Reconciliarse Con La Maravilla

martes, 20 de octubre de 2009
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“La maravilla es la única brújula que puede dirigirnos hacia el sentido de las cosas”. Ante maravillas de la naturaleza uno siente esa sensación de hacer una reverencia.
    La reverencia hoy vive prácticamente reducida a los ámbitos religiosos.
Cuando yo era chiquita, a los 6 años, iba a clase de danza y al finalizar la clase hacíamos filita y nos inclinábamos ante la maestra.    Esta actitud de reverencia puede leerse de diversas maneras: de servilismo, de humillación, de endiosamiento hacia determinada persona, de autoritarismo…. Mi vivencia personal al respecto me marcó positivamente. Mi reverencia era de admiración y de agradecimiento a todo el saber y la paciencia con la que ella transmitía sus conocimientos.
    No sé si siempre la reverencia es hacia la persona como tal, o hacia el espíritu que la anima lo que nos está dando, o a lo que de la belleza, o de la verdad, o de la bondad se encarna en esa persona.
    Ante maravillas de la naturaleza uno siente también esa sensación de hacer una reverencia. Por ejemplo, los glaciares: creo que tienen mucho de ángel: no solo su blancura, sino esa presencia custodia no solo de una belleza natural sino de todo el ecosistema que permite que la vida sea tal. Me impactó la expresión –creo que de Galeano-, refiriéndose a los glaciares y la minería :”¿qué se siente al asesinar a un ángel?”
         

Levanto mis manos   aunque no tenga fuerzas.
Levanto mis manos  aunque tenga mil problemas.

Cuando levanto mis comienzo a sentir una unción que me hace cantar.
Cuando levanto mis manos comienzo a sentir el fuego.

Cuando levanto mis manos mis cargas se van, nuevas fuerzas Tú me das
Todo eso es posible, todo eso es posible, cuando levanto mis manos

El mundo se te  puede presentar a vos, a mi, de dos maneras: como una cosa que poseo, que tengo, que puedo manipular, o como un misterio que está ante mi.
Lo que yo puedo poseer de este mundo que se me presenta en realidad es una fusilería, mientras lo que está ante mí es sublime. Nosotros manipulamos cotidianamente y con esta mirada utilitaria lo que está disponible sobre la superficie del mundo, pero tenemos que aprender a detenernos en un estado de reverencia ante el misterio del mundo.
    La reverencia es una actitud particular de respeto, de valoración, hacia algo que es precioso, hacia algo de gran valor. Es un saludo del alma. Es el reconocimiento de un valor que está por encima de mi. Y por encima. incluso, de la manipulación de las cosas. Esto no tiene que derivar en que el otro o la cosa ante yo hago reverencia puede usarme a mi para su ventaja personal o para su utilidad. Nuestra civilización, con sus exigencias de eficacia y provecho ha perdido el sentido del valor de las cosas. El hombre actual conoce el precio de todo. Vive comprando y vendiendo (aunque sea en su imaginación). Aunque no pueda comprar, necesita aunque sea conocer el precio de las cosas. Pero no conoce el valor de las cosas.
Al perder el sentido del misterio hemos terminado por prostituir la realidad. Por eso,  acercarnos a la realidad a través de lo maravilloso, es decir, sirviéndonos del sentido de lo inefable, de la admiración, del estupor, de la sorpresa, todo lo que encontramos en esa perspectiva, es una invitación a ir más allá. Lo que encontramos en nuestra percepción de lo sublime es una alusión a lo espiritual, mientras que lo que encontramos con la percepción de nuestros sentidos, de nuestra racionalidad, nos vincula mas que nada a captar algo como si fueran solo conceptos. Dice Geschel, un filósofo, “la admiración, más que la duda, es fuente del conocimiento”. La duda, la pregunta, tarde o temprano, se resuelve, pasa. La admiración queda. “La maravilla es la única brújula que puede dirigirnos hacia el sentido de las cosas”.
Tenemos el camino de la utilidad y el camino de la maravilla.
El de la utilidad es quedarse en la superficie de las cosas, es pensar de qué manera yo poseo las cosas. Por este camino solo acumulamos datos, informaciones, nociones que solo permiten conocer superficialmente la realidad y dominar el mundo entero, porque el lenguaje del poder es la utilidad y el lenguaje de la utilidad es el poder. Caundo queremos ampliar nuestros conocimientos para satisfacer nuestra sed de poder, el mundo nos parece adversario y extraño. El mundo es un campo de batalla, con cosas a conquistar, por tanto cosas a manipular. Por tanto la actitud es de dominio, manipulación y conocimiento utilitario.
 El camino de la maravilla es el camino de la admiración, de la reverencia. El lenguaje de la maravilla es la música, la poesía, la danza. Si tomamos este camino, el del estupor, del arte, de la imaginación, de la reverencia, llegamos a rendirnos en una estimación profunda, porque vamos develando sutilmente el sentido de las cosas, sin terminar de revelarlas. Si queremos avanzar por el camino de la admiración, terminamos quizá amando, contemplando, y simplemente concordando con las cosas.
Un poema de Machado nos permite descubrir este lenguaje de la maravilla que es la poesía. Porque mientras no vemos en nuestro entorno, mientras que no vemos mas que objetos nos sentimos solos. Y por eso a veces cuando uno está solo en su casa impregnado de sentimientos de soledad nos damos cuenta que los objetos son opacos, pesados y amenazantes. Están ahí como testigos mudos de nuestra queja. En nuestra soledad los objetos se convierten en seres absolutamente inhabitados, opacos a toda contemplación de la vida. Mientras que cuando avanzamos por el mundo de la maravilla y nos reconciliamos con lo sublime, los objetos comienzan a referirnos, a cantar una melodía misteriosa y eterna, y nosotros somos solo somos una sílaba sagrada en esa sintonía.
El poeta ¿Cómo mira las cosas, la realidad? Las encuentra habitadas de un significado que solo es posible cuando frente a la realidad no tenemos tanto la intención de manipular, de acumular conceptos, datos o cantidades, sino que somos capaces de la reverencia.
Un olmo seco y podrido inspiró en Machado este poema
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo. algunas hojas nuevas le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera. habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas, Antes que te derribe, olmo del Duero.
con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en melena de campana.
lanza de carro o yugo de carreta: antes que rojo en el hogar, mañana.
ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino. y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas,
olmo quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
Se desperezan despacio cubriendo todo el espacio, vibran las notas del aire, revienta el color
Todas esas mariposas que entre las ramas se posan, todas vienen de la tierra a pintar su color.
Al llegar la primavera a ese arbolito que espera desnudo todo su invierno a vestirse de flor
Brota porque la esperanza todos los años le alcanza para sentir que la vida puede ser mejor
Lo reverdece la vida cuando a la monotonía por árida que parezca le crece una flor

