Recuerdo de la entrevista a Facundo Cabral en Radio María Argentina

lunes, 11 de julio de 2011
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Esta es la entrevista realizada en el programa "Entre Nosotros" el 23 de marzo de 2009 al cantautor recientemente fallecido en Guatemala, Facundo Cabral:

Gabriela Lasanta: Facundo Cabral nació en 1937, y desde que aprendió a caminar, no se detuvo nunca más. Cuando se fue de su casa, era un niño aún. Su mamá lo acompañó a la estación, y cuando se subió al tren le dijo: “este es el segundo y último regalo que puedo hacerte. El primero fue darte la vida, y segundo, la libertad para vivirla”. Y Facundo cuidó de esa libertad como nadie. Por eso es uno de los pocos hombres independientes que anda por este planeta, un lobo estepario que pasa por las ciudades, para amar y excitar a la gente. Con los años, y casi todo el mundo recorrido, su fuego ganó en calidad porque antes quemaba, y ahora ilumina tanto, que muchos dejan las drogas o la idea del suicidio después de escucharlo. Nunca se detuvo en ningún lugar: ni en la fama, que dice “es asunto de los demás, porque yo no vivo ni con ella ni por ella. La fama es un bullicio que sucede fuera de mí”.

Facundo Cabral: Me siento totalmente identificado con la expresión de que “desde que aprendí a caminar no me detuve nunca más”. Tengo 72 años, y mi vida ha sido –y digo ha sido porque uno ya está en el ‘tiempo de descuento’- fantástica. Fue un regalo de Dios. La Madre Teresa me decía una vez que llegamos juntos a Nueva Cork porque se inauguraba la primera casa de las Hermanas de la Caridad. Uno de los periodistas le dijo a ella: “Ah, Madre, tiene amigos artistas”. Ella preguntó “¿por quién dice usted esto?”. El periodista contesta “Por Facundo”, y ella responde “Facundo no es un artista. Es un testigo, un testimonio de vida, de lo que puede hacer Dios si uno se deja llevar por El”. Nunca escuché una definición mejor de la vida. Lo que la gente aplaude de la vida de uno, son regalos de Dios.

GL: ¿Por qué no todos sienten que tienen esa posibilidad?

FC: No tengo idea, a mí me sigue asombrando que la gente no se asombre de este regalo que es la vida, me sigue asombrando que haya gente que se muera de sed entre fuentes y jardines, que se aburra en 5 continentes con volcanes, montañas, nieve, cerros, lagos, mares, ríos…No entiendo esa negación a la vida, esa negación a la felicidad, porque la felicidad no es la conquista de esto, o lo otro, o lo soñado. Es estar con alegría. Y nunca pude entender a la alegría fuera de la fe ni a la fe sin alegría. Jamás pude pensar a mi Padre como un juez sino como un Padre tan abierto que me da la posibilidad constante de que yo rehaga el camino, que lo limpie. Mi madre decía que hay un “bichito” que nos separa a los seres humanos: es la curiosidad. Hay gente que se pregunta cosas y se entrega a esa cosa que lo asombra y otra que pasa indiferente por la vida. Hay gente que cree que solo es de Argentina o de boca, que cree que solo es negra o rica, que solo cree que es judío o musulmán, hay gente que se cree pobre, y hay gente que se siente rica. Si yo pensara solamente lo que tenemos, cualquier ser humano que pudiera estar escuchando la radio en Vietnam o en Boston, todos tenemos corazón, cerebro, alma, espíritu, algunos todavía tenemos las dos piernas, algunos todavía vemos algo. ¡Mi Dios! ¡Cómo sería posible que me sienta pobre y desdichado! Si yo solo gozo esos elementos que me ha dado Dios y los pongo a trabajar: la vista para ver, el oído para escuchar, los pies para caminar, las manos para hacer,,, caramba! Seríamos una sociedad extraordinaria. Por algo, Jesús en la cruz dijo: “perdónalos Señor, no saben lo que hacen…”. Creo que si viera la sociedad hoy, diría lo mismo: Perdónalos Señor, siguen sin saber lo que hacen. Se niegan la felicidad.

GL: Después volveremos a tu infancia, para que la gente sepa que la vida te hizo un regalo que supiste descubrir, y que el regalo no es lo que hoy la generalidad de la gente piensa que es un regalo, pero ¿Alguna vez pasaste algún momento muy duro, muy negro interiormente, en el que no tuviste la posibilidad de saborear estas cosas sencillas porque todo se te puso negro por dentro?

