En el comienzo del Adviento, el tiempo de espera que nos prepara para la llegada del Niño Jesús, iniciamos un espacio de reflexión y espiritualidad junto a Cecilia Avenatti. Desde su experiencia como doctora en letras, docente, investigadora y autora de numerosas obras, nos acompaña en el abordaje de distintas temáticas en torno a la “Hospitalidad y el Nacimiento”.
04/12/2024 – En el primer encuentro nos invitó a reflexionar sobre el viaje de la vida entre el nacimiento y la muerte, bajo dos conceptos importantes: “llegar a nacer y habitar la espera”, para explorar cómo el nacimiento es un proceso continuo, una transformación constante que nos lleva a descubrir el sentido de nuestra existencia.
En el inicio, Cecilia Avenatti señaló que “la vida se encuentra entre el nacer y el morir (…) Nacer no es un acto puntual, sino que nacer es llegar a nacer, es un proceso”. La invitación es a pensar y orientar la propia vida en el proceso de nacimiento, de singularidad. Al respecto, aclaró: “la muerte nos iguala, todos somos iguales ante la muerte. El nacimiento nos singulariza. Entonces, lo que nos hace personales, lo que nos hace propiamente nosotros no es el nacimiento puntual, del día en que salimos del útero materno y nos asomamos al mundo, sino ese nacer que es un llegar a nacer”.
Posteriormente se refirió a la importancia de comprender la idea de ‘llegar a nacer’ como un proceso que lleva muchos años, o toda la vida: “nosotros vamos naciendo cada día, nos vamos construyendo con esta decisión de renacer. Cada vez que tomamos decisiones, que hacemos nuestros actos de cara a un sentido, nos vamos desplegando a un proceso que es muy lento, nos lleva toda la vida nacer. Nuestro proceso de nacimiento está lleno de avances y retrocesos, y requiere mucho trabajo interior para lograr expresar lo que en nosotros hay de original”.
A continuación, a la pregunta de “¿quiénes llegan a nacer?”, Cecilia respondió que “llegan a nacer quienes saben habitar la espera”. Habitar la espera es estar abiertos a la sorpresa y, mientras esperamos, lo hacemos con esperanza. Además, señaló que el ‘habitar’ implica vivir la espera activamente. Se trata de “esperar habitando la espera con la decisión renovada cada día de ‘qué es lo que espero’”.
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