Saber escuchar la voz de Jesús

martes, 10 de mayo de 2022

“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen” (Juan 10, 27)

 

10/05/2022 – “Esta semana todos los evangelios nos invitan a seguir descubriendo la presencia de Jesús Buen Pastor”, comentó el Padre Sebastián García SCJ en la Catequesis; de esta forma, continuamos reflexionando sobre lo compartido en la misa del cuarto domingo de Pascua.

 

Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón. Los judíos lo rodearon y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente”. Jesús les respondió: “Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa.

San Juan 10, 22-30

 

Escuchar la voz de Jesús

Hay dos cosas que son fundamentales en el evangelio de hoy, dijo el Padre Sebastián, la primera tiene que ver con las ovejas de Jesús  “que escuchan Su voz y ellas lo siguen”. Y la otra es la identificación entre Jesús y el Padre, cuando dice Jesús que “Él y el Padre son una sola cosa”.

El sentido profundo de este evangelio radica en que tenemos que saber escuchar la voz de Jesús, así cada uno puede hacer un ejercicio de oración y preguntarse: ¿dónde escucho hoy la voz de Jesús en mi propia vida?

Las ovejas del rebaño de Jesús tienen esa característica: “escuchan la voz del Pastor”. Quien trabaja en el campo sabe que las ovejas, los rebaños, no siguen a cualquiera sino a quien está con ellas, a quien les dedica tiempo y se desvive por ellas. Eso mismo es lo que hace Jesús con nosotros, por eso queremos conocer Su voz; eso es lo que hace que seamos de Jesús y Jesús de nosotros.

Por otra parte, hay muchas voces que son de una cultura cínica que no respeta la vida, son voces de muerte que nos separan de la experiencia de Jesús. Por eso también podemos escuchar su voz reflexionando sobre los lugares donde no lo encontramos. En esos lugares de la cultura donde sabemos que no vamos a escuchar a Jesús podemos pedir la gracia de Dios para despegar nuestros sentimientos, pensamientos y toda nuestra vida, de las situaciones y lugares donde Él no está, ni va a estar.

 

Para qué escuchar la voz de Jesús

Queremos escuchar Su voz para ser santos, para poder tener la misma vida de Jesús (y de los santos) en nuestra propia vida, dejando que la gracia de Dios llegue a lo más profundo del corazón, para vivir permanentemente en Su presencia y amándonos unos a otros como hermanos.

Si no fuera por la voz de Jesús que nos rescata, nos sana, nos salva y nos libera, “cada uno sería una pasión inútil” comentó el Padre Sebastián, “que estaría librado al azar y nuestra vida sería un infierno, en el sentido de una vida sin sentido”.

Para finalizar sintetizó los lugares donde siempre podemos escuchar la voz de Jesús: “en la Palabra, en la Eucaristía y en todos los sacramentos, en la vida comunitaria, en el fondo de nuestro corazón y en el amor a los demás”.

En estos cinco lugares, independientemente de que escuchemos o no su voz, Jesús siempre está.

 

Te invitamos a escuchar la Catequesis completa en el audio que acompaña esta nota.