Todos crecemos despacio, todos merecen su espacio, todos vienen a esta tierra a pintar su color
Somos como esas florcitas que en la primavera habitan tan fugaces como un solo brote de estación
Para que la primavera llegue a quien sufre o espera del invierno de una pena a aliviar su dolor
Tendrá que regar con sueños por más que fueran pequeños pa’que reverdezca el alma con brotes de amor
Quiero sentir cada día que reverdece la vida, quiero vivir en una primavera interior

La maravilla es un estado de ánimo. La reverencia es un estado de ánimo también. Es la actitud del alma que brota frente a lo que sentimos que es maravilloso, ante el asombro.
Cuando a un niño se le hace un regalo y se le ve en sus ojos el brillo de lo maravilloso, me duele cuando alguien pasa por encima de su asombro pidiéndole que diga ‘gracias’ a la tía o a quien fuera, y se apresura a ponerle hábito, formalidad, a eso que en su rostro habla por todos lados. Con su solo asombro agradece y no hay que pedirle nada más, porque el asombro ante la maravilla es un estado de agradecimiento, descubrimiento, aventura, muy propio de los niños. ¿será por eso que Jesús los pone como modelo del reino de los cielos?
Esta actitud de recogimiento no está hecha solo para las situaciones extraordinarias, porque lo inefable no se encuentra en los acontecimientos extraordinarios. La alegría por el mate que compartimos, porque el día que está bonito, la actitud de asombro ante la maravilla, es un modo de conectarse con la realidad. Es cierto que uno no puede estar todo el tiempo en estado de admiración ni de éxtasis (que estar a la vez dentro y fuera de uno mismo). Hay muchos que sienten los acontecimientos habituales en cada rincón, en cada día, en cada matiz, como hechos realmente extraordinarios, y no porque lo sean, sino porque sus ojos no son triviales, porque sus ojos no se acostumbran a la compañía del no sentido, porque sus oídos llegan a oír detrás de la quietud que llena el mundo, esa partitura, esa melodía del universo en la que viven los místicos y los poetas. Ellos llegan a oír el ruido y el murmullo de cosas muy sutiles, y detrás de un trozo de pan, de un suspiro, de un papel, descubren el secreto de la mirada de Dios, o del SER, como se lo describía filosóficamente hasta hace poco. Descubren la infinitud del ser, el centellear de la eternidad. Tenemos que acostumbrarnos a desarrollar este sentido de lo inefable, que nos impide amodorrarnos en la almohada de los conocimientos adquiridos, en la caja donde esos conocimientos están respaldados. ¡Dejémonos sorprender, despertar nuestro conocimiento y nuestro pensamiento!
¡Dejémonos desestructurar! Es precioso este texto de Machado, donde juega con la sorpresa, con la in-formalidad, es decir, con lo que ya tiene forma, donde juega con la paradoja, y además transmite toda su experiencia de ‘no adormecido’, de que no es posible encerrar la realidad en la estrechez del concepto, que la esencia de la experiencia humana está más allá de las frontera del lenguaje entendido como concepto.