FC: No, jamás. Pero esto viene de mi madre. Mi madre fue extraordinaria. Hay una escena que recuerdo con la vivacidad del momento: Estábamos saliendo de Bahía Blanca –porque andábamos de pueblo en pueblo porque durante muchos años no tuvimos casa-, y cuando nos arrodillábamos para comer de la basura, ella antes de comer, daba las gracias. Esa categoría de ser humano era mi madre. El ser humano grande es agradecido. El agradecimiento nos hace grandes. Y unos años después, esa mujer por la gracia de Dios que me dio este oficio terminamos cenando con Palacios y otros, y se paró, se arrodilló en el piso para dar las gracias por la comida. Y toda la gente la siguió: se pusieron de rodillas a agradecer la comida. Y una persona diciendo, besándole las manos: “Este milagro pasa por primera vez”. Ni sabían que esa mujer se había arrodillado años atrás para comer de la basura. Ella decía: “El agradecido termina siendo agraciado, y la gracia que recibe el agradecido es la paz, el más alto don del cielo que podemos gozar aquí y ahora en la tierra. El agradecimiento nos hace tomar conciencia de que somos ricos: somos príncipes y princesas, hijos del Rey. Esa aristocracia es el linaje del ser humano. El hombre se olvida, mata, corta calles, se droga, se envenena con alcohol, embaraza a cualquiera y abandona hijos. El ser humano está sordo.

…”la belleza dramática de Bolivia, (buscando con google estas palabras, en la web aparece un largo texto del cual forma parte este párrafo) la mujer que la continúa, las nueces, las uvas, el queso, la inteligencia de Borges, la inocencia de Teresa, la nieve en Suiza, el café en Buenos Aires, los antiguos chinos, Florencia, Atenas, Toledo, la leña ardiendo en el invierno europeo y la carta de mi querida sudamenticana…una nueva idea, una vieja amiga, la noruega donde descubro mi verdadera identidad, y el sudafricano que me devuelve mi perdido y antiquísimo sonido…la mujer que ahora mismo descubro. Todas las hermosuras del amor, y el fuego, el bendito fuego, el sagrado fuego, la paz, que tal vez sea fuego quieto, el pez de donde vengo, la estrella donde voy…

Alguna copla en Granada, la primavera en París, Una aventura en semillas con gran amor en Madrid. Los beduinos y el misterio, Jerusalén y la luz. El desierto, los camellos y la nostalgia del sur…

Mi vida, mi vida, el mundo y el color. Mi vida, mi vida, silencio y canción

Un poema cada día, mi Venecia cada vez, las Nazaret y Galilea y las huellas de Moisés, en el Jordán beber vino, en el mar muerto flotar, en Londres abrir los ojos y en Holanda la verdad, y el so, y el mar…

….. y las palomas…..y el placer, las maravillas del mundo

GL: ¿qué edad tenías cuando te separaste de tu mamá? Y ¿por qué te separaste de ella?

FC: 9 años. Me separé porque iba a buscar más dinero afuera. Cuando yo tenía 9 años en esa zona de Tandil había pocas posibilidades de ganar dinero. El trabajo me lo dio Eva Perón. Yo logré llegar al auto de ellos un día que iban a un Te Deum. Yo me vine del sur a pedirle trabajo directamente al presidente del país, porque nadie le daba trabajo a mujeres solas en esa época. Y me acuerdo que a veces íbamos cruzando un pueblo, y la gente cuando nos veía venir cambiaba de vereda por un desprecio social absoluto a la mujer sola con todos sus hijos y en andrajos. Muchos años después yo volví allí con mi madre, y era todo lo contrario: todos agasajos en las mismas calles. La hipocresía de la sociedad hizo que en algunos pueblos hasta me declararan personaje ilustre cuando años antes nos habían echado a patadas.

GL: ¿Y no se los dijiste?

FC: No! ¡No! Porque si Dios me hizo crecer, fue para entender.

Bueno, yo llegué al auto de Perón y de Eva. Perón hizo detener el auto muy gentil, y Eva se acercó al lado de Perón. Perón me preguntó qué quería decirle. Le pregunté “¿hay trabajo? Y la señora dijo la primer frase ética que yo escuché en mi vida: “¡por fin alguien que pide trabajo y no limosna!”. Y eso fue clave toda mi vida también. Nos dieron una escuela en Tandil. Había que limpiar la escuela y cuidarla. Cuando se iban los niños, sacábamos los bancos de un aula y dormíamos ahí, y cuando mi madre y los dos hermanos que me quedaban se quedaron allí con techo, sueldo, comida, yo salí a buscar mejor dinero y lo fui consiguiendo. Cuando yo tenía 23-24 años mi madre ya vivía como tenía que haber vivido siempre. Después viajó mucho por el mundo también y logré que mi madre viviera como una princesa. Por supuesto, hasta lograr todo eso, los primeros años desde que me fui anduve muy perdido de muchas maneras. Yo no fui nunca a la escuela y todo era muy difícil. A mí me enseñó a leer un Jesuita cuando tenía 14 años. Después me llegó una información extraordinaria y creo que el único acto de inteligencia que tuve en mi vida fue dejarme llevar. Algo me dio un detector de por dónde había una voz que tenía que escuchar, dónde había una tierra donde había que trabajar, y dónde había que seguir de largo. Yo tuve como ángel de la guarda al mismísimo Dios porque siempre me estuvo soplando en el corazón y crecí mucho después de todo aquello, hasta los 46 años. A esa edad recién conocí a mi padre. El se había ido antes que yo naciera, yo había odiado a mi padre toda mi infancia y parte de la adolescencia, pero el mundo me había cambiado tanto…!. Cuando tenía 46 años había venido a un teatro a Mar del Plata y cuando salí lo ví en el hall, enseguida lo reconocí porque era igual a la foto que mi madre había guardado y siempre la tenía en la mesa de luz. Mi madre nunca me habló mal de mi padre. Me decía: “si algún día te encontrás con tu padre, no cometas el error de juzgarlo. Recordá el mandamiento ‘honrarás al padre y a la madre’, pensá que ese hombre que vas a tener delante es el que más amó, mas ama y más amará a tu madre. Dale un abrazo y las gracias, porque por él estás aquí’. Eso hice. Tuvimos una buena amistad y tuve una gran calma en mi corazón, porque era un viejo enemigo que se había transformado en lo que tenía que ser: un padre.

