¿Sé realmente quien soy?

jueves, 26 de mayo de 2022
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26/05/2022 – Esta semana compartimos, como cada jueves, el ciclo “Buscando un proyecto de vida en tiempos líquidos”, junto al sacerdote jesuita Fernando Cervera.

“Esto que yo soy, que a lo largo de la vida se va de alguna manera clarificando, aún a pesar de cambios importantes, es algo que nosotros tenemos que buscar. Inconscientemente lo buscamos porque es la gran pregunta con la que muchas veces se va a un terapeuta o a un ministro religioso”, comenzó diciendo el padre Fernando.

Es importante “hacerlo de forma consciente y en torno, sobre todo, a aquello que yo puedo dar, aquello que tiene que ver con el proyecto de vida. Este ser que yo proyecto ¿es realmente el mío? ¿es mi identidad? pero no sólo en un sentido superficial de lo que voy a presentar a los otros, sino un sentido más profundo.”

“¿Qué imagen tengo de mi persona? ¿Quién creo ser hoy en día hasta hoy? ¿Qué imagen tengo de mí? ¿Quién creo ser cuando me miro al espejo y sobre todo el espejo de la mirada de los demás o de la sociedad ante la cual yo me tengo que presentar”.

El padre Cervera nos trajo, para acompañar la reflexión, la historia de un árbol:

Había una vez en el bosque , un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un roble profundamente triste. El árbol tenía un problema: No sabía quién era.

Lo que te falta es concentración‘, le decía el manzano. ‘Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves qué fácil es?’

‘No lo escuches‘ -exigía el rosal- ‘es más sencillo tener rosas y ¿ves qué bellas son?’

El roble desesperado intentaba todo lo que le sugerían y, como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del roble, exclamó: No te preocupes, tu problema es el mismo que muchos seres sobre la tierra.

‘Yo te daré la solución -le dijo- no dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas… sé tú mismo, conócete y, para lograrlo, escucha tu voz interior’.

‘¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…?”, se preguntaba el árbol desesperado, cuando, de pronto, comprendió…Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión: cúmplela..

Y el roble se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz”.

Padre Fernando Cervera

Podés escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota