25/01/2018 – Pablo Martínez, catequista, músico y compositor, reflexionó en el “Hoy puede ser” sobre el llanto y las lágrimas.
El anuncio se basó en la canción “Bienvenida tu Misericordia”, que compuso luego de participar en una Misa de Domingo, donde fue inspirado por las palabras que el cura pronunció durante la Homilía. “El sacerdote dijo `Bienvenida la Misericordia de Dios´ y eso me hizo un click. ¡Cuánto necesitamos la Misericordia de Dios! Entonces volví a mi casa y compuse la canción como una forma de darle la bienvenida a todo lo bello que el Señor nos ofrece”, relató.
“Una de las experiencias más fuertes del ser humano es el llanto. No podemos pasar indiferentes ante un llanto. Cuando vemos a alguien llorar, nos conmueve, nos cuestiona; enseguida pensamos: ¿Qué paso?”, comentó Pablo.
Las lágrimas brotan por todo tipo de emociones humanas. El músico ennumeró algunas razones por las que pueden surgir: “Emoción, alegría, reencuentro, soledad, incomprensión, muerte, dolor, bonca o tristeza, entre otras. Incluso, los varones pueden pensar que no es de hombres llorar, pero las lágrimas caen sin pedir permiso, no es algo que podamos controlar”.
En la Biblia vemos que muchas historias están empapadas de lágrimas: Cuando Lázaro muere, Jesús llora. No le es indiferente el sufrimiento de sus amigos. También llora por compasión ante la ciudad de Jerusalén. “Ese llanto de Jesús debe movilizarnos, debe sacudirnos. Su llanto no queda ahí, Jesús grita, habla y Su palabra es soberana. Jesús nos dice, como a Lázaro que salgamos fuera de todas las situaciones que nos atan, que nos duelen”, explicó Pablo.
Y luego, el catequista citó al profeta Isaías, quien dijo: “El Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros”. “Enjugar tiene que ver con secar, con absorber. El Señor quiere secar, absorber nuestras lágrimas, es Su promesa. Por eso, volvé una y otra vez al regazo de Dios donde vas a encontrar consuelo y esperanza para tu vida”, afirmó.
También estamos invitados a ser consolación para las demás personas. “Pensemos en un acto de Misericordia completo; hagamos el ejercicio de conmovernos con el llanto de los que sufren”, invitó Pablo.
Y finalmente dijo: “Pidamos la Gracia de poder ser portadores del consuelo de Dios y recemos de esta mañera: “Señor vos enjugarás nuestras lágrimas”.
Algunas preguntas para seguir pensando: ¿A qué se deben tus lágrimas hoy?, ¿Qué te lleva a llorar?, ¿Qué nombre o palabras le pondrías a tus lágrimas?, ¿Qué estoy haciendo hoy para que mi mundo no sea el de ayer?
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