GL: A pesar de todo lo que te había dicho tu mamá, antes, de niño, no pudiste evitar sentir bronca, tanta desprotección, tanta soledad. Porque parte de esa vida tan dura se debió a ese abandono. Y además el dolor que siente un niño al ver sufrir a la madre… En esas circunstancias ¿cómo pudo ir creciendo en vos la experiencia de Dios como Padre tan amorosa, cuando en los trasfondos de tu alma tenías una imagen de padre distinta?

FC: Hablaste de ver sufrir a la madre. Yo era el payaso para mi madre: inventaba chistes, cuentos para hacerla reír, lo único que quería era divertirla a ella. Cuando comencé a ir a los canales,-no me gustaba mucho esta idea- pero lo hacía porque sabía que ella iba conmigo y se divertía. Hasta que un día me di cuenta de que lo que más felicidad le daba a mi madre era que yo fuera feliz. Allí fue cuando decidí la felicidad casi por decreto, y de por vida. Vivir en un estado de felicidad, de creatividad, de agradecimiento, de gozo. Y lo que no sospeché es de que iba a poder contagiar esa alegría a tanta gente en el mundo. Eso para mí fue una cosa novedosa. Lo de mi padre, a mi me lo aclaró un vagabundo, Simeón, en Mar de Ajó. Por él yo me enteré que era príncipe, porque él me dijo que era hijo del Rey levantando la mano al cielo. Y yo le dije : “no, debe haber un error, porque yo soy Cabral”, y él me dijo “no, ese debe ser el esposo de tu madre. Tu Padre es Dios”. Por eso te digo que a los 46 años, conocí al esposo ce mi madre, pero toda mi vida caminé de la mano de mi Padre. Y mi Padre coincide con el de seis mil millones de seres humanos. Tengo una familia de seis mil millones de hermanos, y habito un solo país llamado tierra, porque esa es la noticia que trajo Jesús: “Uno solo es el Padre”. Si esto se recordara, no habría ‘Franja de Gaza’, no habría ‘torres gemelas’ cayéndose, no estarían cortados los caminos en este momento en Argentina, no habría ningún niño fuera de la mesa ni de la buena escuela. Todo cambiaría si recordáramos solamente eso. Uno solo es el Padre, y si somos hijos de Rey, somos príncipes. Cuento una anécdota. La madre del Rey de España, vino una vez al teatro real en Madrid, y yo terminé de decir un texto y la madre del Rey con la hija –la hermana del rey- estaban en el palco real. La señora, al otro día decían los periódicos que era la primera vez que un miembro de la familia real levantaba la voz en público. La señora se puso de pie en el palco y me dijo “Señor Cabral, cómo me gustaría que lo escuchara el rey”. Le dije: “Señora, quédese tranquila porque el Rey no solo me escucha. También antes separó la luz de las tinieblas para mí”. Al otro día el rey de España me mandó flores y chocolates agradeciéndome porque nunca antes habían puesto a un miembro de la familia real tan en su lugar. Eso habla muy bien de él.

GL: ¿Cómo se dio ese encuentro con el vagabundo que según he leído fue quien te abrió la puerta para encontrarte con Dios?

