Ser hermanos

12/10/2020 – Una vez más, junto al padre Luis Albóniga, compartimos el espacio “La alegría de ser familia” y en esta oportunidad nos habló acerca del don de la fraternidad:

“En esto de hablar de familia no quiero dejar pasar el reciente acontecimiento de la publicación de la Encíclica “Fratelli Tutti”, es decir, “Todos hermanos”. La tercera Encíclica que nos regala el Papa Francisco habla de familia y eso es muy importante. Él toma un término que tiene su lugar originario en la familia: el término ‘hermano’. Francisco como todo buen Padre está preocupado por su gran familia, que es toda la humanidad, y por eso nos regala este mensaje de caridad y fraternidad”, comenzó diciendo el padre Luis.

“Hermano” es un término que, seguramente, usamos muchas veces. ‘Hermano’, ‘hermana’ son palabras entrañables que sin duda están dibujando un rostro en tu mente y en tu corazón.

El término ‘hermano’ tiene una particularidad y consiste en que traza un vínculo horizontal, de igualdad. Y algo muy imperante, son nuestros pares. Es verdad, que están los hermanos mayores, muchas veces más consentidos, o aquellos que tienen algún don particular y pueden gozar de ciertos privilegios o favores. Pero desde un corazón de padre o de madre verdadero todos los hijos son iguales en dignidad y cada uno tiene una riqueza particular. En todo caso, en el corazón de una madre o de un padre hay un lugar especial para aquel de los hermanos que tiene mayor fragilidad o necesidad”.

“Los hermanos son iguales en dignidad. El papa lo subraya en su Encíclica. En una familia, los hermanos tienen la misma dignidad, uno no es más que otro. Si eso sucede es porque hay un problema vincular y hay que resolverlo”.

“En una comunidad los hermanos son iguales en dignidad. En un país los ciudadanos son hermanos y son iguales en dignidad, y ¡todos!.  Esta es una exigencia básica de la justicia. Lo mismo sucede en la Iglesia y en el mundo los hermanos son iguales en dignidad”.

“¿Todos los miembros de tu familia tienen la misma dignidad? Tal vez con alguno tenés más afinidad, te llevas mejor, te entendés mejor y con otro.. no tanto. Pero tenes que asumir que tienen la misma dignidad. Y esto vale para la parroquia, la capilla, el lugar de trabajo, la patria y el mundo”

Te invitamos a escuchar el programa junto al padre Luis en el audio al comienzo de esta nota

Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar

Suscríbete: RSS