21/11/18 – Hoy Celebramos la presentación de María en el Templo. María es la pedagoga que nos guía y nos enseña a vivir del alimento que significa hacer la voluntad de Dios. Que con ella podamos orar y permanecer en unidad con el Padre, que nos muestra Su voluntad en la presencia de Jesús. ¡Aprendamos de María a vivir según la voluntad del Padre!
“Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»”. Mateo 12,46-50
“Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»”.
Mateo 12,46-50
La oración en comunión con la voluntad de Dios es un proceso hasta llegar, como dice San Pablo, a tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús.
La oración no puede ser evasión, no puede ser búsqueda de una solución mágica a nuestros conflictos. La oración es un camino de disposición para que Dios viva en nosotros y nosotros podamos vivir en él. Cuando oramos con María oramos en la voluntad de Dios que configura el rostro de Jesús en los misterios que con ella contemplamos por la vida del Espíritu en nosotros y así vamos aprendiendo a tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús.
Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambia, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia. Viviendo día a día; disfrutando de cada momento; sobrellevando las privaciones como un camino hacia la paz; aceptando este mundo pecador tal cual es y no como yo creo que debería ser, tal y como hizo Jesús en la tierra: así confiando en que obrarás siempre el bien; así, entregándome a Tu voluntad, podré ser razonablemente feliz en esta vida y alcanzar la felicidad suprema a Tu lado en la próxima. Amén
Señor, concédeme serenidad para aceptar todo
aquello que no puedo cambia, fortaleza para cambiar
lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.
Viviendo día a día; disfrutando de cada momento;
sobrellevando las privaciones como un camino hacia la paz;
aceptando este mundo pecador tal cual es y no como yo creo que debería ser,
tal y como hizo Jesús en la tierra: así confiando en que obrarás siempre el bien;
así, entregándome a Tu voluntad, podré ser razonablemente
feliz en esta vida y alcanzar la felicidad suprema a Tu lado en la próxima.
Amén
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