FC: Yo acababa de escaparme de un reformatorio. Esos años fueron duros. En el campo no había nada que hacer, entonces yo era ‘peón golondrina’, o hacer de pueblo en pueblo trabajos pequeños: repartir telegramas, alambrar campos, embolsar papas, lo que sea, pintar paredes. A la noche en el campo siempre se hace fuego, la gente se sienta alrededor, se come carne asada y se toma alcohol, los viejos cuentan anécdotas, aparece alguna guitarra y alguien canta. Eso es lo normal: no es que alguien canta porque tiene buena voz o es afinado o tiene lindas canciones. No: se canta porque no hay nada que hacer. Y después me di cuenta con los años que cantar es una manera de orar. Yo empecé a beber con los viejos y de pronto era un alcohólico. A los 11 años, si tenía una botella de alcohol a mano tomaba una botella por día. Un día robé tres: dos de ginebra y una de güisqui, con muy poquita experiencia de ladrón. Cerquita estaba la comisaría y me metieron, y terminé en una cárcel de menores. La primera cita con Dios fue esa: la cárcel. Dios es imprevisible. En la cárcel había un jesuita que entretenía a los muchachos, le daba auxilio espiritual. Era un tipo maravilloso. Y los jesuitas suelen ser de una gran apertura intelectual. Lo que yo era bastante violento y peleaba todo el tiempo, me sacó y me llevó a un lugar aparte y me dijo: “acá no vas a poder pelear, porque es un lugar donde no va nadie”. Y era una pequeña biblioteca. Me pusieron un colchón allí y yo vivía entre libros que para mí eran mudos, porque no sabía leer. De vez en cuando el cura llegaba y me traía un café –que era un lujo eso-, y de vez en cuando me charlaba, yo le preguntaba. No conocí hasta el día de hoy otra persona con tanta gracia, con tanto encanto para contar historias. Un dia me dijo: yo tengo mucho trabajo, no tengo tiempo de contarte un libro cada vez. Si vos tenes ganas, te voy a enseñar a leer. El me enseñó a leer y escribí y en seguida se me llenó la vida de Stevenson, Dante, Homero, los cuentos de las mil y una noche… fue una cosa extraordinaria. Un día él me ayudó, me dijo. “Ya tenés algo en la cabeza para defenderte. Esta noche te voy a ayudar a escapar”. Y me escapé. Y dos meses después fue cuando me crucé con el vagabundo que sin conocerme me saludó diciéndome “¡hola príncipe!”. Yo temblando de emoción tuve por primera vez tuve conciencia que estaba vivo, que estaba ‘naciendo a escribir’ sin saber que éste iba a ser mi oficio. Me escribí a mí una canción de cuna, que hoy se canta en 16 o 17 lenguas en el planeta, y fue, es y será la canción de cuna de niños desde Bengala hasta Comodoro Rivadavia. Esa fue la primer canción que compuse, sin pensar ni sospechar que iba a ser artista.

GL: Esa canción tiene una gracia especial. Hace 20 años yo estaba en una crisis existencial importante. No sabía para dónde rumbear en mi vida. En el espigón de Mar del Plata entro a tomar un café y estaban pasando esa canción tuya. No sabés la gracia, la significación profunda que tuvo para mi vida escucharla

FC: Sí , es una canción que vino con gracia. Las canciones vienen solas siempre. La gracia también viene sola. Solo hay que estar atento, abierto y tranquilo. Pascal, el filósofo, decía que todos los problemas del hombre radican en que no saben quedarse quietos y en silencio de vez en cuando. Así Jesús iba al desierto a hablar con su Padre, así va Juan Bautista al desierto a buscar consejo, así se enriquecía Moisés. La quietud, el silencio lo solucionan todo. Si nos sentáramos ahora los seis mil millones un rato largo en silencio y en soledad, todos los problemas tienden a solucionarse por sí solos. Por eso el Mahatma Ghandi decía que no hay que luchar por la verdad, porque la verdad, en mi experiencia, tiende a imponerse por sí sola. Estamos recordando a Jesús ahora, y no a los que no lo entendieron. En todo el mundo saben en qué día nación Jesús y yo no encontré en el mundo nadie que sepa qué día nació Herodes. El amor a la larga vence. Porque el amor es la verdad. Porque la vida es amor. Si uno conoce el amor conoce la verdad. No son dos cosas diferentes.

GL: A través de esta, tu Canción de cuna, te invito que hagamos unos minutos de silencio. Ojalá resuene también en el corazón de todos los que están escuchando esta misma experiencia: la de ser príncipes, hijos del Rey

‘Que espera Dios? que el hombre vuelva a ser un niño

para recibirlo en su seno perfecto, perfecto

No crezca mi niño, no crezca jamás

los grandes al mundo le hacen mucho mal

El hombre ambiciona cada día mas

y pierde el camino por querer volar

Vuele bajo porque abajo esta la verdad

esto es algo que los hombres no aprenden jamás

Por correr el hombre no puede pensar

que ni el mismo sabe para adonde va

Sigua siendo niño y en paz dormirá

sin guerras ni maquinas de calcular

Vuele bajo…

Diógenes cada vez que pasaba por el mercado se reía porque decía que le causaba mucha gracia y a la vez le hacía muy feliz ver cuántas cosas había en el mercado que él no necesitaba, es decir: rico no es el que más tiene sino el que menos necesita. Es decir:

“mano ocupada, mano perdida”, es decir: “el conquistador, por cuidar su conquista se transforma en esclavo de lo que conquisto, es decir que, ‘jodiendo, se jodió’. San Francisco tenía una de las fórmulas de la felicidad: “deseo poco, y lo poco que deseo, lo deseo poco”

Dios quiera que el hombre pudiera volver

a ser niño un dia para comprender

Que esta equivocado si piensa encontrar

con una chequera la felicidad

Vuele bajo…

GL: “La vida es hambre o festín. Vos elegís. Para vivir mejor hay que ser mejor. Nadie puede hacerlo por vos. El Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría inevitable para vivir”

GL: “Siempre con lo que tengo, puedo, debo empezar de nuevo. Tenemos el deber de ser felices. Bienaventurado quien no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día, bienaventurado el que sabe compartir un dolor, que es dividirlo, y compartir una alegría, que es multiplicarla”

FC: Bienaventurados los que sean perseguidos en mi nombre” La gente, los que tenían el poder, pensaban que yo era comunista. Entonces estaba siempre censurado, y los lugares en que tenía abrigo eran Córdoba, Montevideo, Rosario.

