1/05/2025 – ¿Alguna vez te pusiste a pensar en la vida de San José y su trabajo como carpintero? En este reinicio del ciclo “Degustando la Palabra de Dios” junto a miembros del DENAPDI (Departamento Nacional de Animación y Pastoral Bíblica) y en el Día Internacional del trabajo, profundizamos en el significado del trabajo a la luz de las Sagradas Escrituras, junto a Verónica Talamé, doctora en teología bíblica y vicedirectora de este departamento.
Verónica nos explica que, aunque a veces se crea que la Biblia no menciona mucho a San José, sí lo hace, y de una manera muy particular. En el Evangelio de Mateo, se lo describe con la palabra griega «tektón», que abarcaba mucho más que el oficio de carpintero como lo conocemos hoy. Era un artesano que trabajaba la madera, la piedra, el hierro, un verdadero hombre de oficio esencial para la comunidad de Nazaret.
La charla nos lleva a reflexionar sobre el valor que tenía el trabajo manual en la cultura israelita de aquel tiempo. No era solo una forma de ganarse el sustento, sino que se consideraba una actividad sagrada. Los rabinos enseñaban que quien trabajaba con sus manos era más importante que quien permanecía ocioso. Incluso San Pablo, siendo un hombre culto, ejercía el oficio de fabricante de tiendas. El trabajo digno, como bien sabemos.
En el video, Verónica invita a imaginar el taller de San José, donde transmitía a Jesús no solo las habilidades de su oficio, sino también valores como la honestidad y la sabiduría. Un padre trabajador que guiaba a su hijo en sus primeros pasos. Y por supuesto, también le enseñaría a orar a su Padre celestial.
Además, Verónica nos recuerda que la Iglesia siempre ha visto en San José un ejemplo de cómo santificar el trabajo. Santos Padres y Papas, como León XIII, Pío XII (quien instituyó el 1° de mayo como su día) y Juan Pablo II, destacaron su figura. Este último, en su exhortación «Redentoris Custos», nos dice que el trabajo era la expresión cotidiana del amor en la Sagrada Familia de Nazaret. Una enseñanza muy profunda para quienes hemos dedicado nuestra vida al trabajo.
Para comprender mejor el contexto de aquella época, Verónica nos describe la situación económica de un artesano como San José. Si bien no pertenecían a la clase acomodada, tampoco vivían en la pobreza extrema. Pertenecían a una clase media modesta, similar a la de muchos trabajadores de hoy, que dependían de su esfuerzo diario para salir adelante. Pero esta humildad, desde la fe, nos recuerda la Encarnación, cuando Dios eligió una vida sencilla entre nosotros. Finalmente, Verónica comparte dos ideas importantes para reflexionar: el trabajo como un camino de santificación y como una forma de colaborar con la obra de Dios. También nos recuerda la importancia de confiar en la Providencia, sin caer en la ambición desmedida. Trabajar sí, pero con fe y sabiendo que no estamos solos. Así que, si deseas profundizar en el significado del trabajo desde la perspectiva de nuestra fe, te invitamos a ver este video. Seguramente te resultará muy esclarecedor.