DESDE LOS AFECTOS
¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo ?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo, que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma, que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente, Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar, que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho, que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse, que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen, que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias, que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida, que la vida parte del sexo,
Que el "por qué" de los niños tiene un porque,
que querer saber de alguien no es sólo curiosidad, que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo, que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar, que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse, que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo, que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar, que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas, que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer, que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte, que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente, que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse, que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros, que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve, que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar, que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

Mario Benedetti.

    Estos poetas han captado lo sublime.
    Además de la reverencia, cuando conocemos, en realidad cantamos a todas las cosas, porque la música es la esencia de todo lo que se descubre. La razón explorando las leyes de la naturaleza intenta descifrar las notas pero no capta la armonía. El sentido de lo inefable se adquiere en el canto.

YO CANTORicardo Montaner
Yo canto porque algo debo hacer y pego un grito por amor a la niñez y a los pobres de mi América
yo canto a la esperanza y a la fe de aquel soldado y del paciente de HIVdel maestro y del alumno y el chofer

y al que no quiera cantar puede saltar este track puede segir algun turf que calla canto a pulmon por la juventud
canto al que lucha como luchas tu canto al derecho de ser humano canto al recuerdo del mas olvidado
canto con mi vida y canto con mi voz ah le canto a Dios  ohhh le canto a Dios ohhh

yo canto yo canto por la paz en la frontera por unos cuantos que hacen del amor su guerra
y al que es libre a pesar que lo secuestran

y al que no quiera cantar puede saltar este track puede segir algun turf que calla
canto a pulmon por la juventud canto al que lucha como luchas tu
canto al derecho de ser humano canto al recuerdo del mas olvidado
canto con mi vida y canto con mi voz ohh le canto a Dios
canto con mi vida y canto con vos  oh le canto a Dios

canto a pulmon por la juventud canto al que lucha como luchas tu
canto al derecho de ser humano canto al recuerdo del mas olvidado

