Dios hizo el cielo y el rayo,hizo el sol, hizo la estreya,hizo la Pampa sin güeya,hizo el toro y el cabayo,hizo al hombre, y aquí cayo,porque fue su obra mejor,pero el Mandinga traidorconoció que era de barro.Pecó el hombre, rompió el jarroy se le enojó el Criador.
Y lo echaron de la estanciapa la tierra del infiel,a tragar miseria y yelal que nació en abundancia.Pero su mesma ignoranciale dio compasión al Juez.Pensó un momento y despuésexclamó lleno de cencia:“Se ha de cumplir mi sentenciapero güelta del revés”.
“La muerte que al hombre aterraYo a mí mesmo me la aplico:Yo soy grande y me hago chicoy siendo Dios me hago tierra.Yo he de vencer esta guerracon las armas que me dan,porque vencer de rufiána Dios no es cosa que cuadre”.Y eligió para su Madrea la Virgen de Luján.
Aquí hay misterios muy fierosy aquí hay un pozo muy hondo;yo mi ignorancia no escondoni me meto en agujeros.Aquí hasta los más matrerosboleados quedarán,y jamás entenderán,porque es cencia infinitay “Eligió para Mamitaa la Virgen de Luján”.
Miren qué humildá, qué empeñoel del Hijo de Dios Padre,ir a elegir para Madreen un pago tan pequeño,El que es de este mundo el Dueñono se guía por las ropas,podía ir por las Uropasa elegir las potentadas.Pudo sacar as de espadasy robó cuatro de copas.
Y de que Dios la encontrógüena Madre y cariñosa,guapa, limpia, habilidosa,y su corazón probó,al tiempo que la dejó,quiso hacer algo que asombrey le dijo: “Por mi nombrey estando en esta cruz triste,Madre de Dios güena juiste:Yo te hago Madre del hombre”.
Guacho pampa a dónde iríascuando no tuvieras madre,vos que sos duro de encuadrey de pocas tiologías.Vos que te hayás estos díasguacho en la tierra que hiciste:te han quitado hasta el alpistepara darte la instrucción,te han quitado el corazóny te dan un libro triste.
Reina del Plata, Señoradel pobre crioyo olvidado,techo que nos ha quedadocontra esta lluvia invasora.Estreyita pa la horade la tormenta feroz,mira que se vuelve a Vosmi alma que no desconfía,porque si sos madre mía,sos también Madre de Dios.
Madre de Dios, Madre mía,y no quiero saber más,hacéme morir en pazcon Dios y con Vos, María.Al filo de mi agoníano recordés mis reveses,recordá en vez cuántas vecesy ya desde muy guachitoyo te recé el “Bendito”,la salve y los cinco dieces.
Padre Leonardo Castellani S.J.