26/06/2020 – Es importante estar atentos a nuestras emociones porque, si lo permitimos, vamos despejando nuestro terreno interior para que brille nuestro verdadero ser. Somos cielo; el resto el clima”, dijo la Lic. Ángela Sannuti al iniciar otro hermoso encuentro en el aire de Radio María Argentina.
¿Cómo podemos liberar nuestras emociones? “Hemos sometido a nuestras emociones a una cárcel, negándolas y menospreciándolas. Por esto mismo muchas veces nos sentimos culpables o esclavos por lo que sentimos. La educación que recibimos no nos ayuda a integrar la riqueza afectiva que anida en cada una de nuestras células; por eso no sentimos inadecuados o que fallamos, porque vamos por la vida sin haber desarrollado algo tan esencial como nuestra sensibilidad.”
Represión de las emociones “Si me impongo no enojarme (porque está mal o porque me considero una persona evolucionada), por ejemplo; es una guillotina emocional. Corto un proceso natural; ese mensaje que me traía esa emoción no lo aprovecho y queda almacenado en el inconsciente. Y ese enojo permanece activo, no desaparece. Esta es la causa del estrés emocional; todas las emociones que no nos hemos permitido vivenciar por el tipo de educación que hemos tenido. Nuestra tarea es reconocer las emociones como propias, responsabilizarme de lo que siento y dirigir mi barca para que no me manejen y viva de una manera equilibrada.”
¿Cómo trabajo sobre mis emociones? “Hay que estar presentes, atentos a nuestro cuerpo y a nuestro sentir. Lo percibo y me acompaño. Con reconocerlo y aceptar esa emoción se cumple el ciclo natural y no queda residuos; no alimentamos el inconsciente. No lo hacemos porque proyectamos en el afuera lo que sentimos. Y también porque vivimos en el relato de nuestra mente, en vez de sentir lo que hacemos es interpretar. Es un verdadero trabajo interior de atención y empatía hacia lo que siento.”
¿Qué sucede si persiste en mí una determinada emoción? “A veces podemos percibir estar enojados durante días y días. Días enteros que me la paso de mal humor, de enojo, de angustia de tristeza. Ese sentimiento lo tiñe todo en nuestra vida hasta convertirse en una tragedia. Cuando una emoción es muy intensa y perdura durante mucho tiempo es porque está rozando una herida. Hay tres grandes heridas que tienen que ver con nuestras tres grandes potencias: la herida de no ser amados, la herida de no ser valorizados y la herida de inseguridad. La herida emocional es un corte, algo queda interrumpido y bloqueado. Toda herida es un bloqueo a nuestros dones. Las emociones nos llevan a las heridas ¿Para qué? Para poder sanarlas.”
No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.
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