20/08/2021 – De la mano del padre Ángel Rossi seguimos rumiando y adentrándonos en la espiritualidad de San Ignacio en este año jubilar de su conversión.
“La espiritualidad de Ignacio está signada por la capacidad de sobrellevar antinomias, es decir, ser hombres y mujeres de sintesís de frente a las paradojas, que son esas situaciones que aparecen como contradictorias, comenzó diciendo el padre Ángel.
“Es cosa de Dios el conciliar lo extremos, el infinito del sueño y la menudencia del detalle. Fijense que Ignacio nos porpone, dijo el padre, “por un lado el Magis, el más no según el mundo sino la mayor gloria de Dios, el mayor servicio, lo que más ayude y a la vez el menos. San Ignacio habla de humillaciones de ser tenidos por locos sin serlo.”
Nos recuerda el padre Rossi que “esto aparece en los ejercicios espirituales, en la contemplación de la Encarnación. San Ignacio nos presenta una composicón de lugar casi teatral. Nos hace imaginar que la Santísima Trinidad se asoma desde el cielo y ve toda la humanidad invitándonos a nosotros a verla: unos naciendo, otros muriendo, unos en paz, otros en guerra, todos los contrastes posibles. Y de pronto, en la siguiente escena, nos lleva a un cuartito en un pueblito donde una jovencita anónima recibe la misión más grande que se ha dado: ser la Madre del Salvador. Ésta es la gracia que nos presenta, todo ese gran despiole del mundo se resuelve en el sí de una mujercita sencilla que le da su sí al Creador. Te pasa del gran mundo al más anónimo y chiquito.”
El sacerdote nos acerca otro ejemplo, “el Ignacio que por la mañana discurría donde abrir fronteras misioneras y por la tarde se dedicaba a visitar a los enfermos, cuidándolos”:
Esta capacidad de hacer síntesis frente a situaciones que parecen contradictorias nos puede ayudar a ver qué me dice esto, lo que dice Ignacio “reflectir para sacar provecho”. El padre Ángel nos propuso preguntarnos: “¿cuál es mi sueño grande? ¿Qué vuelo tiene mi vocación? ¿Sigo soñando como lo hice los primeros años donde estaba el amor primero? ¿He perdido ese fuego que nos impulsó a dar nuestro sí? ¿Qué significa en mi vida cotidiana lo pequeño, la menudencia?”