16/04/2025 – Con el yetapá de collar como emblema principal, el Parque Nacional Iberá se despliega en la ecorregión de los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes. Un paisaje que combina esteros, ríos y lagunas como los ambientes naturales más conocidos para la zona, aunque en las tierras más altas son característicos los pastizales, palmares de caranday y montes nativos con árboles de gran porte.
Para conocer la riqueza que se conserva en este sitio dialogamos con la intendente del Parque, María Gimena Martínez, y con quien es el responsable de conservación, el biólogo Sebastián Cirignoli.
Ubicado en el corazón de Corrientes, el Parque Nacional Iberá es una joya ecológica que forma parte de una cuenca de más de 12.000 km² de humedales, pastizales y selvas que componen uno de los ecosistemas más ricos de Sudamérica. “El Parque Nacional Iberá está inmerso en la Reserva Provincial Iberá, una de las más grandes del país”, explicó María Gimena Martínez, intendente del parque.
Este extenso territorio fue conformado por una combinación de esfuerzos públicos y privados. “El parque nacional se inició formalmente en 2018 gracias a la donación de tierras del estadounidense Douglas Tompkins”, explicó Sebastián Cirignoli, biólogo y responsable de conservación del parque. Así, la superficie del parque supera las 180.000 hectáreas distribuidas en varios portales de ingreso: el Portal Cambyretá en el margen norte de la reserva, el Portal San Nicolás y el Portal Carambola en el margen oeste y el Portal Laguna Iberá en el sureste.
La biodiversidad del lugar sorprende por su variedad. “Uno se imagina solo agua, pero en realidad Iberá es un macrosistema donde conviven esteros, bañados, lagunas, pastizales y montes”, comentó Sebastián. Estos ambientes únicos brindan refugio a cientos de especies, muchas de ellas en peligro.
Entre la fauna, destaca el yetapá de collar, ave emblemática del parque. “Desapareció del 90% de su distribución original, pero en Iberá tenemos la mejor población de Argentina”, explicó Sebastián. Esta ave aparece representada en el emblema del parque, “posada sobre el pastizal, su hábitat característico”, agregó Gimena.
Los visitantes pueden avistar fácilmente carpinchos, ciervos de los pantanos, ñandúes y una gran variedad de aves. Además, aunque no es sencillo verlo, el yaguareté es una especie reintroducida en Corrientes. “Hoy sabemos que tenemos nietos de yaguaretés nacidos en libertad después de 70 años”, celebró Sebastián. También es común ver yacarés, cuyo número ha crecido notablemente tras la protección del área.
El Parque Nacional Iberá no solo protege un ecosistema vital, sino que también transforma su historia. La provincia convirtió a antiguos cazadores en guardaparques, reconociendo su saber del territorio. Así, Iberá se consolida como uno de los destinos de avistaje de fauna más importantes del Cono Sur.
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