Senegal y el idioma del amor

lunes, 31 de enero de 2022
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31/01/2022 – Esta semana, en “Misionando con María”, recibimos el testimonio de Maximiliano Pra, uno de los jóvenes voluntarios de Puntos Corazón, que fue enviado de misión a Senegal.

Hablando de la gente del lugar Maximiliano contó que la idea que se tiene acerca de la alegría africana es así realmente: “Ellos tienen una concepción de la vida más simple que la que tenemos nosotros. La gente es alegre, aunque es una vida muy sacrificada, el trabajo es duro y la paga poca y viven el día a día”.

En cuanto a su experiencia en el lugar el joven misionero relató: “Vivimos en un barrio muy humilde y uno de los más poblados, con unas 40 mil personas, una zona muy aglomerada. Las casitas en la capital son muy chiquitas y allí viven 4 o 5 personas”.

Una amistad que supera barreras

“El 90 % de la gente en Senegal es musulmana y yo me preguntaba ¿cómo va a ser esta relación? Para mi sorpresa fue algo maravilloso, pude ver que esta amistad traspasaba la frontera de la religión. Parte de la misión es forjar amistades, superando esas barreras y ellos lo hacen”, relató Maxi.

“Quiero pasar tiempo con vos”

Maximiliano nos relató experiencias muy emotivas que hablan del vínculo que se genera con las personas del lugar a donde son enviados y cómo la fuerza del mensaje del Evangelio trasciende las fronteras del idioma y de la religión:

“Cuando veníamos del basural, uno de los apostolados que hacíamos, regresábamos muy cansados y siempre nos esperaban los niños, que corrían para recibirnos con abrazos. Uno de los niños iba frecuentemente a la casa y un día me dijo “Quiero pasar tiempo con vos”, a lo que le dije que yo no sabía el idioma, y él me dijo que eso no le importaba, que sólo quería pasar el tiempo conmigo”.

Otra hermosa experiencia se dio con una de las personas a la que visitaban en el basural, ya sobre el final de la misión, y que quedó grabado en su corazón:

“Dentro de los amigos era el más pobre entre los pobres. Cada vez que nosotros llegábamos, y nos veía, se le dibuja una sonrisa en la cara. Cuando una compañera misionera le anuncia que terminaba su misión y se iría, nos dijo entre lágrimas: ‘Ustedes son mis amigos, los cristianos que cada miércoles se toman un colectivo, hacen una hora y media para ver venir a verme a mí’.”

“En ese momento yo no entendí todo el mensaje o la importancia de estas palabras. Pero después, rezando y haciendo un poco de memoria, se me vino al corazón: Para esta persona no era Maximiliano y Cristina que lo estaban visitando. Ni siquiera eran los amigos de ‘Puntos corazón’ o los blancos que lo iban a ver. Para esta persona, que incluso era musulmán, era Cristo el que cada miércoles estaba en su casa para ir a verlo y para pasar el tiempo con él.”

Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota