Retiro Radial: Brochero y la misericordia del Padre

jueves, 14 de julio de 2016
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14/07/2016 – En la noche del miércoles 14 de julio, transmitimos desde los estudios de Radio María la primera parte del Retiro Arquidiocesano de Córdoba. El Arzobispo de Córdoba, Monseñor Ñañez junto a Mons. Pedro Torres, obispo auxiliar, participaron proponiendo un espacio de oración y reflexión en torno al Cura Brochero y la misericordia.

El Cura Brochero movilizó y animó a muchas personas en su tiempo al encuentro con el Señor a  través de los ejercicios espirituales ignacianos. Hoy, siguiendo sus huellas de santidad, haremos una experiencia de retiro para conocer, ahondar y dejarnos “misericordiar” como dice el Papa Francisco, por sus obras de misericordia.

Misericordia en su casa paterna, misericordia en su juventud, misericordia en sus obras y con su gente, misericordia en la oración, misericordia con los “rebeldes” de su tiempo, misericordia en su enfermedad y en su muerte.

 

1º Momento: Brochero, la misericordia desde su familia

En la primera parte de la reflexión, los obispos cordobeses tomaron la parábola del Hijo Pródigo Lc. 15.  Aquella familia, la familia de Brochero… era una familia normal, luchadora, con 9 hermanos. Allí Brochero se supo amado. Era una familia verdaderamente cristiana, trabajadora. Vivieron el respeto y el cariño, en ese clima Brochero recibió el bautismo, en ese espacio reconoció el rostro de padre trabajador, del Padre Misericordioso.

Mons. Torres dijo que “la misericordia se fragua en las familias, no en familias perfectas, sino también en las que sufrieron como en la de él”. Al terminar este primer momento invitó a quedarnos con esta pregunta resonando en el corazón. “¿Cómo podemos ser misericordiosos en casa?”

 


2º Momento: Brochero, su juventud y los Ejercicios Ignacianos

Mons. Ñañez contó sobre la vida de Brochero como seminarista y sus primeros años de cura. “Desde joven es un ejemplo de constancia y esfuerzo. Junto a sus estudios colaboraba en los Ejercicios Ignacianos.  “Era como una especie de catequista de adultos. De ahí seguramente fue adentrándose en las bondades de los ejercicios”  comentó el arzobispo Ñañez. Allí destacó la heroicidad de Brochero cuando una fuerte epidemia de cólera azotó a la ciudad de Córdoba y lo tuvo a José Gabriel como a un gran servidor, aún arriesgando su vida.

 

 

Este segundo momento terminó con la pregunta para rumiar: “¿Cuál es nuestra situación? ¿Estamos también lejos de Dios, hemos cortado la comunicación con Él?. Hoy puede ser la oportunidad de volver”.

 

3º momento: El coraje de Brochero de dejarse amar

Honramos la actitud del coraje de la mano de Brochero. Mons. Torres contó de “cuánto hizo por los Ejercicios espirituales, los baños del alma. Esta noche con su mansedumbre nos regala la oportunidad de hacer memoria del amor del Padre”.

¿Tenemos el coraje de recapacitar y de redescubrir el amor del Padre? ¿Tenemos coraje para entrar al fondo del corazón y buscar a Dios adentro que nos quiere perdonar y ayudar a encaminar al bien común?. ¿Tengo coraje para vivir una vida interior en serio?

 

 

 

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4º momento: Brochero, instrumento de la misericordia

“Dejemos que éstas palabras resuenen en nuestro corazón: lo vio, se conmovió, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó”, comenzó diciendo Mons Ñañez. “El hijo está compungido, pero el Padre le devuelve la dignidad. El Padre lo recibe y lo viste de nuevo como hijo. El Padre no recuerda la ofensa, no la tiene en cuenta. Con el gesto de irse y pedirle la herencia el hijo le había decretado la muerte”.

En relación a la vuelta del hijo pródigo y el abrazo de su Padre, Mons. Ñañez comentó que muchas veces cuando vamos a confesarnos estamos muy preocupados en qué vamos a decirle al sacerdote, y lo más importante es el perdón del Padre.

El Cura Brochero era instrumento de la misericordia. Acompañaba a los ejercitantes para que pudieran recuperar su dignidad opacada. “Les estaba cerca, los acompañaba y hasta hacía penitencia por ellos para que los ejercitantes pudieran experimentar la misericordia” comentó el obispo cordobés.

 

 

5º Momento: Brochero, promotor de la misericordia y de la solidaridad

“La lógica a la que nos invita Jesús en la parábola es la lógica del amor, de la alegría, de la plenitud que dignifica” comentó Mons. Torres. Para estar vivo hay que dejarse amar con humildad y con asombro, el asombro de que este Dios tan grande nos salga a buscar. 

Uno de los milagros de Brochero fue cuántos alcanzaron el perdón y resucitaron, y a cuántos contagió de la alegría de servir. Fue un promotor de la misericordia y de la solidaridad entre su gente. “Hizo lo que debía y trató de enseñar a hacer lo que se debe, con toda la fuerza. No por imposición sino por un amor que mueve” dijo Mons. Torres. 

Hay que volver a empezar, hay que saber que Dios en su misericordia no nos busca una vez sino miles de veces.