12/06/2019 – Monseñor Jorge García Cuerva es desde hace poco más de dos meses el obispo de Río Gallegos, la diócesis más austral del mundo y la más extensa de Argentina. Nació el 12 de abril de 1968 en Río Gallegos. “Mi padre trabajaba ocasionalmente en Santa Cruz. Pero a los dos años toda mi familia se volvió a Buenos Aires. Mi infancia, mi adolescencia y mi juventud la pasé con mis 4 hermanos (yo soy el mayor) en Vicente López, en el norte del conurbano bonaerense”, relató el padre Jorge. Cursó varios años de la carrera de Derecho, que interrumpió para ingresar al seminario de San Isidro. “Posteriormente, en 2009, siendo ya sacerdote me gradué de abogado en la Universidad Católica de Salta. Además, soy licenciado en Teología, con especialidad en Historia de la Iglesia y licenciado en Derecho Canónico”, indicó. Recibió la ordenación sacerdotal por imposición de manos de monseñor Alcides Jorge Casaretto, en la catedral San Isidro Labrador, el 24 de octubre de 1997. Tras su ordenación cumplió los siguientes ministerios y oficios: de 1997 a 2005, vicario parroquial en Nuestra Señora de la Cava, en la villa La Cava, de Béccar; de 2006 a 2014, párroco de Santa Clara de Asís, en la localidad de El Talar; y de 2014 al 2017, párroco de Nuestra Señora de la Cava.
“En noviembre de 2017 fui nombrado obispo auxiliar de Lomas de Zamora y allí estuve 10 hermosos meses, donde aprendí mucho. Y nuevamente el papa Francisco me llamó y me dijo: Éstás haciendo una gran tarea en Lomas, pero quiero que te hagas cargo de una diócesis del sur del país`. Y así fue como llegué a Río Gallegos”, sostuvo García Cuerva. Ayer, monseñor García Cuerva fuer nombrado como “Huésped de Honor de la Provincia de Tierra del Fuego” por a gobernadora Rosana Bertone en el marco de la visita a la ciudad de Río Grande, donde está de visita pastoral. Además, aprovechó para encontrarse con el escritor Aldo Duzdevich, quien presentó su libro su último libro llamado “Salvados por Francisco” en el Centro Cultural Yaganes. Al respecto, el obispo patagónico expresó que “Francisco es un hombre de hechos. Ve más allá y tiene una memoria e inteligencia prodigiosa”.
En otro orden, monseñor García Cuerva expresó que, “como dicen los jóvenes, quiero que en Santa Cruz y en Tierra del Fuego seamos una iglesia ATR, a todo ritmo. Esto significa ser una comunidad comprometida en lo cotidiano; una iglesia que de lunes a lunes tenga testigos del Resucitado que, con entusiasmo y muy apasionados, quieren seguir construyendo el Reino de Dios”. Asimismo, dijo que “en el extremo sur de la Patagonia todos en algún punto tenemos un origen diverso y eso nos hace estar heridos por la misma nostalgia. Yo pienso que esa nostalgia no solo nos tiene que hacer más vulnerables, sino más afectivos entre nosotros”.
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