Pasar los límites de las fronteras para construir la paz

jueves, 27 de mayo de 2021
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27/05/2021 – Esta semana compartimos el último programa del ciclo “Bien de paz” y conocimos la espiritualidad de los mártires Monjes de Tibhirine a partir del Centro de paz Jardines de Tibhirine.

El padre Adrián Santarelli comenzó diciendo que Tibhirine significa ‘jardín’ y un jardín es algo que cultivar y cuidar permanentemente. El Centro de paz de Tibhirine es un centro que busca cultivar la paz, un espacio interreligioso para generar la paz, basados en la espiritualidad de los monjes de Tibhirine”.

“Se trataba de un Monasterio en Argelia a donde fueron llegando un grupo de monjes desde 1930 y que pretendían dar trabajo a la gente. Se lo conocía como ‘el mejor lugar del mundo, lejos de todo y cerca de lo esencial: de Dios’. El cardenal Duval se preocupó para que se establecieran los monjes en Argelia debido a los muchos problemas políticos entre Francia y Argelia. Quería ‘una Iglesia que sea para todos los argelinos‘, que sirva a todos, que dialogue con todos, en sintonía con lo que dice el Papa Francisco hoy, de una iglesia en salida”.

“Estos monjes fueron llegando a este monasterio como comunidad orante católica en medio de un pueblo orante musulmán. Una espiritualidad de paz  entre las dos religiones, fundadas en el encuentro con Dios, lo que hoy el Papa en Fratelli tutti nos invita a vivir: “Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia… «el objetivo del diálogo es establecer amistad, paz, armonía y compartir valores y experiencias morales y espirituales en un espíritu de verdad y amor” (FT 271).

También en este programa nos acompañó Carolina Catalano, quien nos compartió más acerca de esta espiritualidad:

“Hay una frase de Santa Teresita que dice que todas las flores son iguales de hermosas, en un jardín hay inmensa variedad de flores:  ‘Todas las flores que él ha creado son hermosas, y que el esplendor de la rosa y la blancura del lirio no le quitan a la humilde violeta su perfume ni a la margarita su encantadora sencillez.  Comprendí que si todas las flores quisieran ser rosas, la naturaleza perdería su gala primaveral y los campos ya no se verían esmaltados de florecillas’ (Santa Teresita). Creo que una de lo que más me encantó de los monjes fue que el monasterio era una casa, una casa donde se practica la hospitalidad, la donación de sí mismo a los demás, una puerta abierta, un dejarse interpelar y habitar por el otro”, señaló.

“Esto los llevó a pasar los límites de las fronteras, muriendo a sí mismos y a despojarse de sus seguridades para poder recibir al otro. Una de las cosas que nos enseñan es que nos tenemos que instalar en un lugar donde podamos recibir al otro y recibir  del otro, mirándolos con los ojos de Dios”.

Te invitamos a escuchar el programa en el audio al inicio de esta nota y a acceder al ciclo completo de programas haciendo click aquí