GL: ¿Te fuiste del país?

FC: Yo había salido mucho antes porque yo siempre caminé. Pero una vez sí tuve que salir. Porque yo tuve la mala idea de venir mas o menos en 1975, cuando estaba Lopez Rega, y había una asociación que se llamaba “La triple A”: Asociación Anticomunista Argentina. Anunciaban a quién iban a matar, y mi nombre salía en los diarios. No sabían qué hacer conmigo, dónde ubicarme, porque no tenían idea del “Libro Sagrado”, entonces creían que yo venía de “El Capital” de Marx, o del Peronismo, o de cualquier cosa que pusiera en discusión sus asuntos. Un día no sabían qué hacer, le sacaron la firma a un psiquiatra y a cuatro a 5 psicoanalistas y me metieron en un manicomio: me acusaron de ‘delirio místico’. Y ahí por suerte, un médico uruguayo y dos de aquí me ayudaron a escapar y llegué a Brasil: ¡otra vez afuera! Después, yo estaba medio encaprichado con esto de volver, y volví en la mitad de la época de Videla. Otra vez durísimo. Pero me pasó en todos lados: en Chile, en Haití…Con los años…Te voy a contar una de las grandes victorias de Dios, el éxito del amor. En el único país que había un dictador que nunca me molestó fue en España: Franco. Y todos mis amigos: Serrat, Cortez, Paloma San Basilio…no podían creer que no me censuraran. Pasaron muchos años. El año pasado fui a grabar un programa de tv a Sevilla, de un señor que se llama Jesús quinteros, que tenía una audición muy interesante que se llamaba “el perro verde”, y ahora tiene un programa de una charla como esta pero en tv que se llama “El loco de la colina”. No es un programa con público, pero había una señora detrás de cámara que me llamó la atención porque estaba muy atenta, o sea, había venido a escucharme, y cuando termina el programa viene Jesús Quinteros y me dice “la señorate quiere saludar”. “Señor Cabral, es un honor. Yo estoy emocionada porque yo me crié escuchándolo a usted. Mi abuelo me sentaba en su falda y ponía sus discos y me decía: escuchá a este hombre”. Y ahí Jesús Q. me dice “la señora es la nieta del generalísimo Franco”. Ahí pensé: Realmente, el amor lo puede todo, cruza todo tipo de fronteras. Después, con los años, algunos dictadores como Pinochet me mandaron a pedir sus disculpas

GL: ¿Y vos creés que se arrepintieron?

FC: Siempre. Hay una cosa que se llama conciencia. Yo puedo mentirte, burlarme, escapar, esquivar. Hasta puedo ser un experto en fugas. Pero cuando me quedo quieto antes de dormirme, la conciencia me va a decir: ‘estuviste mal, y no vas a dormir’. Y si no me dice nada es porque estuve bien. ¿quién puede dejar de escuchar a la conciencia?

GL:¿no hay gente que ya se tornó sorda a la conciencia?

FC: No. Queda por ahí debajo de todo, pero en los momentos clave aparece. Pedir perdón…yo he hecho miles de kilómetros para disculparme y poder seguir durmiendo en paz, y tener derecho a seguir hablando de esto que estamos hablando. Nosotros estamos benditamente poseídos por el amor. Yo vivo mimado. A mi la sociedad me becó. Mirá: yo veo muy poco y nada. Salgo a la calle, levanto el bastón porque siempre pasa un taxi. El otro día, levanto el bastón, para un auto y una voz me dice: Señor Cabral, esto no es un taxi, pero lo llevo a donde quiera ir. Cuando no consigo taxi seguro que el primer patrullero que pasa me lleva al hotel. Cuando voy a un restaurante pido un vino y alguien de por ahí viene y me lo cambia por uno de mejor calidad como invitación…¿por qué este privilegio? Porque diste amor

GL: No hay duda de que has amado mucho. Es la fórmula que nos da el mismo Jesús: al que ama mucho se le perdona mucho, y al que se le perdona mucho ama mucho. Vos entraste en ese río.

FC: Fijate lo que a mí me perdonaron: me perdonaron que odiara a mi padre cuando era chico. Y tantas cosas yo me perdoné! Y la conciencia, una vez que se da cuenta de que uno entra en ese río del que hablabas, en el río de la vida, que siempre es saludable. Teresa decía eso. Hay cosas que nunca voy a olvidar. Ella entraba a un aeropuerto, y la gente hacía silencio y se arrodillaba, y paraban la música funcional del aeropuerto. Y ella decía “¿por qué? Todos debiéramos vivir llenos de gozo. Me lo aplauden a mí, y todos lo tienen”. Lo que pasa es que hay que ser muy valiente para amar. Poder perdonar. Después ya no hay perdón porque ya no hay castigo. Si se entregó, ya está.

GL: El perdón es una tarea, o es un don. Si es un don ¿cómo se hace para pedirlo, para recibirlo, para buscarlo, dónde se lo encuentra?