El texto de Job 7,14 dice “Presta Job, oído a esto: detente y observa los prodigios de Dios”
Nosotros, en esta civilización hemos perdido el sentido de lo maravilloso, y por eso nos sentimos tan solos. Es que hay una soledad que no se llena con nada, y que además, cuanto más visitada está de gente, más solo uno se siente, porque es la soledad de lo sublime. Somos incapaces de detenernos. Estamos hechos espiritualmente a un determinado ritmo. Nuestra alma tiene un ritmo impreso. Cuando vamos  más rápido que ese ritmo podemos casarnos con la prisa, pero nos divorciamos de la maravilla. Cuando uno no logra detenerse, es también incapaz de admirar.
Ya a principios del S XX, Romano Guardini nos advierte: “Vivimos en tiempos de máximas posibilidades, pero de máximos riesgos: los riesgos de la civilización moderna. La enfermedad de la civilización moderna es la falta de interioridad”. Si nos detenemos a pensar, un hombre que ‘corre’, que no piensa, que no siente, que no admira, que no pesa y sopesa, que no discierne, que no gusta, que no palpa, que no huele…está absolutamente aislándose de todos sus instintos vitales.
Tenemos el ejemplo de lo que hoy son la organización de los viajes: son un transporte de personas -como si fueran un equipaje- a la mayor cantidad de lugares posibles. Todo programado, todo predispuesto, un ritmo implacable a veces. Las cosas se “rozan”, los lugares se “coleccionan” y las fotos también. Sacamos mil fotos y después no miramos ninguna porque no tenemos tiempo, y quedan archivadas en una carpeta de la computadora. Antes se sacaba UNA, Y esa foto servía tal vez para ¡cuantos años! de evocación. ¡Cuántos souvenirs que no entran en comunión con nada: se coleccionan, se archivan y después se tiran. Y de esta manera, los ojos del hombre parecen hechos solamente para mirar de pasada, rápidamente, la maravilla de la creación, que se convierte entonces en un objeto de consumo y no de contemplación. Y esto tiene mucho que ver con el cambio climático: hemos perdido contacto vital con las cosas, con la creación y con los otros. Sugiero que nos detengamos, que detengamos nuestra carrera, y que las cosas nos provoquen un ¡ohhh!,  no el ¡ohhh! el shoping, sino el ¡ohhh! de admiración ante el estallido de la vida que tiene proporciones gigantescas.
Chesterton advertía: “El mundo no perecerá ciertamente por falta de maravillas, sino mas bien por falta de admiración”.
La maravilla es un estado de ánimo. Nuestro espíritu no puede vivir solo recogiendo souvenirs ni postales ni recuerdos, ni conocimientos, y sobre todo conocimientos siempre tomados ‘de prestado’. Si algo que realmente apena, es ver cuánta gente opina sumergida en la más absoluta de las ignorancias. Apena ver cómo se toman ‘prestado’ conocimientos que no hemos ‘saboreado’, experiencias que no hemos ‘gustado’, opiniones que no hemos ‘contrastado ni formado’. No tenemos tiempo para la gestación. Examinemos nuestra alma. Somos más chiquitos. Aceptemos que somos pequeños. Nada es indiscutible. Nada es inamovible: todo cambia. Que cada cosa constituya una sorpresa. Es lindo cambiar. El ser es increíble. Estamos admirados no solo frente a las cosas sino frente al valor de las cosas. Descubramos el carácter inesperado de cada cosa.
No estaría nada mal maravillarnos de las flores y los amaneceres. Hay además, cosas significativas, pequeñas, cotidianas como por ejemplo el agua ¿han estado alguna vez sin agua, mucho tiempo? ¿y han extrañado eso? Tratemos de soñarla, imaginarla, sentirla como si nunca en nuestra vida la hubiéramos visto ¿no es una maravilla?

¿Ante qué nos reverenciamos? La reverencia hace bien. ¿Nos reverenciamos ante la vida? ¡Honrémosla!

No, permanecer y transcurrir no es perdurar, no es existir, ni honrar la vida.
Hay tantas maneras de no ser, tanta conciencia, sin saber, adormecida.
Merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas.
Es una virtud, es dignidad, y es la actitud de identidad más definida.
Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir honrar la vida
No, permanecer y transcurrir no siempre quiere sugerir honrar la vida.
Hay tanta pequeña vanidad en nuestra tonta humanidad enceguecida…
Merecer la vida es erguirse vertical más allá del mal de las caídas.
Es igual que darle a la verdad y a nuestra propia libertad la bienvenida

Hoy, Señor Jesús, vengo ante tí para alabarte.
Hoy, Señor Jesús, con tu poder puedes cambiarme.
Saname Señor, hoy quiero vivir, dame tu amor, sin tí no puedo ser feliz.
Saname Señor, líbrame del mal, toca el corazón para
alcanzar la santidad.

Quise ser tan solo yo, te abandoné, en mi afán por decidir no te busqué
Mil errores repetí. Así viví. Y aunque muy lejos me fui, tú estabas allí.

Todo el tiempo yo crecí confiando en mí, muchos fracasos los vivì en soledad
Al fin te dije “mi Señor, no puedo más”
Y me enseñaste a decir “primero Tú, ya nadie más mi Señor antes de Tí…
Hoy puedo gritar


ENCUENTRO Peteco Carabajal
Tengo suerte: hoy la vida me ha hecho hallar la estrella perdida
En la voz de una nube amiga crucé los cielos como una herida
tengo suerte, hoy la vida me ha hecho hallar la estrella perdida
Que es una estrella azul si no un aroma sutil querido
que nos engancha el corazón sacándonos del olvido
Cruzo la soledad con un instante de sentimiento
guarda mi crespón un beso de amor perdido en el tiempo
         Otros cielos, otras aguas otros pueblos , otras palabras
         y una sombra implacable mas allá de la luz aguarda
Yo quisiera que todos puedan recuperar el brillo de este alma
amigos, sueños, amores pasan
El encuentro es un recuerdo luminoso para mañana
          Que es una estrella azul si no un aroma sutil querido
          que nos engancha el corazón sacándonos del olvido
          Cruzo la soledad con un instante de sentimiento
          guarda mi crespón un beso de amor perdido en el tiempo