¿Se puede estar casada y ser “esposa de Cristo”?

viernes, 24 de febrero de 2017

Mujer1

24/02/2017 – ¿Se puede estar casada y ser “esposa de Cristo”?: Con una bella caratula en la que una joven sueña verse vestida de novia, en el momento en el que firma el acta matrimonial, acaba de aparecer, editado por la firma Lumen, de Buenos Aires, el libro del padre Horacio Bojorge, sacerdote jesuita, ¨Me quiero casar¨, Tomo I: La experiencia del encuentro. ¡Es perfectamente posible ser esposa de Cristo y estar casada o estar deseosa de casarse, dispuesta a responder que sí a un eventual pretendiente humano!

En diálogo con Radio María, el Padre Horacio Bojorge Sacerdote Jesuita, uruguayo, licenciado en Filosofía, Teología y Sagrada Escritura, habló sobre cómo se puede estar casada y ser a la vez esposa de Cristo.

 

¿Cómo surge ese libro?

Surge de una larga experiencia pastoral, del sufrimiento de tantas jóvenes que quieren casarse y nadie les pide casamiento, o si se lo piden es que después no era para casamiento, sino que las intenciones del pretendiente eran otras, y quedan defraudadas. Y así ven que pasan los 28, los 30, los 32, y viene esa tristeza, esa desolación del alma.

Yo tengo en el blog del buen amor, una entrada que es la oración de Santa Ana para pedir esposo, y es la entrada que tiene más comentarios en todo el blog, porque interpreta una necesidad del alma de tantas chicas… Tendríamos que hablar sobre la crisis del varón también.

Pero también hay muchas casadas que se sienten defraudadas, y que viven su matrimonio sin saber bien cómo, y que su deseo de amor esponsal se ve frustrado porque hay limitaciones en la capacidad de respuesta del esposo, entonces viven en una especie de desolación matrimonial.

Bueno este libro, contiene testimonios e historias de chicas solteras, de mujeres casadas, viudas que tratan a Jesucristo como un esposo. Y esto es un camino real que muchas están transitando, y que las ha sanado y salvado, de ese sufrimiento del corazón femenino.

Es perfectamente posible ser esposa de Cristo, y estar deseosa de casarse o estar casada, y dar el sí a la vez o antes a Jesús, y después a un pretendiente humano, son amores totalmente compatibles. Ese es el ejemplo de la vida de una venerable, Concepción Cabrera de Armida, que desde niña tenía esa relación esponsal con Cristo, después se ennovia, se casa, y de viuda vuelve, y siempre tuvo esa esponsabilidad con Cristo, y que nunca la vio como incompatible… Esperar a que pasara su novio Pancho, y después llevarle una carta a Jesús en el sagrario… y dice ella en sus escritos que eso el Señor se lo dijo para que todas comprendieran que todas están llamadas.

En este libro, estos ejemplos muestran que cuanto mejor esposa de Cristo se es, menos sufrientes las jovencitas con la soltería, o las que van siendo veteranas y siguen solteras, deseosas de ser esposas y madres, más libre para ennoviarse y casarse aún en edad adelantada, más fuerte para llevar las cruces del matrimonio cuando no hay una respuesta amorosa y que el esposorio con Cristo es la mejor preparación para un matrimonio feliz o que también es muy sanador dentro de un matrimonio doloroso.

No es que se renuncie a la idea del matrimonio, porque algunas chicas cuando les hablo de esto, me dicen, padre, yo no quiero ser religiosa… yo quiero casarme. Yo les explico, que así como Cristo está entero en la Hostia, pero esta entero en cada partecita, así la iglesia, la esposa de Cristo, con la que va a celebrar las bodas finales… esas bodas finales se van realizando a lo largo de toda la historia, y se va realizando en la historia de cada alma de mujer bautizada que establece con Cristo esa relación que está implícita en su bautismo, pero que muchas veces nadie le explica, y que no se atreven, ni aun cuando se les propone, le parece algo imposible, algo inaudito. Así como la esposa es una, se realiza en cada una.

¿Qué tenemos que hacer para cultivar esta relación esponsal con Cristo?

Ejercitar los actos de fe, de esperanza, deseando ese esposorio y de caridad, ser lo que una es, descubrirse a sí misma y empezar a tratar a Jesucristo como esposa.

¿Cuáles son los requisitos de un buen pretendiente?

Que quiera ser padre, y casarse en serio y que te quiera como esposa, pero también como madre… Los requisitos de un buen pretendiente son esos… no basta con que te de una receta, para que el muchacho sea confiable.

¿Cuáles son los signos por los cuales tienes que dejarlo?

Cuando empieza a maltratar verbalmente, o cuando nunca concreta, cuando la chica quiere y no propone nada… cuando esa persona no tiene amigos, cuando no es serio, no tienen profesión, no tiene nada que ofrecerle

Esos noviazgos larguísimos…  Falta esta seriedad biográfica en nuestra juventud católica.

A ninguna mujer le gusta un mantenido, por supuesto que va a tener candidatos a ser mantenidos, pero esa es felicidad a corto plazo, porque va a noviar con un depredador, no solo afectivo, sino económico. Eso es una consecuencia de una sociedad y de un mundo que se ha descristianizado, y así la mujer va llegando a una situación, donde las más jovencitas, decía una abuela, ya no quieren casarse.

Padre, mi hija dice que no se va a casar…

Porque mis compañeros me miran como una pata de pollo… y los compañeros son el arquetipo del varoncito que se está formando en esta sociedad mundanizada, y donde se ha perdido la sabiduría hereditaria que se pasaba de generación en generación acerca del matrimonio como un gran misterio, como una gran vocación, pero que exige todos los esfuerzos del varón desde joven. Los noviazgos de hoy no están siendo serios, muchísimos son juegos sentimentales, y esto es muy desgraciado para ambos.

¿Cómo hacemos para cultivar esta cercanía con Jesús, para ser esposas de Cristo?

Yo pongo un medio muy sencillo, son cuatro jaculatorias a modo de copla. Así como hay actos de amor a Dios, y actos de fe y de esperanza… Hay que practicar las virtudes teologales, sino uno se queda atrófico, anémico, es un creyente atrofiado, no espera los bienes eternos con deseo, no ama a Dios en los hechos y a la larga eso se debilita y muere…

Y lo mismo sucede con el amor esponsal, te leo algunas frases de la copla:

“Esposo mío en ti confío”… pero una cosa es decir Jesús en ti confío y otra asumir la condición esponsas y pedírselo como esposa… son caramelos de distinto sabor… y la jaculatorias hay que tenerlas como caramelos, porque a veces se recitan como quien se traga el caramelo sin disolverlo en la boca, hay que gustar las jaculatorias, hay que gustar el ser esposas…

A ti me entrego, otra de las jaculatorias.

 

 

Padre Horacio Bojorge: Skype: horacio.bojorge1; Email: [email protected]; http://www.santoybuenamor.com; http://tomaylee-sagradasescrituras.blogspot.com; http://www.elblogdelbuenamor.blogspot.com