FC: La cabeza siempre pregunta porque nunca termina de aprender. El corazón sabe una sola cosa y la ejecuta. El corazón no mide: ama. Yo voy a hacer ahora una cosa que hice hace muchos años que se llama “Ferro Cabral”, y en final, cuando llega a la estación, que es el cementerio, dice “Aquí termina el viaje de los pocos que se sintieron ricos y de los muchos que se creyeron pobres”. Dicen ‘¡qué lástima: ahora que sé de qué se trata la vida se termina. Era tán fácil! Había que escuchar al corazón antes que interviniera la cabeza, que nos lleva de conflicto en conflicto. El corazón es el que sabe que para Dios siempre somos niños. Por lo tanto, la vida es un juego. Y la mejor manera de jugar ese maravilloso juego es el amor. Ya san agustín lo decía: “Ama y haz lo que quieras” Ese es el secreto

LOS OYENTES INTERVIENEN: PREGUNTAN

FC: Tenía fama de ser muy desaforado, por eso me decían indio. Después con los años, vaya curiosidad, soy embajador de los pueblos andinos: taraumaras, chamelas y lacandones de Chiapas, canciller de los xiux en Estados Unidos, viví mucho con ellos.

Estoy buscando mi camino, como Facundo ¿Qué consejo me darías para empezar a ser un hombre agradecido en la vida?

FC: Escuchar al corazón, ese es el secreto. Antes que intervenga la cabeza, escuchar al corazón en cada acto, cada mañana. En el infinito todos son caminos y el centro es cada uno.

Cuando murió mi mujer y mi hija (eran de Chicago, se cayó el avión en el que viajaban), me llamó la Madre Teresa y me dijo: “Caramba, ahora sí que estás en problemas: ¿dónde vas a poner el amor que te va a sobrar?” Y me llevó a Calcuta a bañar leprosos, y me salvó. Poné el amor donde haga falta, y también dátelo, porque “amarás al prójimo como a ti mismo”. Cuando tengas un problema grande, pon el fervor y el trabajo en el que tenga uno mucho más grande que el tuyo. Eso es maravilloso. Y va mucho más allá de ricos o pobres: hay muchos ricos solos y muchos pobres acompañados. Para Dios no hay clases sociales: universo, es singular

GL: Cuando estabas lavando leprosos en Calcuta, supongo que también estarías lavando las heridas de tu corazón por ésta pérdida. ¿cuánto tiempo estuviste allá?

FC: Sí, por supuesto, también estaba lavando las heridas de Jesús. Durante muchos años iba dos o tres veces por año. Después aprendí otra cosa extraordinaria: en mí están mi mujer y mi hija, mi madre, Madre Teresa, Gardel… No los veo con los ojos, pero los llevo en el alma. Somos lo amado. Si yo repito al mal, soy el mal. Si repito al bien soy el bien. Está en uno, eso no se va. Lo que se fue, no era tuyo. La vida solo te puede quitar lo que no te pertenece: el esqueleto, pero no a mi.

Amo a Buenos Aires. Buenos Aires me hizo artista, el arte me llevó por el mundo y el mundo me hizo salvajemente creyente.

Cuando me quedé sin trabajo, recibí un mail con frases de Facundo que me ayudaron a levantar la mirada. Decía así “NO ESTAS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAIDO”

FC: Ese texto nació porque una querida amiga, Verónica Castro, tenía en televisa de México un programa muy singular, porque se sabía cuándo empezaba pero no cuándo terminaba: era según el interés de la audiencia. Ese día estuve con ella en el programa desde las 11 de la noche hasta las 3,40 hs. En un momento ella me dijo “qué bueno que llegaste, más en un día como éste para mi. Estoy tan deprimida facundo!” y se me ocurrió decirle “¿no estarás distraída? ¿La depresión, no será distracción? Porque si yo estoy presente, atento al aquí y ahora, no puede haber depresión. Ademas deprimir ¿qué es y desde dónde? La gente empezó a hablar por teléfono y seguimos hablando de este tema. Cuando terminó el programa me dijo “Eso tenés que escribirlo urgente”. Me fui al hotel, lo escribí, a la mañana lo grabé y ya estaba por todos lados en Internet. Hay psicoanalistas que le sacan las pastillas a los pacientes y le dan mi CD, hay sacerdotes que lo leen a la hora de la homilía. Fue un regalo, porque además era un tema que nunca había pensado, y fue por esa ‘aparente’ preocupación que tenía Verónica.

Si te decidís ahora mismo a estar atento…porque en la eternidad siempre se empieza de nuevo, y se va, porque no podés evitar el aquí.

NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAÍDO, DISTRAÍDO DE LA VIDA QUE TE PUEBLA.

Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones. Además no es tan malo vivir solo.

Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie Chopin a los 90. Solo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles mas alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.

No perdiste a nadie, el que murió simplemente, se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás.

Recuerda a Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todos los que te aman. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileiros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mahler, Mozart, Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez, Picaso y Tamayo entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas….y si le ganas, serás humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz.Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DESOCUPADO. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún, hasta convertirte en el mismísimo amor.

