14/05/2021 – Junto al padre Fernando Cervera continuamos profundizando en el tema de las dependencias abusivas y conductas adictivas que comprometen toda nuestra persona.
“El problema no está en el objeto en cuestión sino en el vínculo que hacemos con el objeto y todo lo que ayuda a que ese vínculo tienda a ser dependiente. El problema está en el modo, sin quitar que hay objetos más útiles o más nobles y otros menos. El hecho reside en la circularidad de nuestra relación con el objeto y todo lo que ayuda para que esa relación sea problemática”, comenzó diciendo el padre Fernando.
“Hay vacíos de propuestas en la cultura del mundo de hoy y se ha perdido el valor de muchas cosas que nos entretenían y nos hacían disfrutar. La mayoría de las veces no son tiempos libres los que tenemos, sino tiempos ‘muertos’: no podemos resolver interiormente qué hago conmigo mismo”.
El padre Fernando hizo una clara descripción de las características de esta sociedad de consumo en la que vivimos y que nos conducen a la dependencia:
“Es importante entender que hay muchos factores que han ido creciendo en la sociedad y que ayudan a que no encontremos propuestas que nos permitan en la vida diaria volver a centrarnos en el disfrute y poder resolver nuestros conflictos sociales, personales, familiares o políticos de otra forma que no sea con una solución mágica o con una cantidad de productos”.
“Hoy el ‘tener’, y tener instrumentos ‘mágicos’, garantiza el poder. Es la adicción más difícil de manejar: la ambición de poder, que arrasa con todo. Tenemos muy metido en el inconsciente que todo es comerciable, reconstruible y que todo se reemplaza, sin necesitar arraigarnos en la sabiduría de otros, en su experiencia o reflexión”.
“Y, de este modo, se van perdiendo los ideales o los emprendimientos colectivos y nadie cree que las cosas puedan cambiar . Estamos llenos de los logros inmediatos que da el dinero, el poder, el prestigio, la virtualidad y que son ídolos más fuertes que otros ideales como la unidad, la honradez y el no obtener réditos. La cuestión de la inmediatez y el cortoplacismo nos marca en esta época. Por eso es muy difícil proyectarse y pedirle a los adolescentes, por ejemplo, que se proyecten…¿Hacia dónde se proyectarán si todos viven en el corto plazo y todo es cambiante?”, se preguntó.
“Sin proyección y sin largo plazo se pierde también el valor de la vejez y estamos desesperados por mantener una eterna juventud. Hay una búsqueda de soluciones rápidas o recetas para lo que necesito ‘ahora’, sin posibilidad de procesos ni de dar lugar a alguna incertidumbre o al ir paso a paso. Queremos todo asegurado y nada librado a los sueños. Y allí están los objetos que vienen a cubrir toda necesidad y deseo”.
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota y a compartirlo en tus redes sociales.
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