Ser luz de esperanza

jueves, 7 de enero de 2021
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07/01/2021 – En torno al Evangelio del día compartimos  la catequesis del día junto al Padre Gabriel Camusso:

Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:“¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”. A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca.» Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba. Lo seguían grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.

 

San Mateo 4, 12-17. 23-25

 

 

Esta es la semana de los “signos”, de las “epifanías”: la Iglesia nos propone un cierto número de gestos que “manifiestan” a Cristo.

Habiendo oído que Juan había sido preso, Jesús se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se fue a morar en Cafarnaúm, ciudad situada a orillas del mar, en los términos de Zabulón y Neftalí.

Jesús cambia de domicilio; deja el pueblo donde había vivido hasta ahora y va a habitar a una ciudad más importante. En nuestro siglo de tanta movilidad, me gusta pensar que Jesús, El también, debió acostumbrarse a una nueva vecindad, a hacer nuevas relaciones, a cambiar de medio.

Así se cumplió lo que el Señor había dicho por el profeta Isaías ¡Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habita en tinieblas vio una gran luz.
Jesús no cambia de domicilio sin una razón. Es un signo.

Este gesto tiene una significación misionera. Galilea era una provincia en la que convivían varias razas, una “feria de gentiles”, un camino de invasión, un país abierto por donde pasaban las caravanas que iban hacia el mar.

Jesús va a vivir en ese cruce de caminos, en ese lugar de trasiego de pueblos: allí es donde piensa que podrá evangelizar a muchos de aquellos que viven aún “en las tinieblas” y que esperan la luz.

Durante toda su infancia, Jesús ha vivido en un pueblo bien protegido, Nazaret, al margen de las grandes corrientes humanas de su época: aquel día escogió habitar en Cafarnaúm, donde hay gentes ansiosas y que buscan…

Señor, ¿tengo yo recelo de entrar en contacto con quienes están alejados de Dios, le son indiferentes, confrontan lo religioso? ¿Qué cualidad tienen mis reflejos misioneros?

Y para los que habitan en la región de sombras y de muerte, una luz se levantó.

He ahí lo que viene a hacer Jesús. Dejo resonar estas palabras en mí. Las prolongo en la oración.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: “Arrepiéntanse porque se acerca el reino de Dios”. Recorría Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando la buena nueva del Reino…

Te contemplo, Señor, avanzando por los caminos, de pueblo en pueblo, predicador ambulante. ¿De qué trataban tus palabras, anuncios, predicaciones? ¿De qué les hablabas? ¿En qué consistía tu “enseñanza? La totalidad del evangelio nos lo dirá.

Pero, por el momento, ya sabemos una cosa: que el reino de los cielos ha llegado… ¡esto es! Dios está ahí, con nosotros, si queremos acogerle. Y precisamente, el clamor de Jesús, su “proclamación” es que nos dispongamos a acoger a Dios: “¡Conviértanse! ¡Cambien de corazón! ¡Cambien de vida!”

Todo puede llegar a ser hermoso y bueno: es un “algo bueno’, una buena nueva. No transformemos la predicación de Jesús exclusivamente en predicación moralizante: hay que hacer esto; no hay que hacer aquello. Es ante todo un nuevo estado de espíritu -que lo cambia todo, evidentemente, también nuestros comportamientos morales- ¡El evangelio, es “bueno”!

Y curaba en el pueblo toda enfermedad, toda dolencia… Le traían todos los que sufrían… y El los curaba…

He ahí la epifanía de Dios; el signo de que ¡Dios está obrando allí! Muy simplemente, me imagino estas escenas: toda la desventura de los hombres, todo el mal que como una ola humana afluye hacia ti, Señor.
Sálvanos, hoy también.

 

Hoy te invitamos a compartir: ¿Qué es la conversión para vos? ¿Cómo experimentas el llamado de Jesús hoy? ¿Hay algo que, hoy, el Señor te está pidiendo? #catequesis

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Publicado por Radio María Argentina en Jueves, 7 de enero de 2021