Y QUE NO TE CONFUNDAN UNOS POCOS HOMICIDAS Y SUICIDAS, EL BIEN ES MAYORÍA PERO NO SE NOTA PORQUE ES SILENCIOSO, UNA BOMBA HACE MÁS RUIDO QUE UNA CARICIA, PERO POR CADA BOMBA QUE LE DESTRUYA HAY MILLONES DE CARICIAS QUE ALIMENTA A LA VIDA.

GL: Pocas cosas tan bellas he recibido como estas palabras que me parecen salidas no solo de un alma buena. Sobre todo, de un alma humana.

FC: Me gusta siempre contar esta anécdota. En las afueras de Teherán había siempre un viejecito que estaba sentado en medio de un basural tan atroz, con tantas ratas, que ni se preocupaban cuando pasaba un ser humano porque total eran mayoría. Y él estaba sentado ahí con una cara de felicidad como si estuviera en Carlos Paz. No es fácil hablar con ellos porque era un ‘derbiche’ y los derviches están en el silencio y la meditación, pero al final de tanto vernos nos saludamos. Me metí de a poquito en el basural con algunos amigos, para que me ayudaran porque nunca pude entender una lengua árabe. DE a poco comenzamos a tener pequeños diálogos. El me miraba (se le había despertado mucho la curiosidad, porque mis amigos le habían dicho que yo andaba por todo el mundo). Entonces me decía ¿viste los elefantes?’ –sí abuelo, ‘¿viste al tigre? –‘sí, cómo no’, ‘¿anduviste en los barcos?’ … preguntaba como un niño. Como él me preguntaba muchas cosas, en un momento sentí que yo podía hacerle una pregunta (allí no se le puede preguntar gratuitamente a un hombre mayor: yo tengo que decirle: ‘abuelo, ¿le puedo hacer una pregunta?’ y si él me autoriza la hago, si no, no. Entonces cuando me dio la autorización le pregunté ‘a usted ¿Cuál es el lugar que más le gusta?’ y me dijo: ‘éste’. Nos quedamos azorados. Volví a preguntar ‘¿por qué, abuelo?’ Respondió ‘porque aquí me trajo Dios. Quién podría haber elegido un lugar mejor para mi’

Ahora siento en cualquier lugar donde esté, que ese es el mejor lugar para mí, porque El me trajo, entonces no hay ansiedad ni planes para mañana. Estoy aquí y ahora, y aquí y ahora empiezo todo de nuevo

FC: Jesús ha vuelto a la tierra. Mi corazón y vuestro corazón lo saben, pero tenemos tantas distracciones que todavía no lo podemos encontrar. Tal vez nos sirvió café en Buenos Aires o trabaja en Córdoba, o nos ayudó a recuperar la democracia, o es zapatero en Tucumán. Pero mi corazón sabe, como sabe el corazón de ustedes, que Jesús ha vuelto a la tierra.

Jesús anda por la tierra ¿quién lo pudiera encontrar ?Para dejar la tinieblas que nos hacen tanto mal

Tal vez anda por los mares como anduvo alguna vez,..o está cruzando el desierto o renaciendo en Belén

Esta es la cosa más triste que nos podía pasar: saber que está con nosotros y no saber donde está

Será el que junta las uvas o el que cantas las canciones. Será el que cuida las flores o el que limpia la ciudad.

Será el que amasa los panes o el que cuida a los caballos, será el que estudia los astros o el que solo viene y va

Esta es la cosa más triste que nos podía pasar: saber que está con nosotros y no saber dónde está.

Esa piedra en el oriente equilibrando la arena, ese sol en occidente, la estrella en la primavera…

Estoy sorprendido por este señor. Conocí algunas de sus canciones. Lo había encasillado como ‘revolucionario’, no sabía que es un extraordinario ser humano. Todo lo que este señor habla es una sola catequesis.

FC: Desde el 71 ando cantando por ahí. Tuve un gran amigo en República Dominicana con el que coincidíamos en el apellido, fue un gran poeta: Manuel del Cabral (fue embajador de su país en nuestra argentina). El dice: “No vayas soldado al frente, deja el casco y el fusil, que tú defiendes a todos. A todos, menos a ti”.

Genial. Sólo Nuestro Señor puede haber derramado tanta gracia sobre Facundo.

FC: No te quepa ninguna duda. Si hay algo que uno hace y que tiene que ver con la vida, con el amor, ese es un regalo de Dios: Él es el responsable, el autor, el que canta, el que escucha

Facundo: gracias por cada palabra, por las semillas que lanzás a donde vas…. Gaby: gracias por cada silencio…Te canto y: me celebro, me celebro y me canto. Me enseñaste a tomar la vida como fiesta. ¡Gracias!

FC: Esa es una versión que yo hacía de Wittman de “Canto a mi mismo”: “Me canto y me celebro, me celebro y me canto, y si me canto y me celebro, te celebro y te canto. Porque cada átomo que me pertenece, te pertenece. Porque cada átomo que te pertenece me pertenece. Porque vos y yo somos la misma cosa”. “Para cada hombre guarda un camino Dios”. “El que camina un solo metro sin amor, avanza amortajado mil metros hacia su propio funeral”.

¿Qué Jesús es el Señor?

