En el ciclo “Peregrinos de Esperanza”, junto a la Comisión Nacional de la Pastoral de Santuarios, de la Conferencia Episcopal Argentina, conocimos parte de la actividad que se lleva a cabo desde la región Cuyo. En esta oportunidad dialogamos con el padre Orlando Sánchez, delegado de la región para la pastoral de santuarios. Además, es párroco de la parroquia San Juan Bosco, en el departamento San Martín de la provincia San Juan y acompaña en la pastoral del Santuario Ceferino Namuncurá, en el mismo departamento.
28/11/2024 – En el comienzo, el padre Orlando explicó la distribución que caracteriza a la región Cuyo y la presencia de santuarios en las distintas provincias, unidos especialmente por una gran devoción mariana. “Una de las cosas más lindas que nos pasa en Cuyo es que nos encontramos en la cuyanía, que es nuestra cultura, pero por sobre todo en nuestra fe. Los santuarios de Cuyo están diseminados en las provincias de San Juan, Mendoza y San Luis. (…) Nos encontramos con más de 15 santuarios que están declarados a través de un decreto por el que los obispos instauran un santuario en cada lugar, donde la piedad popular antecede y donde es lugar especialmente de peregrinación”.
Posteriormente, también señaló el rasgo distintivo de la geografía del lugar, que marca un modo de ser y compartir la fe de los peregrinos. “Muchos de los santuarios quedan en regiones inhóspitas, es decir, son parajes muy lejanos. Podríamos decir que están enclavados en el desierto, propio de nuestra geografía. Lo que habla mucho también de la espiritualidad, como la gente peregrina a ese lugar para encontrarse en el silencio, para encontrarse con los demás también en un modo solidario, porque en el camino se da eso de acompañarse, sostenerse y ayudarse para llegar a destino”.
Por otro lado, sobre la devoción al beato Ceferino Namuncurá en San Juan y la constitución de su santuario, contó que se debe a la presencia de los padres salesianos en el lugar. Cerca de los años ‘30 comenzaron una importante misión acompañando a las familias de los trabajadores de la viña y especialmente a sus hijos. Por eso fundaron la parroquia, el colegio y un lugar para que los jóvenes tuvieran un oficio. “De la mano de la devoción salesiana, con María Auxiliadora y Don Bosco, llegó este modelo de joven, de ciudadano, de hombre comprometido con su historia, Ceferino, que está en el corazón de muchos jóvenes”.
Finalmente, el padre Orlando Sánchez se refirió a la devoción a la Difunta Correa, muy presente en la región. “Es la realidad de la fe del pueblo de Dios que pasa aquí en San Juan, y que para nosotros no es nada que podamos descuidar. Al contrario, como pastoral de santuarios estamos abocados a todas las manifestaciones de fe”. También describió a las personas que se acercan al Paraje de la Difunta Correa: es un gran pueblo de Dios. En un alto porcentaje las personas que llegan son bautizados, personas de nuestras parroquias, feligreses de muchos lugares, con una actitud de fe y devoción, con una espiritualidad popular muy profunda.
Asimismo, explicó que es “una experiencia de fe que lleva muchísimos años y que está asociada a valores cristianos, es decir, el valor de la vida, del cuidado de la vida, de la fidelidad el amor y por sobre todo la intercesión de un alma por las necesidades de la vida de las personas”.
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