste a su deseo transformando el agua en vino.

Cambia mi corazón y dame un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dame un corazón nuevo.

Haz brotar en mi los frutos de tu presencia.

Dame el fruto de tu Espíritu, que es amor, paz, alegría.

Haz que venga sobre mi el Espíritu de las Bienaventuranzas, para que pueda saborear y buscar a Dios cada día, viviendo sin complejos ni traumas, junto a los demás, junto a mi familia, junto a mis hermanos.

Te doy gracias Padre, porque lo estás haciendo hoy en mi vida.

Te doy gracias de todo corazón porque Tu me sanas, porque Tu me liberas, porque Tu rompes las cadenas y me das la libertad.

Gracias Señor Jesús, porque soy templo de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la casa de Dios.

Te doy gracias Espíritu Santo por la Fe , gracias por el amor que has puesto en mi corazón.

Que grande eres Señor Dios Trino y Uno.

Bendito y alabado seas Señor.
 

Amén.