FC: No hay otro Jesús que el de Nazareth, y además está en todos nosotros. El es la medida. Vino a vivir un rato entre nosotros para mostrarnos cuál es la figura que él tiene. Todos somos Jesús. El es el mejor espejo. Pero la medida, el original, el prototipo, es ese hombre hermoso que festejamos todos los diciembres, es uno solo. Pero si El es Dios hecho hombre, ese Jesús es todos los hombres, porque Dios es totalidad.

Gracias Facundo por tu ejemplo de vida. No muere lo que desaparece sino lo que se olvida

Gracias por tus palabras, tu simpleza, y por devolvernos la esperanza de la vida. Ruego a Dios que me sostenga en mi tribulación como lo hizo contigo en la tuya.

FC: ¡Qué linda y grande toda esta familiade la radio, con tantos oyentes en todo el mundo! Y digo qué lindo, porque si somos lo que amamos estamos recordando al Más Grande. Yo amo a los medios así, cuando están al servicio de lo mejor. Yo conocí a la Madre Teresa por un programa de TV en Televisa (Méjico). Era un programa así como este pero en tv, con llamados. Y en un momento me alcanzan un papel que dice “La Madre Teresa está en la línea” La conductora había recibido el papel y no pudo leer, se lo pasó a un compañero y enmudeció, me lo pasó a mi…¿te imaginás? Me tembló el planeta, porque yo leí Ma.Teresa está en la línea y yo pensé que era una amiga mía y comencé a contestarle, y detrás de cámara me dicen: no, no, te estás equivocando feo. Hago silencio y escucho:

Facundo, habla la Madre Teresa. Ella no decía Jesús, decía ‘mi esposo’. Me dice: el aire está lleno de mi esposo por vos. ¿cuándo te doy un abrazo? ¿cuándo vamos a orar juntos??

‘¿Madre, ¿dónde está usted?’. Me dice:

estoy acá, en la ciudad de Mexico. ¿Te levantás temprano?’ Le respondo

‘Madre, ¿usted cree que yo voy a dormir?

Bueno, te espero a las 5 para que oremos juntos. Anotá la dirección. Y me pasa la dirección al aire, por televisión. A la mañana había quince mil personas. Tuve que entrar con la policía. Me llevó de la mano a la capilla de las Hermanas de la Caridad. Y estuve orando con ella una hora.

GL: ¿Qué sentisre?

FC: Dios: ¡un aire tan fresco en el esqueleto!. El alma brillante, el corazón con las puertas y ventanas abiertas. Sentí una gran purificación. Me lavó de una vez de todo lo que no valía la pena. Y de ahí comenzó una gran amistad. Si hoy pudimos conectarnos así a través del Purísimo Amor que es uno solo, esta ha sido una mañana bendecida. Muchas gracias.

GL: Yo también quisiera correr a darte un abrazo. Y desde ya te agradezco haber sido un instrumento de tanta vida, de tanta gracia, de habernos salvado de tantas oscuridades, de tantas muertes. Sos un profeta. También un poeta, un juglar , un cantor, un escritor, pero fundamentalmente, con la falta que hace, sos un profeta del amor de Dios.

FC: -¿Qué es lo más desdichado? Le pregunté al derviche en las afueras de Teherán. “No encontrarle sentido a la vida”, me dijo.

FC: ¿Qué hace el hombre maduro?

Hacer que todo termine en una monotonía, pero también goza la diversidad de las reiteraciones. El hombre maduro, ante todo, espera –privilegio del que ha superado la ansiedad-.

FC: ¿A dónde le gusta vivir, maestro?

Por ahora aquí. No podemos ser descorteses con el aquí que nos eligió el Señor.Sería bueno que mañana quiera vivir donde esté. Al fin y al cabo, el mundo está en uno

FC:¿Qué le gusta pensar?

Que siempre habrá otra oportunidad.

FC: ¿qué es lo que más le gusta, maestro?

Ver cómo se renueva la naturaleza, que no pierde tiempo con la cultura que se le opone, que hace trampas para evitarla.

Yo espero cada mañana para agradecer la tremenda gentileza del Señor de darme la chance de un nuevo día, es decir de empezar de nuevo. Esta es la canción que más me gusta cantar : Decir…

Este es un nuevo día

Para empezar de nuevo

Para buscar al ángel

Que aparece en los sueños

Para cantar, para reír

Para volver a ser feliz

En este nuevo día

Yo dejare el espejo

Y tratare de ser

Por fin un hombre bueno

De cara al sol caminare

Y con la luna volare

Siempre hay un nuevo día, y esto quiere decir que siempre se puede empezar de nuevo

Recuerden que Aristóteles escribió sus grandes obras después de los 55 años

Que Kant escribió la crítica de la razón pura a los 66 años

Que Darwin escribió el origen de las especies a los 70 años

Es más: Moisés hizo el éxodo a los 80 años

Tamayo, el amado Tamayo pintó hasta los 91 años

Picaso y Sagal hasta los 92 años

Siempre se puede se puede empezar de nuevo

Siempre hay un nuevo día

Cada mañana el Señor espera nuestro corazón,

Solamente debemos escucharlo para que el día sea lo que debe ser: una fiesta.